Capítulo 35. Un nuevo accesorio

23 3 0
                                    

―Yo... Yo no puedo... Yo no quiero irme Shu... ―dijo Ryuichi con voz temblorosa y la mirada baja. Shuichi no podía creer lo que estaba escuchando. ¿No quería irse? ¿Después de todas las vejaciones que había sufrido a lado de su amo?

―¡¡Te volviste loco!! ―gritó sin poder evitar levantar la voz, llamando la atención de otros esclavos que estaban cerca de ellos, pero inmediatamente volvió a susurrar―. Ryu... Mírate... Tu amo es un monstruo... Te trata como basura, lo mejor es irnos, seríamos libres y...

Shuichi sujetó los hombros de Ryuichi, tratando de hacerlo entrar en razón.

―Lo siento Shu... pero yo... yo... ―Ryuichi sentía que las palabras se le atoraban en el fondo de la garganta. Era más difícil decirlo que sentirlo, pero no podía negar sus sentimientos por más tiempo. Tenía que decírselo―. Yo... Yo amo... a Tatsuha-sama...

Los ojos de Shuichi parecieron salir de sus órbitas y su pulso se aceleró.

―¿Q... Qué?

―Yo lo amo Shu... Lo siento... No puedo irme... No quiero irme...

―Pe... Pero Ryu ...

Shuichi sintió de la nada unas ganas inmensas de llorar. Sus planes se estaban viniendo abajo con la negativa de su amigo.

―Perdóname Shu... Creo que lo mejor es que te escapes tú... Es más fácil que se escape un esclavo a que se escapen dos, y más si son de diferentes amos...

Shuichi se acercó a abrazar a Ryuichi quien le devolvió el abrazo.

―Pero Ryu...

―Lo siento Shu... Pero no puedo evitar sentir lo que siento...

Una lágrima de dolor recorrió la mejilla de Shuichi. No quería despedirse. No quería abandonar a uno de sus mejores amigos en esa vida. Apretó aún más el abrazo. En eso llegó Tatsuha llamando a su esclavo.

―Vamos Ryuichi, es hora de divertirnos ―masculló el kaizoku con malicia. Shuichi iba a decir algo cuando su propio amo lo llamó.

―Hora de irnos, Shuichi.

―¿Entonces no se quiere ir?

―No...

Ya en la mansión, Shuichi había tomado un baño y le contó a Hiroshi la conversación que había tenido con Ryuichi mientras éste le secaba el cabello con una toalla después de tomar un relajante baño.

―¿Le dijiste de tu embarazo?

―No... No le vi el caso hacerlo... ¿Qué voy a hacer Hiro?

―¿En serio quieres escapar? ¿No te has puesto a pensar en lo que sucederá con el amo Eiri? ¿Has pensado en sus sentimientos?

―Hiro... ―empezó a hablar Shuichi mientras le quitaba la toalla para terminar de secarse él mismo y voltear a verlo―. Sólo soy un esclavo... Puede conseguirse mil más que lo satisfagan si él quisiera.

Sin querer, el pecho comenzó a dolerle al imaginarse esa situación, pero trató de ignorar la imagen de su amo rodeado de otros esclavos.

―Pero estás embarazado.

―Lo sé Hiro. Pero no seré la primera ni la última persona en criar a un hijo sólo. No es imposible, no te preocupes tanto por mí.

―¿Cómo planeas escapar?

―Tengo que planearlo bien, pues no quiero que te veas involucrado por ser mi amigo, ni tu ni K-san, pero voy a necesitar tu anillo de Kumiko.

Hiro trató de hacer memoria de donde estaba en esos momentos su anillo, y llevó una mano a su cabeza en un gesto de desesperación.

Siglo XXX (Gravitation)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora