Capítulo 37. ¿Qué es esto?

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Shuichi salió del despacho de su amo, corrió a su habitación y sacó de su clóset una vieja mochila que ya tenía preparada con ropa normal que le había dado Keitaro. No había podido aspirar a algo más dada su condición. De momento se quedaría con su ropa que traía puesta para no levantar sospechas, pero aprovechó para ponerse el anillo de Kumiko sobre su anillo de esclavo para bloquear la señal de rastreo. Antes de irse, se observó en el espejo de su habitación. Traía un minishort y unas correas sencillas que cruzaban su pecho cubriendo su pecho. Tomó unas cuantas más de sus escasas pertenencias y salió de la habitación

Rápidamente se dirigió a la puerta principal. Trató de actuar con naturalidad, pasando desapercibido por varios sirvientes. Al llegar a la reja, se topó con un guardia de la entrada, pero ya lo tenía cubierto.

Antes de salir de despacho, Shuichi recordó decirle algo a su amo.

—Vea a través de la ventana. Cuando me vea llegar con el guardia, use el intercomunicador y dígale que me deje salir, que usted me da permiso de salir a la ciudad y que regresaré más tarde.

El guardia iba a preguntarle a dónde iba cuando la voz del amo se escuchó fuerte y claro por el intercomunicador en un tono neutro y sin emociones.

—Déjalo salir. Tiene mi autorización. Regresará más tarde.

El guardia, algo renuente ante lo insólito de la petición, accionó un switch y la reja desapareció. Shuichi salió caminando, tratando de guardar las apariencias. Contando el tiempo, aún le quedaban unos treinta minutos antes de que el efecto desapareciera en Hiro y Claude y unos cuarenta para su amo.

Caminó con rapidez hasta donde terminaba la zona residencial y entró en la zona "pobre" de los kaizokus, donde había casa un poco más decentes de los kaizokus menos acaudalados, pero sin dejar de ser propiedades ostentosas.

Viendo la calle vacía, se metió en un callejón y ahí se puso por encima unas ropas viejas de Keitaro. Del fondo de la mochila sacó el collar mimético que solía usar Claude y lo activó, pasando de ser un chico de cabellos rosados y ojos amatistas a ser un chico de cabello castaño oscuro y ojos cafés Ya más tranquilo siendo resguardado por su disfraz, caminó hasta llegar al límite de los barrios bajos y llamó a un viejo taxi para llegar a casa de Keitaro.

Cuando Hiro y Claude se recuperaron de los efectos del Masoko, Hiroshi abrazó a Claude, sollozando.

—Ven... Acompáñame.

Claude abrazó a Hiroshi y lo instó a levantarse para dirigirse al despacho principal. Al llegar vieron que la puerta estaba abierta. Claude fue el primero en entrar, siendo seguido por Hiroshi que tomaba su mano.

Al fondo del recinto se encontraba Eiri mirando por una ventana. Claude le hizo una señal a su amado para que lo esperara y lentamente se fue acercando al amo de la mansión, sopesando todas las posibles reacciones que pudiera tener el kaizoku.

—Eiri... Eiri... ¿Te encuentras bien? —Llegó hasta quedar detrás del otro—. ¿Eiri? —Trató de captar la atención del otro.

—Qué... ¿Qué es esto? —preguntó Eiri con voz temblorosa. Claude no entendió la pregunta, pero vio como Eiri levantaba lentamente una de sus manos y la dirigía hacia su rostro, frotándola contra su mejilla.

Claude le dio la vuelta, quedando frente a él y lo que vio lo dejó helado. Eiri estaba llorando. El localizador de esclavos en su manos mostrando la fotografía de Shuichi y el mensaje "Esclanvo No Localizado" parpadeando en letras rojas.

—¿Qué es esto? —preguntó de nuevo con la voz entrecortada y una mirada de enojo mientras sentía las gotas de agua caer desde sus ojos. Claude le mandó una mirada de tristeza.

Siglo XXX (Gravitation)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora