Capítulo 22. Una agitada noche

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Eiri estaba sentado en un pequeño despacho de su habitación. Sabía que faltaban pocos minutos para que su esclavo apareciera y... su paciencia se estaba acabando. Él había visto a los esclavos muy juntos cuando les dio el permiso, y sabiendo lo impulsivo que era Tatsuha, de seguro dejaría a su esclavo fuera de combate. Esto no permitiría que Shuichi pasara demasiado tiempo con él. Una manera fría de pensar para quien no quiere reconocer que le incomodó el hecho de ver a su esclavo con una plácida sonrisa en su rostro al ver al otro esclavo.

Escuchó un toque en la puerta de su habitación. Volteó a ver una pantalla flotante en una de sus paredes donde se marcaban las nueve de la noche con dos minutos. Tarde para variar.

—Adelante.

Se quitó sus lentes y apagó su terminal. Ya trabajaría en sus pendientes después. Ahora era el momento de cobrarse el hecho de que su hermano los hubiera interrumpido al mediodía. Salió del despacho hasta la sala, donde estaba su esclavo esperando.

—Ve a la habitación.

Shuichi solo asintió en silencio y caminó hacia la habitación bajo la mirada atenta de su amo, hasta desaparecer por una puerta. Mientras, Eiri se acercó al bar y se preparó una bebida muy cargada con alcohol, tomándosela rápidamente. Se encaminó, siguiendo los pasos de su esclavo hasta su propia habitación, y al entrar, lo vio sentado en la amplia cama. Shuichi al percatarse de la presencia de su amo, se levantó.

—¿Te la pasaste bien con el esclavo? —preguntó acercándose a Shuichi.

—Ah... yo...

Shuichi se sintió intimidado por la mirada penetrante de su amo. Normalmente le gustaba llevarle la contraria, pero esa mirada tan profunda no tenía anonadado. Sin siquiera esperarlo, de un momento a otro, sintió sus labios apresados por una boca hambrienta, quitándole la respiración.

***

—Ah... más rápido...

—Ya... casi...

—¡Ah!

Con un fuerte gemido a coro, dos cuerpos llegaron a la culminación. Ambos chicos estaban disfrutando lo que pareciera su luna de miel. Aprovechando que su amo se había ido unos días, podían estar juntos más tiempo, sin la preocupación de que llamara a alguno de los dos. Aún así, debían ser cautelosos, pues cualquier otro sirviente de la mansión podría delatarlos. Al sentir que sus respiraciones regresaban a la normalidad, el mayor se levantó lentamente del cuerpo del su amado.

—No recuerdo cuando fue la última vez que el amo salió de la mansión por tantos días.

—Yo tampoco...

—Ahora tenemos mucho tiempo para nosotros.

—Aún así no te acostumbres, además, tengo cosas que hacer.

El otro se incorporó, viendo fijamente a su pareja con cara de sufrimiento.

—Por favor, tómate un tiempo para nosotros.

—Pero la mansión...

—La mansión sobrevivirá unas horas sin su director, no te preocupes —le decía mientras devoraba uno de sus pezones con hambre y ganas de otro round.

—Ahh...

—¿No tienes ganas de jugar otra vez?

Una mirada pícara fue la única respuesta, después de todo, ¿cuándo podría volverse a presentar una oportunidad como esta?

***

Sentía que el oxígeno abandonaba sus pulmones. Algo tan simple como un beso le estaba quitando el aire. Confundido, pero dejándose llegar, Shuichi había caído en la garras de su amo. Ese beso tan intempestivo y feroz los tumbó a ambos a la cama. Se besaban como si no hubiera un mañana.

Siglo XXX (Gravitation)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora