Capítulo 28. Tu existencia es mía

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Hiroshi abrió lentamente sus ojos y se estiró en la cama como si fuera un gato. Estaba muy relajado. Se sentó lentamente cuidándose del dolor que sabía sufriría si se movía de forma brusca. Se extrañó de no ver a Claude a su lado hasta que sus ojos dieron con un papel con una rosa roja sobre él, encima de la mesa de noche. Aspiró el dulce aroma de la flor y leyó el mensaje escrito con una preciosa letra estilizada.

Salí a arreglar unos asuntos a NG.

No quise despertarte porque te veías adorable durmiendo.

Estaré de regreso para la hora de la comida.

Te amo

Claude Winchester

PD. Ya le entregué las pruebas a Shindo

Hiroshi sonrió y suspiró. Como amaba a ese kaizoku. Se levantó con cuidado y se metió a bañar. Quería ver a Shuichi y probar los productos que había traído Claude la noche anterior para ver si estaba embarazado.

Cuando estuvo listo, salió de su habitación y le ordenó a un sirviente que preparara un desayuno para él y para Shuichi y que se los llevara a la habitación del esclavo. Caminó por los pasillos hasta llegar a la habitación de Shuichi y tocó la puerta.

—¿Shuichi? ¿Shuichi ya despertaste?

Al no recibir respuesta, posó su mano sobre el lector de huella digital que estaba sobre la pared al lado de la puerta. Al ser el mayordomo en turno de la mansión, tenía acceso a casi todas las áreas y las habitaciones del lugar.

La puerta se abrió y su mirada se enfocó en la cama deshecha y en la caja de las pruebas de embarazo que había traído Claude. Le llamó la atención que la puerta del baño estaba abierta y la luz encendida.

—¿Shuichi, estás en el baño?

Caminó con paso apresurado. Sintió preocupación agolparse en su pecho. Cuando cruzó el umbral de la puerta, se encontró a un Shuichi dándole la espalda y sosteniendo algo en sus manos.

—Shuichi... ¿estás bien?

Shuichi volteó lentamente. Hiroshi pudo ver el rostro lloroso de su amigo y que en una de sus manos sostenía los que pensó era una prueba de embarazo, mientras que la otra mano estaba sobre su vientre, entonces se imaginó el resultado.

—Shuichi... ¿Cuál es el resultado?

—Es rosa... es rosa... Hiro... yo... yo estoy...

Hiroshi se adelantó y abrazó a Shuichi antes de que colapsara.

—Tranquilo Shu... vamos a usar las demás pruebas antes de sacar una conclusión. Tranquilo.

Shuichi asintió y ambos salieron del baño. Utilizaron todas las pruebas. Algunas requerían orina, otras, saliva, incluso había una que se colocaba sobre el vientre y tomaba la temperatura de esa área. Después de dos horas y quince pruebas positivas, no les quedó duda. Shuichi estaba embarazado. Ambos terminaron sentados sobre la cama. Shuichi recostado en el pecho de su amigo con la vista perdida mientras Hiroshi lo abrazaba.

¿Qué iba a hacer ahora?, ¿cómo proceder? Un bebé lo cambiaba todo ¿Ahora cómo iba a escapar?, ¿escaparía?, ¿se quedaría? ¿Cómo iba a mantener a su bebé? ¿Cómo iba a tomar la sociedad a un hombre embarazado? ¿Cómo le habían hecho sus antepasados? ¿Y a su bebé?, ¿debería tenerlo?, ¿abortar...?, ¿le diría al padre? Muchas más preguntas se agolpaban en su cabeza, algunas negándose a terminar de enunciarse.

—Shuichi... —Hiroshi necesitaba hacer esa pregunta, era de vital importancia—. Shuichi... ¿Qué vas a hacer?... ¿Vas a tenerlo? o...

Shuichi negó antes de que Hiroshi terminara la pregunta. Una cosa era pensarlo, pero escucharlo parecía hacerlo más real.

Siglo XXX (Gravitation)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora