XIX

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Ambos se habían desabrochado los primeros botones de sus camisas y se sacaron las camisas, así podrían tener un poco más de movilidad al cocinar.

- Ven, prueba... - Agarro una cuchara y agarro un poco de sopa. Se acercó al chico y se la puso cerca de su rostro. - A veces le pongo algo de huevo y carne. - Los ojos oscuros le observaron pero no dijo nada; abrió la boca y comió lo que le ofrecía.

- Mmh, sabe demasiado bueno. -Se limpio las comisuras.

- Agradece que es instantánea, porque casi no cocino. - comenzó a reírse a lo que provocó la ajena.

- Un día deberíamos de hacerlo.

- ¿El qué?

- Cocinar, así podemos ver si el otro lo hace bien.

- ¿Dudas de mis habilidades culinarias?

- No. Ni un poco. - negó un par de veces. Intentaba no reírse pero le era imposible.

Alzo sus cejas y entreabrio los labios ligeramente. Negó y fingió ignorarlo. Agarro los platos y comenzó a servir un poco de sopa; le puso dos huevos hervidos, carne y algo de salsa. Los Agarro con cuidado y se acercó a la mesa donde los puso con cuidado.

- Mmh, prueba un poco con huevo y la salsa. - Dijo el castaño.

Hizo caso omiso, tomó sus cubiertos y agarro un pedazo de huevo con sopa y la salsa. Vio como comenzaba a comer y cerraba su ojos.

- ¿Y? ¿Quedo rico? - Pregunto el castaño mientras que miraba al chico. Parecía que estaba disfrutando cada bocado.

- Si, te quedo delicioso. Había extrañado demasiado comer algo así.

- ¿En tus dietas te habían prohibido comer esto? - Pregunto llevándose la cuchara a la boca. Mastico la carne sin dejar de verle. Hubo un silencio casi eterno. - ¿No?

- La verdad es que... - picó su comida sin alzar la mirada, parecía que algo le incomodaba. - Deje de comer lo que me gustaba por un mes.

- A veces es normal que los entrenadores te prohíban cosas. Así puedes marcar los músculos...

- No, Bai. - Le interrumpió. Alzo la mirada para encontrarse con la ajena. Sus labios eran una fina línea. - No hice dietas, no tenía alguien que me guiará...

- Entonces buscaste en alguna parte información, ¿cierto?

- Te quiero contar a ti porque... eres alguien importante. Y te considero parte de mi vida.

- Suéltalo. ¿Que ocurrió? - No le estaba gustando para nada a donde le estaba llevando esa platica. Tenía un presentimiento pero no hizo caso. Le miró fijamente, le quería poner la máxima atención.

- Hace un mes, o incluso más hice algo de lo cual no estoy orgulloso, pero tampoco tenía una solución a mi alcance. - Dejo aún lado su plato. Y continuo. - Había días donde no comía nada, se que... dijeron que no me tenía que afectar los comentarios pero si paso. - Su mirada era triste. - Baje diez kilos en un mes, por eso no te pude ver, por eso me desaparecí. Tomaba pastillas para no comer, deje de disfrutar la comida, aún cuando la amo. Me veía en el espejo y no me gustaba lo que veía. - Se detuvo unos segundos, tomó aire. - A veces evitaba todo tipo de comida, y preocupe a mi familia. Se que hice mal, lo sé. Y estoy tratando de mejorar.

Se quedó en silencio, solamente lo observo. El castaño no tenía más pensamientos solo la preocupación, y la tristeza de no haber podido evitarlo. Win era pequeño, y aunque fuera lindo, y adorable, no podía pasar por alto eso. Iba a cuidarlo, a protegerlo de todo el mal o aquello que le dañe. Pero no le diría directamente.

𝙄 𝙬𝙖𝙣𝙣𝙖 𝙗𝙚 𝙮𝙤𝙪𝙧𝙨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora