𝙄 𝙬𝙖𝙣𝙣𝙖 𝙗𝙚 𝙮𝙤𝙪𝙧𝙨

XLVIII

— Quiero hacer algo.

Estaban sentados frente a frente, sus piernas estaban cruzadas al frente. Sus ideas a veces sorprendían al menor, pero no decía nada, le seguía el juego a veces.

— ¿Quieres que juguemos a quien parpadea primero?

A veces se imaginaba como era que lo veían las demás personas, él lo veía como alguien espectacular, un niño amable, cariñoso, tierno y cálido.

— Yo ganaré... — Dijo nuevamente.

El menor se acomodó y comenzó a mirarle fijamente, sin parpadear.

Se perdió en esos ojos oscuros, a veces los veía como infinitos, indescifrables. El corazón le latía locamente, sus pupilas se iban dilatando, y se le corto la respiración.

El mayor solamente comenzó a reírse, nervioso. Negó con la cabeza.

— ¿Crees que quiero jugar a algo? — Le dijo mientras que le tomaba las mejillas y le pellizcaba suavemente, sin querer provocar dolor.

— ¿Y porque estamos así? — se removia en la cama, estaba esperando alguna señal o instrucción.

— No te desesperes. Espera... — Dijo mientras que se acomodaba mejor. Quería usar dos antifaces negros, y también poner un ambiente agradable, pero solamente se quedarían con la música de fondo.

Apago la televisión, cerró la puerta de su habitación y se acomodó enfrente de él.

La música estaba suave y tranquila.

"𝘌𝘷𝘦𝘳𝘺 𝘵𝘪𝘮𝘦 𝘺𝘰𝘶 𝘭𝘪𝘦 𝘪𝘯 𝘮𝘺 𝘱𝘭𝘢𝘤𝘦
𝘐 𝘥𝘰 𝘸𝘢𝘯𝘵 𝘵𝘰 𝘴𝘢𝘺
𝘐𝘵'𝘴 𝘺𝘰𝘶, 𝘺𝘰𝘶 𝘮𝘺 𝘣𝘢𝘣𝘦
𝘐 𝘸𝘰𝘯'𝘵 𝘣𝘦 𝘵𝘰𝘰 𝘭𝘢𝘵𝘦

𝘔𝘺 𝘑𝘪𝘯𝘫𝘪, 𝘥𝘰𝘯'𝘵 𝘺𝘰𝘶 𝘤𝘳𝘺
𝘛𝘩𝘪𝘴 𝘸𝘰𝘳𝘭𝘥 𝘰𝘶𝘵 𝘰𝘧 𝘵𝘪𝘮𝘦
𝘖𝘧 𝘵𝘪𝘮𝘦 𝘰𝘶𝘵 𝘰𝘧 𝘮𝘪𝘯𝘥
𝘔𝘺 𝘑𝘪𝘯𝘫𝘪, 𝘱𝘭𝘦𝘢𝘴𝘦 𝘥𝘰𝘯'𝘵 𝘤𝘳𝘺
𝘐𝘯 𝘵𝘩𝘪𝘴 𝘸𝘰𝘳𝘭𝘥 𝘰𝘶𝘵 𝘰𝘧 𝘵𝘪𝘮𝘦
𝘛𝘪𝘮𝘦 𝘰𝘶𝘵 𝘰𝘧 𝘮𝘪𝘯𝘥"

Agarro las manos ajenas y acaricio despacio su dorso. Lo miró a los ojos, y podría jurar ahí que podía hablar sobre el amor cuando se trataba de él, las sensaciones que le provocaba, o las emociones que le hacía sentir.

— He tenido ganas de hacerlo contigo. Pero por el trabajo no he podido. — Se sincero en un tono suave y bajo.

— ¿Cuál?

Vio como aquellos ojos oscuros miraban lo que tenía enfrente, sus ojos se abrieron como platos; quería leer sus pensamientos.

— Es ponerse un antifaz negro, ninguno de los dos podrá ver... — Se detuvo en seco bajo la mirada a la almohada que tenía las cosas. Sonrió de lado y suspiró. — Quiero tocarte sin mirarte, quiero...

— ¿Tendremos sexo y cumplirás una de tus fantasías?

Eso le provocó una carcajada, la timidez y la inocencia del chico le provocaban ternura.

— Tonto, no. — Atrapó su mirada con la suya. Agarro un antifaz y se lo acomodó en la cabeza ajena. Hizo el mismo movimiento, dejando sus ojos aún visibles. — Quiero sentirte con el alma, quiero grabar cada caricia, tu piel bajo mis dedos. Te conozco tan bien, pero quiero grabar en mis dedos, entre mis memorias todo tu cuerpo.

El menor estaba escuchando atento, una sombra de una sonrisa se asomo en sus labios llenos.

— ¿Y por que?