Lo que no ves - Scarzzie

34 "You?!"

Lizzie Olsen.

Mi teléfono comenzó a sonar, interrumpiendo ese momento que estábamos teniendo con Scarlett.

Terminé de vestirme y atendí la llamada, es de un numero privado, eso me dio más curiosidad todavía.

—Hola— hablé y del otro lado una voz muy conocida al hablar, me hizo temblar.

No puede ser.

—¿Me extrañaste, amor? — exclamó y sonreí por impulso. ¿Es él?

Claro que es él.

—¿Qué haces? — pregunté intrigada. Scar me estaba observando.

—Pienso en ti, es todo— Debe estar bromeando.

—Te llamo luego— corté la llamada nerviosa.

—¿Quién era? —preguntó mi rubia. Sonreí negando.

—Boyd— murmuré aun procesando todo.

—Espera, Boyd, ese Boyd tu ex — asentí ante eso levantándome de la cama.

—Mi ex prometido. No sé qué quiere— susurré. Es la verdad, tal vez ha vuelto al país.

—Si era ponerte nerviosa, veo que lo hizo— gruñó y carcajee.

—Tengo que irme— dije antes de besar sus labios una ultima vez. Tomé las llaves de mi auto, subí a este y le escribí un mensaje de texto.

¿Dónde estás, Boyd?

Él envió su ubicación, ¿Qué hace cerca de la playa? O en la playa, mejor dicho.

No sé qué me esta pasando, no sé qué es lo que quiere de mí, ¿Por qué ha aparecido justo ahora?

Suspiré y preparándome para volver a verlo después de años conduje hasta esa casa en la playa en la cual supuestamente estaba. Tuve que sacarme mis zapatos o se arruinarían con tanta arena.

Caminé con las gafas de sol puestas, pude observarlo parado en el porche con una cerveza en la mano, no ha cambiado nada.

Volteó hacia mi y sonrió, subi las escaleras y me acerqué a él.

—Siempre de negro, amor mío— murmuró para darme un fuerte abrazo.

—Tienes que dejar de llamarme así— hablé rápidamente y negó quitándome las gafas de sol.

—¿Por qué? A ti te encanta que te llame así —Buen punto. Pero ya no soy su amor.

—¿Qué haces aquí? Y ¿Por qué me llamaste? Pensé que estabas con tu novia— hablé con una pizca de reclamo en mi voz. Él carcajeo.

—Hace mucho tiempo no tengo de esas, amor— contestó, claro, solo tiene putas, que obvio no es lo mismo. —¿Por qué no pasas? Quiero que nos pongamos al día— sé lo que esta tratando de hacer, pero no pienso irme a la cama con él.

Ya ha pasado nuestro tiempo, pero podemos ser amigos.

Entré y todo está ordenado, limpio y muy bien decorado.

Me sirvió una cerveza y nos sentamos en el sofá.

—¿Continuaste con lo de la jardinería? —pregunté mirándolo. Él asintió sin dudas.

—¿Recuerdas a John, el de la universidad? Bueno, el es gerente de nuestra empresa—me comentó.

—¡No lo creo! ¿John? No sabía que le apasionaban las plantas y vegetales—comencé a reír con él.

—He visto por tus historias de Instagram que también tienes un huerto, es bonito— O sea que me ha estado stalkeando un buen rato, sabe que estoy en pareja, o bueno, estaba, no lo sé.