Brisa se despertó y tardó varios segundos en recordar dónde estaba. Solo cuando se sentó en la cama y pudo ver el cabello desordenado de Angie a su lado, respiró con tranquilidad. Volvió a recostarse y sintió a la chica moverse a su lado, solo para acercarse más a su cuerpo y apoyar su rostro en su cuello.
Brisa llevó una mano a la espalda desnuda de Angie, y acarició su piel lentamente. Podría despertar así todos los días y sin dudas no sé quejaría. Sintió como ahora Angie bostezaba y abría sus ojos para mirarla.
B- Buen día, An. -Susurró Brisa mientras le sonreía a la chica. Angie le devolvió la sonrisa y se acercó para besar la mejilla de Brisa.
A- Me alegro de que sigas aquí. -También susurró Angie y luego agregó.
A- Tenía miedo que te escaparas, como la vez anterior. -Brisa negó con la cabeza mientras se acomodaba para estar ahora frente al rostro de Angie.
B- No volvería a hacerlo.
A- Bien. -Habló Angie y se acercó a los labios de Brisa para rozarlos con los suyos. Brisa mantuvo el leve contacto algunos segundos, hasta que el impulso de besar a la chica le ganó. Y así lo hizo, unió sus labios en un beso lento que no duró mucho.
B- Me quedaría todo el día en la cama con vos, pero realmente necesito desayunar. -Se quejó Brisa y Angie le sonrió mientras se sentaba en la cama para luego ponerse de pie.
A- Voy a prepararte algo. ¿Si? -Preguntó mientras se dirigía a su armario para buscar algo de ropa, la de la noche anterior seguro estaría esparcida por la sala.
B- Gracias, An. ¿Puedo darme una ducha muy rápido?
A- Claro, estás en tu casa. Podés tomar lo que quieras cuando termines. -Indicó señalando su armario y Brisa asintió mientras también se sentaba en la cama.
Minutos después, Brisa salía de la habitación de Angie, vestida completamente por la chica. Angie había preparado café y tostadas para ambas. Había preparado el pequeño desayunador y esperaba a Brisa. Cuando la vio no pudo evitar sonreírle, la chica se veía preciosa aún con el cabello mojado y sin una gota de maquillaje.
B- No puedo creer que realmente prepararas el desayuno. -Exclamó Brisa mientras se acercaba para sentarse junto a Angie.
A- No preparé mucho, la tostadora y la cafetera hicieron todo el trabajo. Bueno... corte la palta y abrí la mermelada. -Se burló Angie y Brisa puso los ojos en blanco.
B- Shh... todo se ve muy rico, gracias. -Interrumpió Brisa y bebió de su café. Angie hizo lo mismo y ambas chicas desayunaron entre charlas sin sentido sobre la noche anterior y bromas de parte de Angie.
Cuando terminaron, Angie fue a ducharse mientras Brisa respondía a su amiga Lourdes, que la estaba llamando.
Brisa: Hola, Lu.
Lourdes: Bri, pensé que venías a dormir. ¿Dónde estás?
Brisa: Amiga, anoche te dije que me quedaba con Angie.
Lourdes: Si, pero creí que solo un rato. ¿Estás bien?
Brisa: Si, tranquila. Estoy más que bien. -Confesó Brisa en voz baja, no quería que Angie la escuchara aunque estuviera bastante lejos de ella. Brisa caminó hacia el sofá y se sentó allí mientras continuaba la llamada.
Lourdes: Ni siquiera voy a preguntar que hiciste, porque no quiero imaginarme más detalles. -Bromeó la chica y Brisa rio levemente.
Brisa: Ay callate, Lu. ¿Vos estás con Mar?
Lourdes: Si, nos levantamos hace un rato y vamos a ir a desayunar. ¿Venis?
Brisa: No, perdón. Desayuné con Angie.