|Ocho|

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Era martes en la mañana y Brisa tomaba su descanso en la oficina, junto a Sara.

S- ¿Entonces volvieron a hablar? -Preguntó la chica sorprendiendo a Brisa.

B- ¿Con quién? -Preguntó aún sabiendo de quién hablaba.

S- Con la chica que vimos en el bar, Angie creo que era su nombre.

Brisa asintió levemente.

B- Si, hablamos.

S- ¿Y? -Insistió Sara, pero luego se arrepintió de hacerlo.

S- Perdón, Bri. No tenes que contarme, solo me ganó la curiosidad.

Brisa le sonrió a su amiga y luego de beber un poco de café continuó.

B- No te preocupes, nos vimos el sábado y también el lunes.

Sara la miraba muy sorprendida y sonriendo.

B- De todas formas solo hablamos y aclaramos algunas cosas, no sé cómo seguirá de aquí en más.

S- ¿Vos cómo queres que siga?

Brisa se encogió de hombros, realmente no lo sabía. Angie le gustaba, nunca había dejado de hacerlo, aún sentía algo por ella pero no podía descifrar que era.

B- No lo sé, tampoco se que quiera ella.

S- ¿No te dió ninguna señal? -Brisa negó con la cabeza.

¿Y si lo que creía sentir por Angie era solo el recuerdo de lo que alguna vez tuvieron? Quizás solo estaba recordando cómo la chica la hacía sentir. Su estómago se apretó cuando aquel pensamiento llegó a su mente.

Al parecer, Sara también lo noto.

S- ¿Estás bien, Bri?

B- Si, solo...

S- Puedes hablar conmigo.

B- Lo sé... Angie me hizo sentir mucho, pero también me lastimó. -Hizo una pequeña pausa pero prosiguió ante la atenta mirada de su amiga.

B- Quizás solo extraño sentirme como cuando estábamos juntas.

S- ¿Te refieres a que quizás ya no puedas sentirte así?

Brisa volvió a encogerse de hombros totalmente confundida.

S- Puedes averiguarlo.

B- ¿Cómo?

S- Intentando.

B- No quiero lastimarla ni quiero que me lastime.

S- No tienes que hacerlo. Puedes seguir viéndola, aclarando sus problemas y dejándote llevar.

Brisa se quedó en silencio unos segundos, evaluando las palabras de su amiga. Quizás tenía razón.

B- Lo voy a intentar.

S- Claro, quizás te das cuenta que es lo que querés.

B- Espero que quiera lo mismo.

S- Por como te miraba, no tengo dudas, Bri.

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Angie trabajaba en su oficina mientras hacía una videollamada con su amiga Micaela, hablaban a diario y la chica estaba al tanto de todo lo que pasaba en su vida.

A- Parece que el tiempo no hubiera pasado. Solo está más distante...

M- Es totalmente comprensible. ¿No?

A- Si, claro. Pero me gustaría poder acercarme un poco más.

M- Quizás si le das algo de tiempo... ¿O crees que ya no tengas oportunidad?

A- No sé, Mica. No estoy segura de nada. Y antes de que me digas... no puedo preguntarle. La voy a asustar. Además, con lo que hice en su casa...

M- Me lees la mente, como siempre. Aprovecha estas oportunidades que te está dando.

A- Si, lo hago. Tenía miedo de que ni siquiera me escuche, así que ya gané.

M- ¿Y quedaron en algo más?

A- En nada. ¿Le escribo?

M- Obvio.

A- Ay bueno, ahora le escribo.

M- Invitala a algo, lenta.

A- Dios, ya empezas. Mejor te escribo después, y te cuento.

Micaela se rió y Angie terminó la llamada, sonriendo.

Si bien era martes, invitaría a la chica a salir en la noche del jueves, aprovechando que el viernes lo tenía libre. Si hubiera sido por ella, la hubiera invitado hoy, pero trataba de no presionar a la chica.  Esperaba con ansias obtener un sí como respuesta. No lo pensó mucho, de lo contrario se arrepentiría. Marcó el número de Brisa y presionó la pantalla para llamarla. Escucho el tono característico varias veces y cuando se disponía a terminar la llamada, Brisa la interrumpió.

B- Perdón, no había escuchado el teléfono. -Se disculpó rápidamente Brisa y Angie sonrió.

A- No te preocupes, ¿cómo estás?

B- Bien, un poco cansada, tuve un día bastante movido.

A- ¿Mucho trabajo?

B- Solo un proyecto que se complicó, de todas formas creo que ya se solucionó. ¿Vos?

A- Todo lo contrario, no tuve mucho trabajo, es más, voy a salir antes.

B- Te envidio.

A- ¿Vas a estar muy cansada como para salir el jueves?

B- ¿Jueves, a dónde?

A- El viernes es feriado, ¿trabajas los feriados?

B- An, ni lo había recordado.

A- Me gusta que me digas así. -Respondió Angie al escuchar aquel apodo. No lo sabía pero Brisa estaba sonriendo.

A- ¿Entonces?

B- Aún no me decís a dónde.

A- A tomar algo, conozco un sitio que te va a gustar.

B- Está bien, si duermo unas horas en cuanto salga, para la noche voy a estar bien.

A- Luego te envío la ubicación o paso por vos.

B- Está bien, espero tu mensaje.

Angie iba a responder cuando escuchó una voz del otro lado del teléfono, al parecer alguien entraba a la oficina de Brisa bastante entusiasmada.

S- ¡Bri! El jueves salimos. -Habia casi gritado Sara en cuanto entro y Brisa se rió levemente.

Angie pensó que quizás su plan ya no seguiría en pie, pero se sorprendió cuando Brisa habló.

B- Lo siento... pero acabo de hacer planes para esa noche. ¿Quizás otro día?

S- ¿Con Angie? No me digas que...

Brisa trató de que su amiga dejara de hablar, al parecer no había notado que ella estaba en el teléfono. Brisa se apresuro a despedirse de Angie antes de que Sara la hundiera.

B- Nos vemos, An. Espero el mensaje.

A-Esta bien, linda. Nos vemos.

Brisa finalizó la llamada y Angie sonrió levemente, ¿así qué Brisa había hablado con su amiga sobre ella? Eso podía llegar a ser bastante alentador.

Brangie - Olías a futuro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora