A la mañana siguiente, Brisa se despertó con un mensaje en su teléfono. Si no hubiera sido por aquel sonido, habría dormido varias horas más, aprovechando que era domingo.
Angie- Buen día, espero no despertarte. Sólo quería agradecerte por haberme escuchado ayer.
Brisa leyó el mensaje y sonrió levemente. No sé arrepentía de haber invitado a Angie, realmente había sido bueno poder escuchar su explicación y compartir algo de tiempo. Una parte de su mente la incentivaba a coordinar otro encuentro y la otra parte estaba llena de reproches y miedo. No tenía certezas de que todo cambiaría.
Si bien, la noche anterior había charlando con Angie, sentía que no habían hablado de todo y esa curiosidad no dejaba su mente. Aún sin responder aquel mensaje, Brisa se levantó y fue directo a tomar un baño.
Más tarde, mientras se servía un café recibió una videollamada de Lourdes.
B- Hola chicas. -Saludó al ver que allí también estaba Martina.
M- Bri, ¿cómo estás?
L- ¿Cómo te fue ayer?
B- Creo que bien, hablamos un poco.
M- ¿Solo hablar? Que aburrido. -Bromeó Martina y Lourdes le dió un pequeño golpe.
B- Si, solo eso.
L- ¿Te dió respuestas?
B- Algunas...
M- Contanos, amiga.
B- Solo me dijo que se fue porque la decana había sido clara y no quería arruinar mi carrera.
L- Pero no te lo dijo, tendría que haberlo hecho.
B- Lo sé, Lu.
M- Pero ahora sabes que no quería irse. ¿No?
L- Insisto en qué podría haber esperando a que volvieras del viaje.
M- Lu, deja que nos cuente. Controlá tu enojo. -Se quejó Martina y Brisa internamente lo agradeció. Sabía que Lourdes tenía razón, pero a veces solo lanzaba comentarios ofensivos hacia Angie, aún sabiendo que Brisa lo tenía presente.
B- Dijo que se fue cuando no estaba, porque sino no hubiera podido hacerlo.
M- Tiene sentido, creo.
L- ¿Cómo te sentiste con ella?
B- Mejor de lo que esperaba.
M- Quizás porque los sentimientos siguen ahí, muy camuflados, pero siguen.
B- No sé.
L- ¿Y pensas que ella siente algo?
B- Ni siquiera sé si tiene pareja, chicas.
M- ¿Cómo no le preguntaste?
B- Es que yo solo quería una explicación, nada más.
L- ¿Y ahora?
B- No sé.
L- ¿Se van a volver a ver?
B- No quedamos en nada, ahora me escribió y no le respondí.
M- Hacelo, y véanse. No te guardes nada.
L- Pero que ni se le ocurra lastimarte, esta vez la mato.-Brisa se rió levemente y se despidió luego de sus amigas.
Continuó bebiendo su café y pensando en las palabras de sus amigas. Estaba claro que quería ver a la chica, pero quería creer que era solamente para saber más. Tomó su teléfono y decidió responder el mensaje.
Brisa- Buen día, Angie. No te preocupes, ya estaba por levantarme.
Respondió sutilmente y sin tocar ningún tema puntual. Si la chica quería verla, seguro se lo diría. La respuesta llegó rápidamente.
Angie- Me gustó mucho hablar con vos anoche, me gustaría que podamos seguir poniéndonos al día. Sin presiones, solo si queres.
Brisa sonrió levemente y agradeció por aquel mensaje.
Brisa- También me gustaría.
Angie- ¿Hoy o mañana? Si es muy pronto podés decírmelo.
Brisa- Mañana está bien, estoy libre luego de las 16.
Angie- Te veo a las 17, luego coordinamos dónde.
Brisa- Está bien, Angie.
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Lunes a la tarde, Brisa llegaba a una pequeña cafetería donde Angie ya la esperaba. No conocía el lugar, pero era muy agradable y espaciado.
Cuando vió a Angie, rápidamente se acercó y tomó asiento frente a ella.
A- Viniste...
B- Te dije que lo haría, solo me retrasé un poco.
A- Pensé que quizás te habías arrepentido. -Susurro Angie y luego sonrió levemente.
B- Te hubiera avisado, no te preocupes.
A- En todo caso, me alegro que estes acá. ¿Cómo estás?
B- Bien, cansada. ¿Y vos?
A- Estoy bien, no tuve mucho trabajo hoy.
B- Que suerte, los lunes para mí son los peores.
La charla se detuvo cuando una chica se acercó a tomar sus pedidos. Ambas seleccionaron lo que más les apetecía y solo minutos después, ya tenían su merienda sobre la mesa.
Brisa probó una medialuna y Angie de inmediato agregó.
A- Estoy segura de que va a gustarte.
B- Tenes razón, está deliciosa.
A- Voy a hacerte probar todo el menú. - Bromeó Angie y Brisa le sonrió.
A- Es la primera vez que salimos juntas. ¿Lo notaste? -Pregunto Angie y Brisa cayó en cuenta.
Nunca habían podido salir a cenar, merendar o lo que quisieran hacer. Debian estar pendientes de que nadie las viera y por ese motivo siempre estaban en el departamento de Angie.
Brisa asintió y Angie apretó sus labios en una pequeña sonrisa.
B- No lo había pensando...
A- No me quejo de nuestras salidas anteriores, pero se siente bien.
B- Lo sé, es diferente.
Angie asintió esta vez y ambas desviaron la charla.
A- ¿Y tus amigas? -Pregunto luego de beber de su jugo de naranjas.
B- Están bien, me visitan algunos fines de semana.
B- Y Luli casi que te odia. -Agrego bromeando Brisa, aunque era la verdad.
A- No lo dudo, yo también me odiaría. -La mirada de Angie se apagó y Brisa se regañó internamente.
B- Se le va a pasar, solo no quiere que me lastimen.
A- Lo sé, siento haberte lastimado.
Brisa solo miró a la chica en silencio, manteniéndole la mirada.
B- No vuelvas a hacerlo.
Angie negó rápidamente con la cabeza y apenas sonrió.