|Diez|

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Brisa se despertó con un fuerte dolor de cabeza, los ojos le pesaban y le costó abrirlos. En cuanto lo hizo, no reconoció dónde estaba por lo que se sentó rápidamente. Al notar que estaba totalmente vestida, se tranquilizó un poco y algunos recuerdos de la noche anterior llegaron a su mente. Sabía que estaba en el departamento de Angie, pero con algo de vergüenza debía admitir que no recordaba como llegó. No había tomado mucho, pero al parecer había tomado suficiente como para que ahora le costara recordar, se reprendió mentalmente y se puso de pie para buscar un baño.

En tanto, observó la habitación de Angie y quedó fascinada. Todo estaba decorado en colores oscuros aunque la gran ventana le brindaba la luz necesaria. Encontró dos puertas por lo que sabía que una de ellas la llevaría al baño. Y así fue, abrió la puerta y se encontró sobre un pequeño mueble una toalla, ropa y todo lo necesario para que pudiera tomar una ducha. Sonrió ante el gesto de Angie y a la vez se avergonzó por ello.

Casi media hora después, Brisa salía sintiéndose mucho mejor y con el cabello aún húmedo. Salió del baño y luego también del cuarto, quería encontrar a Angie. No tardó mucho en hacerlo, al entrar en la sala la vió de espaldas y preparando algo.

Sonrió inevitablemente y se acercó a la chica.

B- Buen día... -Susurró y Angie de inmediato se giró.

A- Buen día, ¿cómo dormiste? -Preguntó al ver a la chica y continuó luego cortando la fruta que usaría para el desayuno.

B- Bien, solo que no sabía dónde estaba. -Confesó Brisa y Angie se rió levemente.

A- Eso te pasa por beber tanto y tan rápido...

B- Solo fueron unos tragos... -Se excusó Brisa y luego se detuvo al recordar algunas situaciones de la noche anterior.

B- Perdón si hice algo que...- No pudo continuar al notar la mirada de Angie en su rostro, detecto de inmediato que la chica dudaba en hablar o no hacerlo.

A- No te disculpes, linda. -Angie sonrió luego de unos segundos y se dirigió a la mesa, dónde dejó los dos platos con frutas y medialunas.

Brisa se quedó de pie unos segundos más. ¿Qué había sido aquello? ¿A caso si había pasado algo y ella no lo recordaba? ¿O sólo eran su imaginación y resaca jugandole una mala pasada?

A- ¿Desayunas conmigo? -Preguntó Angie y Brisa no hizo más que asentir con la cabeza y acercarse para sentarse frente a la chica.

A- Solo fruta y café, no quiero empeorar la resaca que ya debe de estar haciéndote efecto. -Murmuro rompiendo el silencio, para llevar luego la taza a sus labios.

B- Gracias, An. No tenías que molestarte. -Murmuró Brisa y se dispuso a probar la fruta.

A- ¿Tenés algún plan para hoy?

B- Ninguno más que descansar. ¿Y tú? -Preguntó con interés.

A- Tampoco, aunque ahora que estás aquí, quizás podamos planear algo. ¿No?

Brisa asintió con su cabeza sonriéndole a la chica. El plan de dejar que todo fluyera seguía en pie, aunque le encantaría saber cómo había terminado en el departamento de la chica. Dudo en preguntar, pero finalmente optó por hacerlo.

B- No recuerdo mucho de anoche, ni siquiera se cómo llegamos... -Empezó Brisa y vio el rostro de Angie cambiar, la sintió incómoda.

A- ¿No te acordás de nada? -Preguntó con su voz más baja de lo normal y Brisa negó.

B- ¿Hice algo verdad? -Brisa comenzó a la defensiva y muy avergonzada.

B- Necesito que me lo cuentes, no es justo que no me acuerde, An. -Brisa habló de forma rápida mientras se ponía de pie y miraba fijamente a la chica frente a ella.

Brangie - Olías a futuro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora