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Desde la noche que Jungkook se marchó de la habitación que compartía con Taehyung no volvió.

Esa noche Jungkook ni siquiera logró dormir, dió vueltas y vueltas por toda la cama llegando al punto en el que se rindió, se dió una fría ducha y camino de vuelta al cuarto de Taehyung. Entre la oscuridad se acercó a su cama viendo cómo Taehyung dormía abrazado a su almohada, le dió un beso en la mejilla y se retiró una vez más, creyendo que al día siguiente todo se solucionaría.

No fue así.

Las discusiones entre ambos fueron en aumento a tal punto que Jungkook le llegó a levantar la voz un par de veces. La paranoia de Taehyung ya no lo dejaba pensar con claridad, cualquier mínima salida era una alerta roja para él.

- Iré a España, es el cumpleaños de Jimin y...

- No

- ¿Porqué no? -defiende- tu estás fuera todo el día

- No voy a pelear de nuevo... ¿No tuviste suficiente en la mañana?

- Pero Jungkook...

- Hay una revuelta en el centro de la ciudad -lo mira- mi madre ha obligado a los mineros a despedir a la mitad de sus empleados

- ¿Eso que tiene que ver conmigo?

- ¿¡Que no entiendes que busco protegerte!? -golpea la mesa- si vas a España te van a atacar porque están en huelga, los miembros de la monarquía no deben salir a la ciudad

Enojado y sin tener opción Taehyung se levantó de la mesa sin siquiera haber probado bocado.

Su casa lucía bonita, todo estaba en su lugar, pero las horas constantes de encierro lo asfixian, no salia de la casa, Jungkook se la pasaba "trabajando" y los fines de semana encerrado en su despacho. Ahora vivía tan alejado de la ciudad, le hacia tanta falta escuchar el gentío, el sonido de los autos porque el silencio absoluto lo estaba volviendo loco de remate.

Los episodios de vomito no habían desaparecido, incluso se volvieron más fuertes, Taehyung no se alimentaba sanamente y lo poco que lograba comer terminaba dentro del inodoro.

Jungkook suspiro con pesadez al verlo alejarse, se esforzó tantas veces en incluir a Taehyung a su entorno, quería hacerlo sentir parte de él, pero al parecer a Kim no le interesaba, no sé esforzaba ni un poco y aquello lo frustraba a tal grado que lo hacia enojarse consigo mismo, le frustraba que Taehyung no lograra encajar en su mundo.

La huelga solo se encontraba en España, Mónaco estaba más tranquilo así que esa misma noche Jungkook invito a uno de sus escritores favoritos a cenar, quería compensar a Taehyung por no dejarlo ir a la capital.

Jungkook se encontraba feliz sonriendo y hablando con aquel hombre; Taehyung no lograba comprender en qué momento le había dejado de sonreír a él de esa manera; la magia desapareció de la noche a la mañana.

- Terminó en el cuarenta y cuatro

- Cuarenta y cinco -corrige Taehyung- la segunda guerra termino en mil novecientos cuarenta y cinco

El escritor miro a Taehyung con desconcierto, se había atrevido a corregir al príncipe. Jungkook solo suspiro bebiendo de su copa, a Taehyung no le temblaba la boca para corregirlo.

Y es que para Taehyung esa plática era un fastidio y no se inmutó en disimular su molestia ni por un segundo, los temas de los que hablaban no le interesaban en lo absoluto.

- Como le decía Jungkook -carraspea incómodo- la segunda guerra es muy relevante porque marca un antes y un después para el mundo...

Los dos estaban tan concentrados en su conversación ignorando por completo a Taehyung mientras él solo picaba la comida para distraerse. En un intento por escapar de la situación dejo caer "accidentalmente" el vaso de agua sobra la mesa manchando su propia ropa. Los dos mayores lo voltearon a ver.

El Principe Taehyung ||KookV||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora