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Al día siguiente cada uno tendría que asistir a un evento por separado; Jungkook se presentaría en un partido de fútbol como muestra de caridad a uno de los hospitales regionales de la ciudad y por el otro lado Taehyung iría a visitar esos mismos hospitales en nombre de la monarquía; sería la primera vez que se separarían en toda la gira.

- Ven conmigo... -repartía besos en su cuello- no quiero estar lejos de ti amor...

- Jungkook... -suspira acariciando su cabello- prometo que trataré de terminar lo antes posible para verte jugar

- ¿Lo prometes?

- Con el corazón en la mano

- Bien... -bufa al separarse- te estaré esperando

Antes de irse le da un último beso en la mejilla para después caminar con resignación hacia la salida.

- ¡Jungkook! -grita logrando que se detenga justo antes de subir al coche-

- Dime...

- Ya te extraño

Taehyung le sonrió con aquella bonita figura geometrica logrando que sus ojos se hagan chiquitos. Jungkook le sonrió de vuelta con las orejas rojas de la vergüenza y el corazón acelerado. Toda la servidumbre había escuchado a su esposo y ahora las miradas estaban sobre él. Si aquello estaba contra el protocolo para ese punto no le importaba.

- También yo Taehyung

No supo en qué momento Taehyung logró sacar ese lado tan cursi de él, un faceta que no conocía de sí mismo, nunca antes en su vida había actuado de tal manera; ni siquiera con Seokjin.

- El príncipe Taehyung realmente lo ama

Jungkook ya iba dentro del auto, en toda su vida era la segunda vez que alguien de la servidumbre cuestionaba sus acciones. El primero fue Park y ahora su chófer coreano; quizá las costumbres eran diferentes en ese país.

- Es decir -carraspea- aquí todos creíamos que su matrimonio era arreglado, incluso que su familia había obligado al príncipe Taehyung a casarse con usted, no se ofenda... -continua manejando- pero alguien con el carácter de usted y con esa cara de estar enojado todo el tiempo, aunque lleve el título de un príncipe no merece la belleza de ese joven bonito

Bueno, al menos esta vez alguien tuvo la valentía de decírselo a la cara, porque ya antes lo había escuchado, pero siempre fueron palabras dichas a sus espaldas.

- La gente no siempre tiene la razón -defiende- ustedes solo ven desde su perspectiva, lo que nosotros dejamos que vean, nunca sabrán a ciencia cierta que es lo que realmente sucede dentro de nuestro hogar

- ¿Usted lo ama de verdad?

Lo miró soltando un suspiro, ya se lo había confesado a Taehyung, le abrió sus sentimientos y la verdad es que aún era un poco extraño aceptar el amor que sentía por él ante extraños, porque aunque llevarán años casados, su confesión se dió de un día para otro; ahora se supone que estaba enamorado.

- ¿Quién no podría enamorarse de Taehyung?

En sus palabras no hubo ni una sola pisca de mentiras; la gente coreana cayo rendido ante los pies de Taehyung, los volvió locos, no solo por su belleza y la corona sobre su cabeza, si no por lo que realmente representaba; le daba la cara al pueblo, luchaba por sus derechos, los hacia valer y sentir que importaban en la monarquía.

Al bajar, el estadio se encontraba lleno de gente con letreros de imágenes de Jungkook y Taehyung, algunos solo traían fotos al menor y uno que otro a Jeon, pero el grito que se escuchaba entre la multitud era el del nombre de su esposo y cuando se dieron cuenta que él no se encontraba con el príncipe de Mónaco se callaron.

El Principe Taehyung ||KookV||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora