Mihrimah se encontraba viendo su película favorita en la sala de los Salvatore mientras bebía de su jugo
— ¡Familia he traído dominó! — Damon entro gritando y voltee a verlo mientras le sacaba la lengua.
— Niña voy a mandarte a un orfanato. — Señaló Damon a la pequeña.
— ¡Déjame ver mi película Damon! — Se quejo Mihrimah y siguió viendo la televisión.
— Aguafiesta, ¡Alaric una partida de dominó o tienes miedo! — Damon agitó la caja en su cara.
— Bien pero nada de apuestas — Se levantó Alaric mientras tomaba la caja de dominó.
Damon bufo y negó con una sonrisa mientras sacaba un fajo de billetes
— Apuesto dinero... — Damon paso el dinero por su rostro y lo dejo en la mesa.
Mihrimah pauso su película y volteo a ver a Damon — ¿Puedo jugar? — Preguntó mientras se levantaba y jalaba una silla.
— Este juego no es para niños y además debes tener con que apostar — Se burló Damon.
— Lo siento pequeña M — Ric sonrió un poco sabiendo lo billonaria que es la pequeña Original.
— Puff, bien. Aprendo viéndolos jugar — Fingió y se subió a la silla para verlos.
— ¡Haces trampa Alaric, lo puedo sentir! — Se quejo Damon dejando las fichas en la mesa.
— ¿Ahora puedo jugar? — Preguntó Mihrimah con una sonrisa.
— Bien, te pagaré esta ronda nada más. — Damon dejo el fajo de billetes en la mesa y se sentó a un lado de Mihrimah.
— ¿Preparado Ric? — Mihrimah trono sus dedos.
— Oh vamos, hoy la suerte esta de mi lado. — Sonrió confiado y colocó en la mesa dos mil dólares que le ganó a Damon.
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— Ya no tengo dinero... — Susurro Ric mientras veía su cartera — Acabo de apostar mi futuro salario y he perdido — Alaric soñoso y se extendió en la mesa.
— No puedo creerlo, ¿Cuánto dominó sabes jugar? — Se asombro Damon.
— Traidicional, individual o por parejas, suma de dos, jugando, robando, sin robar o...
— Si, si. Con eso es suficiente — Damon sonrió mientras intentaba tomar el dinero pero recibió un manotazo. — Iniciaste con mis mil dólares — Se quejó.
— Quinientos son tuyos, tómalo o déjalo. — Alzó una ceja y extendió los quinientos.
— Mil quinientos. — contrataco.
— ¿Qué tal esto? — Mihrimah coloco tres mil dólares en la mesa — Me das mil y te doy quinientos.
— Me das doscientos mil.
— te doy cuatro mientras me das 12 mil dólares a la semana — Sonrió Mihrimah.
— Perfecto, estos si son negocios — Damon estrecho su mano con una sonrisa mientras extendía su mano a Mihrimah. — Pagame.
Mihrimah le dio cuatro dólares y Damon la observó confundido
— ¿Qué me estás viendo? — Mihrimah alzó una ceja.
— Dijiste que me das cuatro mil dólares — Obvió.
— No, dije que te daría cuatro pero jamas mencione el mil y ahora tu me darás doce mil dolares a la semana.
Damon borro su sonrisa y abrió la boca ofendido y volteo a ver a su amigo.
— ¿Haz visto como me ha estafado? — Se quejó.
— Amigo, no quiero perder más con Mihrimah — Murmuro Ric.
— Otro juego más — Se quejó Damon.
— Todo o nada — Mihrimah coloco el dinero en la mesa. — Ric, te quedan las escrituras de tu casa — Sonrió Mihrimah.
— No importa, apuesta. Seguro la ganamos, es todo o nada — Sonrió confiado Damon.
— Bien... — Suspiro rendido Alaric mientras suspiraba.
— Toma — Damon extendió las escrituras.
— ¿Por qué tienes las escrituras de Ric? — Preguntó Mihrimah alzando una ceja.
— Eso no importa, vas a morder el polvo — Se burló Damon.
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— ¡Y con esto, se cierra la partida! — Mihrimah coloco una ficha y Damon volcó la mesa con enfado.
— ¡Eres un imbécil! ¡¿Cómo diablos pudiste perder?! — Damon sujeto de la camisa a Ric mientras lo agitaba con violencia.
— ¡Tú fuiste el que se la pasó gritándo en mi oído! — Le gritó de vuelta el maestro.
— ¡¿Qué diablos les sucede a ustedes dos?! — Stefan hizo acto de presencia y los separo.
— ¡Este idiota perdió el todo o nada contra la mocosa del gobierno y ahora tengo que darle doce mil dolares a la semana! — Se quejo Damon.
— ¿Haz perdido contra una niña Damon? — Stefan alzó una ceja.
— No fue el. Fui yo y Mihrimah le jugo la cabeza a Damon — Explicó el profesor mientras se levantaba.
Stefan bufó y volteo a ver a la niña que estaba en el suelo mientras contaba su dinero y guardaba un papel en su bolsillo de su pequeño suéter.
— No puedo creer esto — Susurro Stefan y se agachó frente a Mihrimah — ¿Pequeña puedes devolver el dinero, por favor?
Mihrimah volteo a verlo y negó mientras le apuntaba con su pistola de verbena
— No. Ellos lo perdieron y yo gane limpiamente — le disparo en la cara y Stefan calló hacia atrás para soltar un quejido.
— ¡Mierda! — Se quejo Stefan.
Mihrimah sonrió con burla y guardo el dinero en su mochila mientras se acomodaba en el sofá y encendía la televisión para terminar de ver Pingüinos de Madagascar.
— No puedo creerlo — Hablaron todos.
•jarichat-neko•
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Mihrimah Mikaelson
Hayran KurguLa Bruja Original había cometido un delito a la naturaleza nuevamente, hace más de mil años creo a un pequeño retoño; Un bebé que desafía a la Naturaleza o eso es lo que piensa ya que la misma Naturaleza suplica por la aprobación de está. Al crear a...