La Bruja Original había cometido un delito a la naturaleza nuevamente, hace más de mil años creo a un pequeño retoño; Un bebé que desafía a la Naturaleza o eso es lo que piensa ya que la misma Naturaleza suplica por la aprobación de está.
Al crear a...
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Caroline Forbs. Así se llamaban mis pensamientos y preocupaciones. Me gustaba de verdad esa mujer, no podría resistirme simplemente a esa rubia tan hermosa.
Había caído rendido a sus pies y disfrutaba sentir sus labios contra los míos a pesar de ser algo furtivo.
— ¿Amor? — Mihrimah me saco de mis pensamientos y fantasías.
— ¿Dijiste algo? — Pregunté y ella asintió. — Lo siento amor, estaba pensando. — Ella sonrió y me miró sin decir nada.
Desde el bailé todo era silencioso, me estaba comenzado a aburrir de la misma rutina de siempre, hablar con Mihrimah y no hacer nada interesante.
— Te dije si podríamos ir de vacaciones — Sonrió y yo negué inmediatamente.
Claro que no, tenía planes con Caroline. No podría simplemente cancelar algo por lo cual me había costado trabajo.
— Lo siento amor. Pero tengo trabajo.
Me levante y escuche como susurro un "bien". Mihrimah no podía enterarse de Caroline,había sido lo más discreto posible y aun no me decía nada por lo cual era imposible que ella supiera algo.
Unas palabras y Mihrimah volvería a mi. No podría permitir que ella estuviera con otra persona, ambos tenemos una marca que nos une eternamente y nadie puede cambiar eso.
Como de costumbre me encamine por el bosque y divisé a Caroline de espaldas.
— Tardaste mucho — Sonrió Caroline y me plantó un beso en los labios el cual correspondi.
— Mis disculpas, Mihrimah me retrasó. — Sonreí y volví a besarla.
— Eso supe, saldría con Stefan. Sigue sin humanidad y apenas ella lo llamo salio corriendo de el Grill — Acarició mi cabello y fruncí el ceño.
¿Qué? ¿Con Salvatore?
— ¿Con Stefan? — fruncí el ceño.
No. Ella no puede salir con Stefan, se supone que el era mi amigo.