Chapter 10

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Es fácil decía, solo debes cuidarme decía

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Es fácil decía, solo debes cuidarme decía. No puedo dejar de dar vueltas llevo rato sin poder escuchar su corazón. Le di sangre, le eché agua e incluso le ofrecí gomitas y nada.

— ¡Maldita sea. No me dijiste si esto tenía que pasar! — Le grito a su cuerpo inerte en el sillón.

Una chispa salió de su cuerpo y me aparte rápidamente ¿Qué diablos fue eso?

— ¿Qué? — Digo más para mi que para ella cuando me acerco con confusión a tocar su pecho, su corazón comienza a latir.

¡Hija de perra sigues con vida!

Sentí a la naturaleza por un breve instante lo cual mejor ignoro, Mihrimah estaba con vida y había comenzado su crecimiento eso es lo importante.

Una luz roja la había envuelto y rápidamente se transformaba en un bebé, luego volvía a su estado de niña, adolescente, adulta, vejez y bebé nuevamente.

Siento de nuevo la calidez de la naturaleza que una idea loca se me viene, ¿y si soy brujo? Me enfoco en la veladora la cual de inmediato enciende.

— No me jodas ¡Soy un maldito brujo!

Grito sin poder evitarlo, volteo a ver a mi hermana y rápidamente reparo todo lo que había roto. — Joder Mihrimah. No tengo idea como lo haz hecho pero ¡Gracias maldita sea!

Cómo un niño pequeño comencé a leer los Grimorios de Mihrimah y caí en cuenta que era como ella. Un Híbrido.

Todo tiene que ver con Niklaus.

Estuve mucho tiempo practicando hechizos, sintiendo la naturaleza, intentando hacer una proyección para mis hermanos y molestarlos.

Habían tantas cosas que quería y podía hacer. Estaba muy feliz con los resultados definitivamente le tenía que presumir mi magia a todos mis hermanos y más al molesto Finn.

— ¡Mira mi magia! — Me encontraba frente a un espejo practicando como decirle a mis hermanos sobre mi magia. — No, así suena patético. — Murmure e hice otra pose. — ¿Te crees que eres el único híbrido? — De mi mano había comenzando a salir una flama mientras sonreía. — Joder Niklaus estás perdido hermano.

La puerta se abrió y pude ver a un lobo negro observarme fijamente.

— ¡Niklaus no puedes meterte así a las casas ya van cinco! —Escuché a Elijah quien entraba irritado.

Espera, ¿dijo Niklaus?. ¡¿Tengo al perro pulgoso de mi hermano frente a mi.?!

— Así que tu eres Klaus en forma de Perro — Hable y Elijah me miró inmediatamente.

Mihrimah Mikaelson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora