01.

982 69 1
                                    

Antes de leer:

Esta historia contiene

-Lenguaje vulgar.
-Escenas sexuales explícitas.
-Fetiches como:
Sadomasoquismo (consensuado): el placer de recibir o provocar dolor.
Voyeur (consensuado): cuando alguien disfruta ver a otras personas tener relaciones sexuales.
-Consumo de alcohol.
-Abuso verbal.
-Mención de trastornos mentales.

Si no te gusta alguno de estos temas mencionados, te recomiendo que no leas.

¡Gracias! ;)

[...]

Taehyung

Miro mi reflejo en el espejo y me siento un poco patético por la manera en la que me veo. Mi cabello rubio se encuentra un tanto desprolijo, en mi rostro habita un rubor rosado y un bálsamo labial del mismo tono. No llevo mucha ropa encima pero, sin embargo, es ridículo lo mucho que me estoy esforzando en lucir bien.

Bajo las escaleras de mi casa y miro a mi alrededor, buscando a mi esposo. Camino hasta llegar a la cocina y allí lo encuentro, bebiendo un café y leyendo una revista. Luce igual de lindo que siempre. Levanta su cabeza un poco y me dedica una sonrisa encantadora.

Me acerco y me siento en su regazo. Acaricia mis piernas y me gusta la forma en la que sus dedos recorren cada rincón de mi piel. Sostengo sus mejillas entre mis manos y lo empujo hacia mí para probar su boca y besarlo con suavidad.

—Qué rico sabor —elogia y sonrío, sintiéndome excelente ante su aprobación.

—Gracias, me alegra que te guste —me oculto en su cuello e inhalo el olor de su colonia—. Vamos a la cama.

—Es temprano aún —dice y bufo ante la ingenuidad.

—Minho, no vamos a dormir —bato mis pestañas y niega con la cabeza. Hago lo posible para respetar su decisión, pero no puedo evitar sentirme algo insatisfecho porque ya han pasado meses desde que me hizo el amor y, a pesar de que no suele ser tan emocionante, extraño que lo haga.

—No puedo, Tae, tengo que terminar de trabajar y debo hacer la cena —me quita de encima suyo y se levanta. Abre la nevera y saca una lata de cerveza.

—Pero —suspiro y me termino rindiendo.

No puedo insistir porque no es no, pero en cierto punto me siento sumamente desesperado. No puedo dormir tranquilo y evitar recriminarme por el hecho de que Minho y yo no tenemos sexo hace muchísimo tiempo. Pienso si tal vez se debe a mi cuerpo, tal vez dejó de gustarle.

Siendo totalmente sincero, nunca fue tan bueno en las relaciones íntimas, pero eso no me importa mucho. Yo lo amo y me entristece que no podamos llegar más lejos que unos besos y abrazos. Quiero tenerlo sobre mí, sudando, sin ropa y haciéndome suyo, pero cada vez se ve más lejano.

¿Y si...? Oh, no. No, no, no.

¡Tal vez no quiere hacerme el amor porque se lo hace a alguien más! El simple pensamiento de eso me saca de quicio. Minho debe saciar todos sus deseos acostándose con otro y es por eso que no se acuesta conmigo. Maldita sea.

Subo las escaleras y entro a nuestra habitación. Abro el cajón en su mesa de noche y saco de allí su laptop.

Por favor, Dios, no me juzgues si eres real.

You belong with me. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora