Luego de unas cuantas rondas de sexo lento y profundo, nuestros cuerpos exigen un descanso y ambos nos mantenemos descansando sin dirigirnos la palabra pero cómodos entre los brazos del otro.
Sus dedos dibujan trazos imaginarios en mi espalda y yo me encuentro con mi cabeza apoyada en su pecho, oyendo los latidos serenos de su corazón. Me gusta mucho el olor que emana su cuerpo a vainilla y es algo que me encanta tener impregnado luego de varias horas de estar pegados.
—¿Qué hora es? —pregunto.
—No importa —dice y se acomoda encima mío para besarme con lentitud.
Acaricio sus brazos y siento los rasguños en los mismos, a su vez los músculos flexionados que tan ardientes se me hacen. Sonrío levemente y muerde mi labio inferior con suavidad.
—Mhm, basta —susurro y deja besos en mi cuello—. Ah, Jungkook...
—No te vayas —responde en voz baja y mete uno de mis pezones en su boca, chupando y succionando de tal forma en la que mi cuerpo se estremece.
—Mgh —jadeo—. Jungkookie.
Deja besos en mi abdomen y comienza a hacerlo en mis piernas, pero coloco mi pie sobre su hombro y lo empujo. Me siento en la cama y hace lo mismo, con sus labios abultados y el ceño fruncido en señal de protesta.
—Me tengo que ir —digo y me levanto para comenzar a vestirme.
Se sienta en el borde de la cama, cubriendo sus piernas con la sábana y me mira atento. Termino de cambiarme y me acerco, acaricia mi cintura y mis piernas.
—Te pago para que te quedes.
—Por más de que me gusta la oferta, no puedo. Tengo que estar en casa.
—Bueno —bufa y me inclino para dejar un beso en su boca— ¿Cómo has estado últimamente? Nos hemos olvidado de hablar como personas decentes y nos fuimos directo a tener sexo.
—Ups —sonrío y me miro en el espejo que descansa en su pared. Acomodo mi cabello—. Estoy bien. Comencé a tomar las pastillas otra vez y me ayudaron con el temblor de mis manos. Ya no se me caen los platos cada vez que los lavo o la comida.
—Eso es muy bueno —se coloca ropa interior y me abraza por detrás, sonriendo—. Estoy orgulloso de ti.
—Yo igual —dejo caricias en sus brazos—. Las cosas van bien. Minho no ha vuelto a beber y supongo que...
Su expresión cambia por completo y se separa. Me doy la vuelta para verlo y comienza a ordenar la habitación, en silencio. Trago saliva.
—¿Pensaste que ya no estábamos juntos? —pregunto y suspira. Me mira.
—Sí, pensé que ya lo habías dejado.
—Jungkook, es mucho más complicado que eso. No puedo dejarlo de un día para otro.
—¿De un día para otro? Llevan tiempo en la miseria.
—No es tan fácil.
—¡Por supuesto que sí! —exclama.
—No grites.
—¡No puedo creer que te hayas acostado conmigo y que sigas casado con el idiota de tu esposo!
—¡No me preguntaste!
—¡Pero... agh!
—¡Minho y yo estamos casados hace muchísimos años, no puedo tirar todo eso a la basura!
—¡Él lo tiro a la basura desde la primera vez que te hizo sentir que no valías nada! —arroja la remera en sus manos al suelo, enfurecido.
—Basta, Jungkook. No puedo seguir con esto —tomo mis cosas y voy a la entrada principal. Me sigue. Intento abrir la puerta pero no me lo permite.

ESTÁS LEYENDO
You belong with me.
Fiksi PenggemarTaehyung tiene un lindo matrimonio hace unos años, pero su pareja empezó a negarse a tener sexo con él y aquello lo desespera un poco. Su paranoia empieza a aumentar e investiga el causante, pero lo que se encuentra lo deja atónito. Y a Jungkook le...