You belong with me.

08.

Me despierto debido a que la luz del sol me pega directamente en el rostro. Hace mucho que los días no son soleados y hoy es la excepción, lo cual me da muchísimas ideas de cosas para hacer, como ir a pasear al parque y demás.

Intento moverme pero se me hace complicado, y me doy cuenta de tengo un brazo cubierto de tatuajes encima que me lo impide. Me doy la vuelta con dificultad y veo el rostro de Jungkook quien duerme plácidamente como bebé. Se ve delicado y estiro mi mano para acariciar su piel suave.

Abre sus ojos con lentitud y me observa. Esboza una sonrisa dulce y eso me genera cosquillas en el vientre. Coloca su mano sobre la mía y la toca con suavidad, luego besa el dorso de la misma.

—¿Cómo te sientes? —pregunta y suspiro.

—Un poco mejor, voy a llevarle algo a Minho para que coma —intento sentarme pero Jungkook no me lo permite.

—No, claro que no. Sigue descansando, yo me encargo del desayuno.

—Pero...

—Sh —interrumpe—. Dije que yo me encargo.

Se levanta y me permito admirar su cuerpo semi-desnudo. Lo único que lo cubre es un pantalón holgado, luego su torso está al descubierto y los músculos de su espalda me generan escalofríos. Recuerdo las veces en las que clavé mis uñas en ellos mientras se enterraba en mi interior y me derrito ante el pensamiento.

Sale de la habitación y cubro mi rostro. Sigo angustiado, las palabras de mi esposo retumban en mi cabeza y me aturden, me hacen sentir terrible conmigo mismo pero sé que no lo dice en serio y que es todo un efecto del alcohol.

Me quedo un rato en la cama, mi cuerpo no tiene energía y mis articulaciones me pesan, pero debo seguir con mi día a día por más exhausto que me encuentre.

Me dirijo a la cocina donde se encuentra Jungkook sirviendo el desayuno y Minho comiendo panqueques. Levanta su mirada y apenas me ve, se acerca casi corriendo y me abraza.

Pero sus brazos no me hacen sentir nada, su olor no me hace sentir nada; no me transmite calidez y confianza, es pura nostalgia y la tristeza no disminuye.

—Tae, amor ¿Estás bien? —pregunta y asiento—. Te amo muchísimo ¿Sabes eso?

—S-sí... —me separo y agacho la mirada, no puedo verlo a los ojos.

—No volverá a pasar, lo juro. Eres la persona a la que más amo en este planeta, hoy podemos ir a la playa ¿Te parece? —pregunta y lo observo. Sonrío y asiento.

—Me gusta la playa —murmuro y deja un beso en mi frente.

—Vamos a desayunar y luego iremos a la playa.

—¡Sí! —exclamó con emoción y me siento en la mesa. Él hace lo mismo.

—Y-yo... —veo a Jungkook y su expresión me desconcierta pues no luce contento—. Me voy, me alegro que las cosas estén mejor.

—Oh, no. Quédate a desayunar, por favor.

—Estoy bien, tengo muchas cosas que hacer.

—Oh, está bien —me acerco y lo abrazo. Me sostiene con fuerza y cierro mis ojos, sintiéndome en casa cuando me toma entre sus brazos. Acaricia mi cabello.

—Puedes llamarme —susurra y asiento.

—Gracias, Jungkook, de verdad. Lamento que hayas tenido que presenciar todo.

—No fue tu culpa ¿Entendido? —se separa y palmea la espalda de Minho—. Cuídate, amigo, no seas idiota.

—No, adiós, Kook. Gracias —murmura mi esposo en voz baja.