11.

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Hicimos una pequeña reunión con amigos en nuestra casa debido al cumpleaños de Minho. Hemos invitado a gente que conocemos de la preparatoria o compañeros suyos del trabajo y nuestro hogar no ha tardado en llenarse. 

Sin embargo, me encuentro un tanto aburrido. Sus amigos de la oficina no son el tipo de personas con las que tengo buena relación y hacen muchos chistes de mal gusto. Minho cambia mucho cuando está con ellos pero sé que lo hacen feliz entonces no digo nada.

Me dirijo a nuestro pequeño jardín y agradezco enormemente cuando no veo a nadie. Me siento en el césped un tanto frío y me gusta la soledad. Pero esta se ve interrumpida cuando Jungkook también sale.

—Oh, hey —dice— ¿Puedo?

—Por supuesto —respondo y se sienta a mi lado.

—Ah, son unos idiotas. No los soporto.

—Yo tampoco —sonrío—. Eres el único que me cae bien.

—Soy mejor que todos esos —bromea y asiento, pues no está equivocado—. Minho me ha dicho que hablaron sobre... ese tema.

Siento un nudo en mi garganta y asiento. Agacho la mirada.

—Sigue opinando lo mismo. No quiere tener hijos.

—Y tú sí.

—Por supuesto, toda mi vida he querido tenerlos y me pone triste que él no quiera. Quiero tener hijos con él, que adoptemos una niña o un niño y lo amemos mucho. Pero se niega rotundamente.

—Tal vez debas esperar un poco más.

—No sé... —me abrazo a mí mismo. Es un tema sensible—. Dice que adoptar es muy complicado. Maldita sea ¿Por qué no puedo embarazarme?

—Si quieres puedo intentar hacerte un bebé —dice y suelto una carcajada. Lo miro pero no se encuentra riendo.

—Jungkook, vamos, es su cumpleaños. No vamos a follar en el baño como dos adolescentes sin auto-control.

—No hace falta que sea en el baño, es tu casa después de todo.

—¡Jungkook! Aish —chasqueo la lengua y niego con la cabeza.

[...]

—¡Mhm! —tiro mi cabeza hacia atrás y coloca su mano sobre mi boca.

—Shh —me calla y aumenta el ritmo de sus movimientos.

Sí, estamos follando en el baño como dos adolescentes sin auto-control. No sé cómo terminamos en esta situación pero es demasiado tarde como para arrepentirnos. Me encuentro contra la pared con mis piernas alrededor de su cintura. Sus brazos fuertes me sostienen con firmeza mientras empuja mi cuerpo para embestir mi interior con rudeza.

Cierro mis ojos y me aferro a sus hombros, clavando mis uñas en ellos. Mis piernas tiemblan y, si no fuese porque me está agarrando bien, me hubiese caído con torpeza. Arqueo mi espalda y luego me sostengo del lavabo a mi lado. Jungkook esconde su rostro en mi cuello y lo escucho jadear.

—Oh, así, así —susurro y trago saliva—. Mierda, lo haces muy bien.

—Cállate, nos van a escuchar —sentencia y continúa enterrándose con profundidad dentro mío.

Abrazo su cuello y muerdo mi labio inferior con demasiada fuerza, haciendo que el único ruido que se escuche sea el de nuestras pieles chocando con violencia y nuestras respiraciones agitadas.

You belong with me. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora