DANIEL
-Hey, tío.
-¿Qué pasa, Gal? -Saludé a mi mejor amigo cuando entró en mi habitación.
-Tus padres se van al cine y te dejan solos.
-¿En serio? Ni siquiera sabía que iban al cine... -Murmuré frunciendo el ceño.
-Pues sí... -Gael se tumbó en mi cama como si fuera la suya propia. -Tu hermana es adorable. Si no fuera tan pequeña me la ligaría...
-Eh, cuidado con lo que dices. -Rodó los ojos para sonreír.
-En serio. Quizás esperaré a que tenga unos cuantos años más...
-Cuando ella tenga dieciséis, tú tendrías... -Hice cálculos mentales -Si no fallo, tú tendrías veintisiete. Así que ni se te ocurra. Sigue siendo una niña.
-¿Una niña? Hoy en día alguien de dieciséis sabe más que tú y que yo juntos. -Reí sabiendo que tenía razón.
-Bueno, tendrías que pasar sobre mi padre primero.
-A tu padre me lo meto en el bolsillo, Dani. Y lo sabes.
-Buah, eso es lo que te crees. Valentina es su ojito derecho, así que yo no estaría tan seguro...
-Bueno, bueno. Ya veremos de aquí allá... -Los dos reímos sabiendo que lo que hablábamos no tenía ni pies ni cabeza. -¿Qué tal con Alicia? Me contó lo de ayer.
-Que chismosa...
-Daniel. -Resoplé apagando el ordenador para levantarme de la silla. - ¿Por qué no quieres acostaste con ella?
-No es que no quiera...
-¿Entonces?
-Entonces... No sé. Es algo que no me sale...
-¿No te sale? ¿Es que no te pone?
-No sé... -Dije sintiendo mis mejillas sonrojar.
Sí, me daba algo de vergüenza hablar sobre estos temas a pesar de que lo estuviera hablando con mi mejor amigo.
-¿Cómo no vas a saber, Daniel? Es fácil, claramente se nota si una chica te excita o no.
-Dios, cambiemos de tema...
-Eres raro, Dani. -Finalizó incorporándose para sentarse en el borde de la cama. -Menos mal que soy tu mejor amigo y te llevo por el buen camino.
-¿Buen camino? Yo diría que por el malo...
-Aún no conoces ese camino, vasallo.
-Tampoco quiero conocerlo. -Dije muy seguro de mí mismo.
-¿Ves como eres raro? Cualquier persona de tu edad, estaría ligando a todas horas, tirándose a tías a todas horas y estando de fiesta a todas horas.
-¿Cómo tú?
-Como yo. -Afirmó orgulloso.
-No sé en qué pensaba cuando te consideré mi mejor amigo...
-¡Oh! Me has ofendido. -Dijo llevándose la mano al corazón dramáticamente. -Te considero mi hermano.
-Que sí, Gael. -Moví la mano para abrir la ventana. -Sabes que a mi no me gustan esas cosas. Y a mi madre tampoco...
-Tu madre... -Murmuró sonriendo pervertidamente. -Tu madre me encanta.
-Joder. ¿Puedes dejar de fijarte en las mujeres de esta casa?
-Oye, que no son todas. En Marta y en María no me fijo.
-Idiota... -Murmuré para cerrar la ventana.
Estaba haciendo demasiado frío.
-Bueno, ¿hacemos algo o qué? Me aburro.
-Hoy no tengo ganas de salir a ningún lado.
-Hoy y nunca, Dani. -Le hice regañizas para volverme a sentar en la silla. -Por cierto... ¿Cómo vas mañana al partido?
-Lo más seguro es que me lleve mi padre. ¿Por?
-Por nada. Sólo preguntaba... -Se encogió de hombros. -Juguemos a la play. Todavía te la tengo guardada.
-Venga, va. Volveré a ganarte cuando quieras.
-Eso lo veremos, chaval.
₹₹₹
-¡Eh! ¡Eso no vale, tramposo!
-Por favor, Gael. No tenemos diez años.
-Gilipo... -La puerta de mi habitación se abrió de golpe interrumpiéndolo y por ella entró Valentina sonriendo.
-¡Gael! ¡No sabía que seguías aquí! - Mi hermana se tiró, literalmente, a sus brazos.
-Por supuesto, te estaba esperando. - Le sonrió coquetamente provocando el sonrojo de mi hermana.
-Ya está bien.
-No seas corta rollos, hermano.
-Y tú no seas idiota, hermano. -Le dije de igual manera a Gael. -¿Qué tal la película a la que no fui invitado?
-¡Genial! ¡Me encantó mucho! Nairo le cogió miedo al muñeco. -Rió.
-¿Qué muñeco?
-El de la peli. Se llamaba Slappy.
-¿Qué película vieron? -Preguntó Gael interesado.
-¡La de Pesadillas! Estaba guapísima y el chico que salía también...
-¡Oye! Que tu chico soy yo. -Le dí un fuerte manotazo.
-Uh, se me fue la mano... -Me fulminó con la mirada mientras que yo reía y Valentina nos miraba confundida. - ¿Por qué no te vas a jugar con los demás y nos dejas?
-¿Me estás echando? -Abrió la boca ofendida para sentarse ahora en mi regazo. -¡No me eches, Dani!
-No lo estoy haciendo, Val. Sólo quiero seguir jugando con mi amigo.
-¡Entonces yo también quiero jugar!
-Muy bien. -Gael le hizo señas para que volviera a su regazo de nuevo. -Coge el mando. Yo te ayudo.
-A mi madre no le gusta que juegue a estos juegos, Gael.
-Por un rato no pasará nada. -Negué para levantarme del suelo y cambiar de juego.
-No. Jugaremos a este de coches. -Gael bufó mientras Valentina asentía contenta.
-¿A eso sabes jugar?
-Más o menos...
-Bueno, da igual. Ya te ayudo yo. - Volví a mi sitio. -Bien, yo le doy a la X mientras tú lo manejas, ¿vale?
-Vale... -Murmuró la niña.
Ví como Gael también agarraba el mando y le dí a "empezar" para que la carrera de coches comenzara.
A pesar de que Gael fuera mi mejor amigo y mi hermana tuviera nueve años, no me gustaba que se le acercara mucho...
No me gustaba que se le acercara nada, pero a su favor debía decir que la trataba mejor que nadie.
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Familia. {NDN#2}
Short StorySí leíste el libro de "Nunca Dije Nada", esta es la historia que te gustaría seguir leyendo. ¿Quieres seguir averiguando sobre la vida de nuestros queridos amigos? Pues esta es la historia indicada. Te sorprenderán los cambios que hay en la vida de...