ANDREA
-Tengo que cortar, Andrea. Adiós.
¿Andrea? Nunca me llamaba así...
-¿Qué pasa, cariño?
-No sé... Sólo dijo que tenía que colgar y colgó. –Dije frunciendo el ceño. –Creo que le pasa algo...
-¿Qué podría pasarle? Lo tiene casi todo, por no decir todo. No sé de que se queja, la verdad...
-Nando... –Rodó los ojos.
-Lo siento, pero es la verdad. ¡Con todo el dinero que tiene!
-Ya está, Fer.
Fernando, fer o Nando, como yo solía llamarlo, era uno de mis mejores amigos.
Cualquier chica caería rendida a sus pies, pero a pesar de que le gustaban las chicas, le gustaban más los chicos.
-Ya paro... –Cogió uno de los tantos peluches que habían sobre mi cama para jugar con él. –Oye, deberíamos salir o algo. Me aburro mucho...
-Y yo, pero tengo que estudiar.
-Estudiar y estudiar. Todo es un asco... –Su teléfono sonó interrumpiendolo. –¿Sí? No, no estoy en casa... ¿Qué? ¿Por qué? Está bien. Ya voy... Sí, adiós.
-Tú padre. –Afirmé en cuanto colgó.
-Mi padre. –Resopló. –Quiere que vaya a casa. Dice que me encontró otra candidata...
-¿No piensas decirle nunca?
-Quizás cuando me canse. No veas como me divierto cuando veo a todas esas chicas intentando conquistarme.
-Y seguro que tú les sigues el rollo encantado.
-Pues claro. Así aprovecho y me lío de vez en cuando sin necesidad de buscarlas por ahí. –Sonrió perversamente haciéndome negar con la cabeza.
-Eres todo un caso...
-Supongo que gracias. –Sonrió sin mostrar los dientes mientras se ponía de pie. –Ya me voy.
-Podrías por lo menos colocarme la cama bien.
-O podría deshacerla contigo encima.
-¡Nando!
-Que me gusta molestarte con este tema. –Rió para acercarse a darme un gran beso en la mejilla. –Hasta el lunes.
-Adiós. –Me despedí viéndolo salir de mi habitación.
No llevábamos mucho tiempo siendo amigos, pero desde que lo había conocido de casualidad en el cine, se había vuelto una persona muy especial para mí, y yo para él también.
Lo malo de todo esto era que aún no había tenido la oportunidad de presentarselo a Daniel.
Daniel...
Desde esa extraña llamada no me lo había podido sacar de la cabeza.
¿Por qué me había cortado tan de repente? Ni siquiera me había dado tiempo para despedirme...
Sin pensarlo, cogí mi móvil con la esperanza de que me respondiera a la primera, pero a pesar de que lo intenté varias veces, nunca me respondió.
-¿Qué te pasa, Dan? –Dije para mí misma mientras suspiraba.
-¿Andrea? ¡Ya puedes bajar a comer!
-¡Ya voy, mamá! –Grité de igual manera.
Dejé el móvil sobre la mesa antes de salir para ir a cenar.
Me preocupaban sus comportamientos extraños. Esos comportamiento que a veces tenía y que yo no sabía cómo tratarlo o qué hacer para ayudarlo...
Suspiré mientras me sentaba a la mesa con mis padres.
-¿Pasa algo, hija?
-No, nada importante... –Le sonreí a mi madre.
-Invité a tu amigo a cenar, pero me dijo que su padre lo esperabaen casa.
-Sí. Su padre lo llamó para que volviera. –Mi madre asintió y luego papá comenzó a hablar sobre su serie de televisión favorita.
Y así acabaría mi día...
Con una gran duda de saber que le pasaba a Daniel.
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Familia. {NDN#2}
Short StorySí leíste el libro de "Nunca Dije Nada", esta es la historia que te gustaría seguir leyendo. ¿Quieres seguir averiguando sobre la vida de nuestros queridos amigos? Pues esta es la historia indicada. Te sorprenderán los cambios que hay en la vida de...