DANIEL
-¿Vienes hoy a mi casa?
-No creo...
-Entonces iré yo a la tuya. –Insistió Alicia haciéndome encoger de hombros.
-No creo que...
-¡Dan! -Levanté la cabeza para ver a mi madre haciéndome señas desde el coche.
-Tengo que irme...
-Claro, nos vemos después. -Se acercó a besar mis labios antes de que me moviera.
-Adiós, tío. -Choqué puños con Max y David antes de dirigirme al coche de mi madre.
-¡Hola!
-Hola, mamá. -Besé su mejilla antes de abrocharme el cinturón de seguridad.
-¿Qué tal el día?
-Bien. Algunas cosas complicadas, pero por lo general bien. -Ella asintió sin despegar la vista de la carretera. -¿Y el tuyo?
-Normalito. Como siempre. -Ahora el que asintió fui yo y mantuvimos silencio hasta llegar a casa.
-Oye... -Dijimos a la vez antes de echarnos a reír.
-Tu primero.
-Bueno... -Comenzó antes de bajarse del coche. Enseguida la imité curioso por lo que querría decirme. -Tu padre y yo estábamos pensando en salir esta noche... Ya sabes, tú no tienes entrenamiento y los niños no tienen que ir a ningún lado...
-Claro, mamá. Sin problema. -Le sonreí. -Es verdad que hace tiempo que no salís solos a ningún lado...
-Nunca lo hemos hecho. Sabes que a mí no me gusta mucho cenar en restaurantes y esos sitios...
-Por eso. Un día a la semana estaría bien que salierais.
Entramos en casa encontrándonos con Lucian y Valentina sentados en el sillón.
-¿Y tú qué querías decirme?
-No, nada... -Asintió antes de acercarse a mi hermana para besar su frente y luego besar los labios de papá.
Eso me había hecho acordarme de cuando era pequeño y los encontraba la mayoría de veces así.
-¿De qué te ríes, campeón?
-De nada... -Murmuré evitando que se me escapara una risilla. -¿Entonces me quedaré con todos los engendros estos?
-¡Oye! Que yo no soy fea.
-Claro que no. Los feos son los gemelos y Nairo.
-Daniel... -Me regañó mamá mientras que Val y yo reíamos.
-Sí, solo será por un rato. Procuraremos llegar cuando estéis dormidos.
-¡Lucian!
-No puedes quejarte, Lenna. Llevamos mucho tiempo sin... -Calló al darse cuenta de que mi hermana los miraba muy atentamente esperando a que continuara.
-Vamos, Val. Creo que mamá y papá tienen que arreglarse para su cita...
-¡Tienen una cita! -Gritó la niña feliz mientras que saltaba sobre mi espalda.
La agarré por las piernas antes de comenzar a subir las escaleras con ella.
-¡Oye, Dan! ¿No quieres comer?
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Familia. {NDN#2}
Truyện NgắnSí leíste el libro de "Nunca Dije Nada", esta es la historia que te gustaría seguir leyendo. ¿Quieres seguir averiguando sobre la vida de nuestros queridos amigos? Pues esta es la historia indicada. Te sorprenderán los cambios que hay en la vida de...