Capítulo 8

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DANIEL

-¿Vienes hoy a mi casa?

-No creo...

-Entonces iré yo a la tuya. –Insistió Alicia haciéndome encoger de hombros.

-No creo que...

-¡Dan! -Levanté la cabeza para ver a mi madre haciéndome señas desde el coche.

-Tengo que irme...

-Claro, nos vemos después. -Se acercó a besar mis labios antes de que me moviera.

-Adiós, tío. -Choqué puños con Max y David antes de dirigirme al coche de mi madre.

-¡Hola!

-Hola, mamá. -Besé su mejilla antes de abrocharme el cinturón de seguridad.

-¿Qué tal el día?

-Bien. Algunas cosas complicadas, pero por lo general bien. -Ella asintió sin despegar la vista de la carretera. -¿Y el tuyo?

-Normalito. Como siempre. -Ahora el que asintió fui yo y mantuvimos silencio hasta llegar a casa.

-Oye... -Dijimos a la vez antes de echarnos a reír.

-Tu primero.

-Bueno... -Comenzó antes de bajarse del coche. Enseguida la imité curioso por lo que querría decirme. -Tu padre y yo estábamos pensando en salir esta noche... Ya sabes, tú no tienes entrenamiento y los niños no tienen que ir a ningún lado...

-Claro, mamá. Sin problema. -Le sonreí. -Es verdad que hace tiempo que no salís solos a ningún lado...

-Nunca lo hemos hecho. Sabes que a mí no me gusta mucho cenar en restaurantes y esos sitios...

-Por eso. Un día a la semana estaría bien que salierais.

Entramos en casa encontrándonos con Lucian y Valentina sentados en el sillón.

-¿Y tú qué querías decirme?

-No, nada... -Asintió antes de acercarse a mi hermana para besar su frente y luego besar los labios de papá.

Eso me había hecho acordarme de cuando era pequeño y los encontraba la mayoría de veces así.

-¿De qué te ríes, campeón?

-De nada... -Murmuré evitando que se me escapara una risilla. -¿Entonces me quedaré con todos los engendros estos?

-¡Oye! Que yo no soy fea.

-Claro que no. Los feos son los gemelos y Nairo.

-Daniel... -Me regañó mamá mientras que Val y yo reíamos.

-Sí, solo será por un rato. Procuraremos llegar cuando estéis dormidos.

-¡Lucian!

-No puedes quejarte, Lenna. Llevamos mucho tiempo sin... -Calló al darse cuenta de que mi hermana los miraba muy atentamente esperando a que continuara.

-Vamos, Val. Creo que mamá y papá tienen que arreglarse para su cita...

-¡Tienen una cita! -Gritó la niña feliz mientras que saltaba sobre mi espalda.

La agarré por las piernas antes de comenzar a subir las escaleras con ella.

-¡Oye, Dan! ¿No quieres comer?

Familia. {NDN#2}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora