Capítulo 28

119 7 0
                                    

NARRADOR OMNISCIENTE


-¿A dónde vamos? -Preguntó Andrea después de haber salido de aquel bonito restaurante al que Daniel la había llevado a cenar.

-Ahora lo verás, Andy...

Ella asintió aún intrigada mientras que subían a un taxi y Daniel le daba una dirección, desconocida para ella, al chófer.

Después de un rato, el taxista frenó frente a un edificio de pisos y Daniel pagó el transporte antes de que se bajaran.

Andrea miraba todo a su alrededor curiosa al no saber donde estaban exactamente.

-¿De quién es esta casa? -Preguntó una vez que se habían bajado del ascensor para dirigirse a la única puerta que había en la última planta.

-De mi padrino.

-No me digas que lo hiciste dormir fuera para...

-No, no, este piso ya no lo usa, Andy. -Andrea asintió antes de darse cuenta de la decoración de la casa.

-Esto es...

-¿Te gusta? Aún hay más. -Daniel se dejó llevar por la emoción y agarró la mano de Andrea para llevarla enseguida a la habitación.

El suelo y la cama estaban decorados con pétalos de rosa por todos lados y velas aromáticas.

-Esto es mucho...

-¿Sí? Porque yo creí que... ¡Si quieres lo quito todo!

-¡No! No me entendiste, Daniel. La palabra exacta era que me encanta.

-Oh... -Andrea sonrió soltando el bolso sobre la silla que había a un lado antes de rodearle el cuello a Daniel con los brazos para besarlo.

Pronto sintieron como el calor en aquella habitación aumentó y, entre beso y beso, comenzaron a desvestirse mutuamente sin prisa alguna.

Esa misma mañana Daniel había tenido una seria conversación con su madre sobre ese tema.

Ella le dijo que por nada del mundo tenía que verse forzado a hacer algo que no quería o a lo que no se veía preparado. Le dijo que estuviera tranquilo en todo momento y que disfrutara del precioso momento que estaba a punto de vivir.

Por su parte, la madre de Andrea tampoco se había quedado atrás y también le había dado unos cuantos consejos, muy a su pesar.

Ambos estaban nerviosos, muy nerviosos por la situación que nunca antes habían experimentado.

-En las películas se vé más fácil... - Comentó Daniel en voz alta sin darse cuenta. Andrea se sonrojó antes de comenzar a reír. -¡Dios, lo siento! Eso no tenía que haberlo dicho en alto...

-Tranquilo, Dan... -Ella volvió a reír para mirar como el rostro del chico se volvía cada vez más rojo. -Yo tampoco sé cómo hacerlo...

Andrea suspiró agachando la cabeza al darse cuenta que ambos se encontraban desnudos.

-¿Estás segura de que quieres hacerlo? No me importaría esperar el tiempo que fuera necesario para que...

-Sí, sí que quiero, Dan. Es lo que siempre he soñado...

-¿Quieres ser mi novia? -Soltó de repente Daniel sorprendiendola. – Bueno, aunque quizás aún es demasiado pronto y tú no...

-Claro que quiero, bobo. -Andrea sonrió antes de darle un beso. - Deberías tener más confianza en ti mismo, Dan. Es un consejo como novia.

-Como novia... -Repitió él antes de sonreír para besarla.

Ahora sí que se sentía preparado para seguir.

Quizás a eso se refería su madre cuando le dijo que tenía que relajarse y dejarse llevar.

Andrea sintió que ese sería el momento de estar juntos y se prometió a sí misma que nunca olvidaría ese día tan especial para ambos. Porque después de tanto tiempo, por fin consiguió estar con el chico que le gustaba realmente.

Y es que el amor era así. Piensas estar enamorado de alguien cuando quizás lo único que sientes por esa persona es atracción o gratitud, como fue lo que sintió Daniel hacia Alicia en su tiempo.

Ahora Daniel sabía que Andrea era su único amor y que estaría dispuesto a hacer cualquier cosa con tal de no dejarla ir nunca.

Familia. {NDN#2}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora