LENNA
-¿Y Mario?
-Salió a correr con sus amigos. Dice que el deporte siempre es importante.
-Oh... -Murmuré mientras bebía de mi taza de café. -¿Y tú no vas con él?
-Por supuesto que no. No tengo tanta resistencia como ellos. -Dijo Amaia encogiéndose de hombros.
Mario era el novio de Amaia. Ella, que se quejaba de que nunca encontraría un novio y mira...
Después del trabajo, había decidido ir a tomar algo con ella hasta que se hiciera la hora para recoger a Daniel.
-Disculpa... -Saqué el móvil de mi bolso en cuanto comenzó a sonar. -¿Si?
-¿Es usted la señorita Fuster?
-Sí. ¿Con quién hablo?
-Soy la directora de la universidad en la que cursa su hijo... -Si estuviera bebiendo algo, juro que lo escupiria ahora mismo. -Solo quería saber si usted puede pasarse ahora mismo por aquí...
-¿Le pasó algo a Daniel?
-No. Nada que pueda preocuparla.
Entonces... ¿La espero?-Sí, por supuesto. Enseguida voy para allá. -Colgué antes de buscar la carrera para pagar la cuenta. -Tengo que irme, Amy...
-Claro. Ya nos veremos otro día.
-Sí, lo siento... -Me despedí de ella con un beso en cada mejilla antes de poner rumbo a la universidad.
¿Qué había hecho Daniel? ¿Y por qué me llamaban a mí? Se suponía que todos los chicos que iban a la universidad ya eran adultos y responsables de sus propios actos...
Aparqué el coche y después de preguntar en secretaria por la directora, me llevaron a su despacho.
-¿Hola? Soy Lenna Fuster.
-Encantada de conocerla, señorita Fuster. Siéntese. -Asentí antes de sentarme frente a ella. -Me imagino que usted sabrá que esta universidad se rige por nuestro carácter totalmente serio y respetable, ¿verdad?
-Por supuesto.
-Y que, por ende, no admitiremos agresiones entre estudiantes ni mucho menos.
-¿A dónde quiere llegar?
-A qué el joven Carter concibió una pelea en nuestra entrada.
-¿Qué? A Daniel no le gustan las peleas...
-Pues déjeme decirle que no fue eso precisamente lo que presencié con mis propios ojos. -Abrí la boca aún sin creérmelo.
¿Daniel pegando a alguien? Imposible.
-¿Dónde está él?
-En otra sala con el profesor de orientación. -Tomó aire antes de continuar. -Como le iba diciendo, no permito que mis alumnos vayan por ahí peleándose. Así que, o toma cargo usted, que es su madre, o la próxima vez estará expulsado.
-No sé preocupe por ello. Hablaré con él y nada de esto volverá a pasar.
-Eso espero. -Salí del despacho después de que la directora me dijera que iría a por mi hijo.
Anodadada, me dirigí al coche pensando todavía en las palabras de la directora.
¿Por qué diablos se metería Daniel en una pelea?
-Mamá...
-¡Dani! Creí que nunca saldrías. – Alicia se interpuso entre nosotros incluso antes de que Daniel llegara hasta mí. -¿Te expulsaron?
-No. Solo me advirtieron. -Dijo mi hijo encogiéndose de hombros.
-¡Que bueno! Me alegra saber que no pasó nada malo. Aunque tienes sangre en el labio... -La chiquilla se acercó para agarrar su cara con ambas manos. -¿Quieres que te lo cure?
-Para eso ya estoy yo... -Los interrumpí haciéndome notar.
-Oh, Lenna... No sabía que estabas aquí. -Alicia sonrió inocentemente mientras que yo intentaba no perder los nervios.
-Vamos, Daniel.
-Sí. Adiós, Alis. -Se despidieron con un largo beso en la boca haciéndome rodar los ojos.
Nos subimos al coche en silencio. Ninguno de los dos nos dignamos a decir algo hasta que frené frente a casa.
-Lo siento...
-¿Por qué lo hiciste?
-Ese... -Lo miré para que no dijera lo que estaba pensando. -Quería pasarse de listo con Alicia.
-¿Sí? ¿No sería al revés?
-¡Claro que no! -Dijo elevando la voz ofendido. -Alicia es mi novia.
-Sabes lo que pienso con respecto a esa chica...
-No vayas a empezar con lo mismo, mamá.
-A ti no te gustan las peleas, Daniel. Nunca te has peleado con nadie por nadie. ¿A qué viene eso ahora? ¿Solo porque un chico se acercó a Alicia?
-No sólo se acercó. Intentó coquetearle.
-Pero las cosas no se solucionan así, Daniel.
-Pues yo lo soluciono así. -Salió del coche cerrando de un portazo.
-Daniel, para. -Dije siguiéndolo.
-No quiero seguir hablando de esto.
-Claro que vamos a seguir hablando de esto. -Lo detuve cuando entramos en casa.
-¿No crees que soy lo suficiente mayorcito como para que estés regañándome?
-¿Qué es esa forma de hablarle a tu madre, Daniel? -Preguntó Lucian llegando a nuestro lado. -¿Qué pasa?
-Nada. -Dijo antes de girarse para subir las escaleras.
-¿Qué pasa, Lenna?
-Daniel se peleó en la universidad.
-¿Ya? -Lo miré levantando una ceja. -Es decir, aún es muy temprano para ello...
-Sí. ¿Y adivina por quien? ¡Por la estúpida niña esa! Mejor se hubiera quedado en Los Ángeles...
Y tenía razón. A los trece años, ella y su hermano se mudaron a Los Ángeles con la familia de su padre y el año pasado volvieron de nuevo.
-Lenna...
-Sabes que no me cae bien, Lucian. Manipula mucho al niño y eso no está bien.
-Yo no pienso que...
-Sí, lo hace. -Sentencié antes de esquivarlo para subir a mi cuarto.
Como odiaba a esa niña...
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Familia. {NDN#2}
Short StorySí leíste el libro de "Nunca Dije Nada", esta es la historia que te gustaría seguir leyendo. ¿Quieres seguir averiguando sobre la vida de nuestros queridos amigos? Pues esta es la historia indicada. Te sorprenderán los cambios que hay en la vida de...