Capítulo 5

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LENNA

-¿Y Mario?

-Salió a correr con sus amigos. Dice que el deporte siempre es importante.

-Oh... -Murmuré mientras bebía de mi taza de café. -¿Y tú no vas con él?

-Por supuesto que no. No tengo tanta resistencia como ellos. -Dijo Amaia encogiéndose de hombros.

Mario era el novio de Amaia. Ella, que se quejaba de que nunca encontraría un novio y mira...

Después del trabajo, había decidido ir a tomar algo con ella hasta que se hiciera la hora para recoger a Daniel.

-Disculpa... -Saqué el móvil de mi bolso en cuanto comenzó a sonar. -¿Si?

-¿Es usted la señorita Fuster?

-Sí. ¿Con quién hablo?

-Soy la directora de la universidad en la que cursa su hijo... -Si estuviera bebiendo algo, juro que lo escupiria ahora mismo. -Solo quería saber si usted puede pasarse ahora mismo por aquí...

-¿Le pasó algo a Daniel?

-No. Nada que pueda preocuparla.
Entonces... ¿La espero?

-, por supuesto. Enseguida voy para allá. -Colgué antes de buscar la carrera para pagar la cuenta. -Tengo que irme, Amy...

-Claro. Ya nos veremos otro día.

-Sí, lo siento... -Me despedí de ella con un beso en cada mejilla antes de poner rumbo a la universidad.

¿Qué había hecho Daniel? ¿Y por qué me llamaban a mí? Se suponía que todos los chicos que iban a la universidad ya eran adultos y responsables de sus propios actos... 

Aparqué el coche y después de preguntar en secretaria por la directora, me llevaron a su despacho.

-¿Hola? Soy Lenna Fuster.

-Encantada de conocerla, señorita Fuster. Siéntese. -Asentí antes de  sentarme frente a ella. -Me imagino que usted sabrá que esta universidad se rige por nuestro carácter totalmente serio y respetable, ¿verdad?

-Por supuesto.

-Y que, por ende, no admitiremos agresiones entre estudiantes ni mucho menos.

-¿A dónde quiere llegar?

-A qué el joven Carter concibió una pelea en nuestra entrada.

-¿Qué? A Daniel no le gustan las peleas...

-Pues déjeme decirle que no fue eso precisamente lo que presencié con mis propios ojos. -Abrí la boca aún sin creérmelo.

¿Daniel pegando a alguien? Imposible.

-¿Dónde está él?

-En otra sala con el profesor de orientación. -Tomó aire antes de continuar. -Como le iba diciendo, no permito que mis alumnos vayan por ahí peleándose. Así que, o toma cargo usted, que es su madre, o la próxima vez estará expulsado.

-No sé preocupe por ello. Hablaré con él y nada de esto volverá a pasar.

-Eso espero. -Salí del despacho después de que la directora me dijera que iría a por mi hijo. 

Anodadada, me dirigí al coche pensando todavía en las palabras de la directora.

¿Por qué diablos se metería Daniel en una pelea?

-Mamá...

-¡Dani! Creí que nunca saldrías.Alicia se interpuso entre nosotros incluso antes de que Daniel llegara hasta mí. -¿Te expulsaron?

-No. Solo me advirtieron. -Dijo mi hijo encogiéndose de hombros.

-¡Que bueno! Me alegra saber que no pasó nada malo. Aunque tienes sangre en el labio... -La chiquilla se acercó para agarrar su cara con ambas manos. -¿Quieres que te lo cure?

-Para eso ya estoy yo... -Los interrumpí   haciéndome notar.

-Oh, Lenna... No sabía que estabas aquí. -Alicia sonrió inocentemente mientras que yo intentaba no perder los nervios.

-Vamos, Daniel.

-Sí. Adiós, Alis. -Se despidieron con un largo beso en la boca haciéndome rodar los ojos.

Nos subimos al coche en silencio. Ninguno de los dos nos dignamos a decir algo hasta que frené frente a casa.

-Lo siento...

-¿Por qué lo hiciste?

-Ese... -Lo miré para que no dijera lo que estaba pensando. -Quería pasarse de listo con Alicia.

-¿Sí? ¿No sería al revés?

-¡Claro que no! -Dijo elevando la voz ofendido. -Alicia es mi novia.

-Sabes lo que pienso con respecto a esa chica...

-No vayas a empezar con lo mismo, mamá.

-A ti no te gustan las peleas, Daniel. Nunca te has peleado con nadie por nadie. ¿A qué viene eso ahora? ¿Solo porque un chico se acercó a Alicia?

-No sólo se acercó. Intentó coquetearle.

-Pero las cosas no se solucionan así, Daniel.

-Pues yo lo soluciono así. -Salió del coche cerrando de un portazo.

-Daniel, para. -Dije siguiéndolo.

-No quiero seguir hablando de esto.

-Claro que vamos a seguir hablando de esto. -Lo detuve cuando entramos en casa.

-¿No crees que soy lo suficiente mayorcito como para que estés regañándome?

-¿Qué es esa forma de hablarle a tu madre, Daniel? -Preguntó Lucian llegando a nuestro lado. -¿Qué pasa?

-Nada. -Dijo antes de girarse para subir las escaleras.

-¿Qué pasa, Lenna?

-Daniel se peleó en la universidad.

-¿Ya? -Lo miré levantando una ceja. -Es decir, aún es muy temprano para ello...

-Sí. ¿Y adivina por quien? ¡Por la estúpida niña esa! Mejor se hubiera quedado en Los Ángeles...

Y tenía razón. A los trece años, ella y su hermano se mudaron a Los Ángeles con la familia de su padre y el año pasado volvieron de nuevo.

-Lenna...

-Sabes que no me cae bien, Lucian. Manipula mucho al niño y eso no está bien.

-Yo no pienso que...

-Sí, lo hace. -Sentencié antes de esquivarlo para subir a mi cuarto.

Como odiaba a esa niña...

Familia. {NDN#2}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora