Capítulo 1

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Narrador

. . .

Con la respiración agitada y unas gotas de sudor en la frente, Elsa escuchó el estruendo de aplausos y la ovación del público que llenó todo el teatro. Acababa de interpretar a la princesa Aurora en su recital de La Bella Durmiente, y la emoción del momento la envolvió. 

A través de las luces deslumbrantes del escenario, logró distinguir a sus padres, Iduna y Agnarr, y a su hermana Anna, de pie y aplaudiendo con entusiasmo desde las primeras filas. Ver la calidez en sus rostros la hizo sentir más ligera, como si todo el peso del nerviosismo que había cargado por días se desvaneciera de golpe.

Antes de abandonar el escenario, hizo una reverencia hacia el público, acompañada por sus compañeros de clase, todos igualmente radiantes por el éxito de la presentación. Las luces del teatro brillaban con intensidad, pero nada se comparaba con la satisfacción que sentía en su interior.

Al llegar tras bambalinas, el ambiente estalló en vítores y gritos de euforia. El grupo de danza entero estaba extasiado, abrazándose y felicitándose mutuamente. Sin embargo, a pesar de la alegría general, Elsa no podía sacudirse del todo sus inseguridades. ¿Había mantenido la postura adecuada en todo momento? ¿Había sido lo suficientemente precisa en sus movimientos? La paranoia de haber cometido algún error la invadió por un instante, así que decidió alejarse un momento del bullicio para tomar un respiro en el camerino.

Justo cuando bebía un sorbo de agua fresca, escuchó el suave murmullo de voces familiares acercándose. Su familia había llegado a los camerinos, acompañados de su maestra de ballet, Marie, quien llevaba en sus manos un precioso ramo de rosas blancas.

Los ojos color miel de Marie se entrecerraron con dulzura al entregarle el ramo. Su moño alto sostenía su larga cabellera castaña, y su vestimenta vibrante en tonos rojos y amarillos contrastaba con el ambiente formal del teatro, pero ofrecía un reconfortante toque de calidez. Esa calidez hizo que Elsa sonriera ampliamente.

—El recital fue un éxito total. He recibido muchas felicitaciones y excelentes críticas sobre tu actuación —dijo Marie mientras le daba un beso en la mejilla—. Estoy muy orgullosa de ti, Elsa —añadió.

—Gracias, maestra Marie. Significa mucho para mí —respondió, consciente de todo el esfuerzo que la había llevado hasta ese momento.

Después de que la maestra Marie se despidió de la familia Arendelle y se retiró de los camerinos, Elsa abrazó a sus padres con fuerza. Estaba increíblemente feliz. A pesar de su nerviosismo inicial, había logrado bailar en una de sus mejores presentaciones.

—Te veías preciosa, hija —exclamó Iduna, rozando su mejilla rosada con los dedos—. Estábamos muy emocionados por ver la obra en la que trabajaste tan arduamente.

—Gracias, mamá. Estoy muy contenta de que estén aquí —respondió con una sonrisa de oreja a oreja.

—¡Felicitaciones, Elsa! —gritó Anna mientras la envolvía en un fuerte abrazo—. ¡Esperaré con ansias tu próximo recital!

—Gracias por hacer un espacio en tu agenda, Anna. Sé que estás en semana de exámenes en la universidad, pero aun así viniste a acompañarme.

—Sabes que no me lo perdería por nada —ambas rieron.

—Elsa, estoy muy orgulloso de ti y de todo el esfuerzo que pusiste en tu presentación —dijo Agnarr antes de besar la mejilla pecosa de su hija mayor.

—Gracias, papá —respondió Elsa, abrazando el ramo contra su cuerpo.

. . .

La familia Arendelle se encontraba en el auto de camino a casa. Elsa bostezó un poco; estaba agotada tras su reciente recital. Acercándose a su mochila azul, logró sacar su móvil, desbloqueó la pantalla y vio los varios mensajes que sus amigas habían enviado al grupo de chat.

🩰💗🏁🖤

Punzie
Felicidades, Elsa, estuviste increíble.

Astrid
Tu presentación estuvo impecable.
No podíamos esperar menos de
nuestra prima ballerina.

Punzie
Para festejar, las invito a
cenar mañana.

Estoy de muy mal humor
por otra estúpida carrera.

Muchas gracias, chicas.
Me estaba volviendo paranoica.
Pensé que mi postura estaba mal
durante toda la presentación jaja.

Méri
No te vuelvas loca, Elsa.
Todo fue maravilloso.
Sobre la cena, acepto jaja.
¿Qué ocurrió, Punzie?

Punzie
El entrenador dice que no puedo
practicar mientras esté usando
la pista el hijo de los Overland.
Es un presumido:(

Astrid
¿De verdad? Que rabia.

¿Ese chico no era tu amigo?
¿Cómo se llamaba?

Punzie
Jackson. Un egocéntrico de lo peor.
Me tiene harta con su actitud de
chico malo. Nunca seré su amiga.

Méri
Mmm, entonces sobre la cena...
Nos vemos mañana a las 19:00hrs.
En el restaurante Firelake, ¿bien?

Punzie
Siiii.

Astrid
Sí, claro.

Ok, nos vemos mañana.
Cuídense.

Elsa bloqueó la pantalla del móvil y lo dejó de lado antes de prestar atención a la vista de la ciudad a través de la ventana del auto. Le gustaba ver las hermosas luces de neón que iluminaban las calles por la noche.

—Elsa, Anna —las llamó su padre. Elsa logró verlo a través del espejo retrovisor—. Mañana habrá una cena importante a la que no podemos faltar, así que nada de planes a las 17:00, ¿de acuerdo? —dijo mientras conducía.

Sin protestar, ambas asintieron con la cabeza.

Suspirando, Elsa regresó la vista a la ventana durante el resto del viaje. "Mmm... cancelaré la cena con las chicas por la mañana. Solo espero que no se molesten", pensó, cerrando los ojos por un momento.

Finalmente, llegaron a casa. Apenas entraron, Elsa deseó buenas noches a todos y se apresuró en llegar a su habitación.

Frotándose los ojos, caminó hasta el clóset y eligió su pijama celeste favorita. Una vez vestida, fue hasta su tocador color perla y, sentándose en el pequeño sillón rojo, deshizo su característico moño alto, quitando el listón blanco que lo anudaba, para cepillar su cabello como hacía todos los días.

Cuando terminó, cogió el listón entre los dedos, tratando de recordar el momento exacto en que Anna se lo había dado hacía tiempo. Sonrió antes de guardarlo en una pequeña caja donde guardaba sus accesorios para el cabello. Levantándose sin mucho ánimo, caminó hacia su cama, estirando los brazos lo más que pudo. Finalmente, se recostó. Las suaves mantas blancas acurrucaron su cuerpo y, sin darse cuenta, en un instante se quedó profundamente dormida.

. . .

Hola, esta es mi primera historia. Así que, si llego a tener algún error de ortografía o de narración, les pido una disculpa. Si pudiesen aconsejarme o darme sus opiniones, les agradecería mucho:)

Diferentes Sinfonías (Jelsa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora