Narrador
. . .
Elsa caminaba apresurada hacia la salida de la academia, tan absorta en sus pensamientos que ni siquiera notó que Astrid y la chica desconocida la seguían de cerca.
—¿Prometido? ¿Es una broma, Elsa? —preguntó Astrid, jadeando, con una mezcla de preocupación y confusión en su rostro. Pero Elsa no respondió.
—¿Qué demonios está haciendo él aquí? —murmuró, molesta.
Al salir, se encontraron con un grupo de estudiantes que murmuraban alrededor de un lujoso Mercedes-Benz negro, estacionado justo frente a la academia. El motor seguía encendido y, dentro, se distinguía la figura de un hombre al volante.
—¿Cómo supiste quién era? —preguntó Elsa a la chica que las había seguido.
Aunque no había visto al conductor, la marca del auto y su presencia eran suficientes para confirmar sus sospechas.
—Bajó la ventana y me llamó desde el coche. Me pidió que te buscara, dijo que era urgente. No quería meterme, pero pensé que tal vez era alguien que no querías ver o... un acosador, así que le pregunté quién era y dijo que era tu prometido —respondió la chica, algo nerviosa.
Elsa entrecerró los ojos, irritada. "¿Cómo se atrevía a ordenar que me buscaran como si tuviera derecho a irrumpir en mi vida de esta forma?", pensó.
—¿Dijo algo más? —preguntó, manteniendo la calma a duras penas.
—Que necesitaba hablar contigo, sobre su relación.
En ese momento, la puerta del conductor se abrió. Un hombre de cabello blanco, gafas de sol y atuendo impecable salió del coche. Aunque las gafas ocultaban su identidad para muchos, Elsa lo reconoció al instante.
Jack se acercó, tomó su mochila con una naturalidad irritante, abrió la puerta de coche antes de lanzarla al asiento del copiloto y mirarla expectante.
—Vamos, hermosa. No tengo todo el día —su tono era serio.
Elsa sintió las miradas y los murmullos de todos sus compañeros. Sabía que cuanto más prolongara esta escena, más vergonzoso sería.
Suspiró y se volvió hacia Astrid.
—Dile a Punzie y Mérida que las alcanzo en el restaurante. Tengo que... resolver esto primero —dijo con una leve disculpa en su tono. Astrid asintió, aún con la confusión reflejada en su rostro.
A regañadientes, Elsa se subió al coche. Jack cerró la puerta tras ella, entró al auto y arrancó sin perder más tiempo. El motor rugió y el Mercedes se alejó rápidamente, dejando a los estudiantes asombrados.
Mientras conducía a alta velocidad, Elsa se tensó, agarrando sus muslos con fuerza. Pero pronto Jack bajó la velocidad, lo que le permitió relajarse un poco. Finalmente, estacionó en un área aislada. Apenas había autos y Elsa sintió el pánico revolverse en su estómago, pero trató de mantener la calma.
—Bien, hermosa. Hablemos —dijo Jack, rompiendo el silencio.
—No quiero —respondió, frustrada.
—No pensé que fueras tan difícil, linda —murmuró, observándola.
Elsa frunció el ceño y soltó un suspiro irritado.
—Mi nombre es Elsa. ¡No me llames 'hermosa' ni 'linda'! —hizo un gesto con las manos, marcando las comillas.
—¿Hm? Pero te quedan bien —respondió con una media sonrisa.
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Diferentes Sinfonías (Jelsa)
FanfictionForzados a un matrimonio arreglado que ninguno de los dos quiere, los corazones de la prima ballerina Elsa Arendelle y el mejor corredor de Formula 1 Jackson Overland laten con diferentes sinfonías. Pero a medida que pasé el tiempo, sus corazones co...