Narrador
. . .
En la casa Arendelle, Elsa estaba sentada en la elegante sala frente a sus padres. El ambiente era pesado, y el único sonido que rompía el silencio era el tic-tac del reloj en la pared. Iduna, su madre, tenía un gesto serio, un gesto que Elsa asociaba con malas noticias. Su padre, Agnarr, permaneció inexpresivo, lo que lo hacía aún más intimidante.
Elsa, incapaz de contener su nerviosismo, jugueteaba con los dedos mientras trataba de anticipar lo que vendría.
—Queremos hablar contigo sobre la cena de esta noche —comenzó Agnarr con una voz grave, que no admitía cuestionamientos—. Te presentaremos a un joven, Jack Overland. Ambas familias hemos decidido que, por el bien de los negocios, deberán contraer matrimonio.
Por un instante, el mundo de Elsa pareció detenerse. Como si el suelo se hubiera vuelto líquido bajo sus pies. "¿Matrimonio? ¿Jack Overland? ¿Quién demonios es ese chico?", pensó. Una oleada de incredulidad y miedo se apoderó de ella mientras su corazón se aceleraba.
Alzó la mirada, buscando en sus rostros algún destello de humor o error. Pero lo único que encontró fueron expresiones frías, calculadas, como si hablaran de un simple contrato comercial.
—¿Qué? —La palabra salió de su boca antes de que pudiera detenerla.
Iduna respondió con una tranquilidad que se sentía casi cruel:
—Es una decisión que ya hemos tomado junto a tu abuelo. Esta unión fortalecerá la relación entre ambas familias.
Un pinchazo de enojo atravesó a Elsa, encendiendo una chispa de rebeldía en su interior.
—¿Por qué? —preguntó, intentando sonar firme, aunque un ligero temblor la delató—. Yo... tengo mis propias metas, mis aspiraciones. ¿Por qué tendría que casarme con alguien que ni siquiera conozco?
—Porque una unión con los Overland fortalecerá nuestra posición —intervino Iduna con una calma que solo avivó la frustración de Elsa—. Este matrimonio te ayudará a alcanzar tus metas. Con el respaldo de una familia influyente como la suya, serás más de lo que podrías ser sola.
Elsa apretó los labios. Su voz, normalmente serena, ahora estaba teñida de indignación.
—¿Fortalecer nuestra posición? —su mirada recorrió el rostro de ambos, buscando alguna grieta en sus argumentos—. Creí que mi carrera y mi dedicación ya eran suficientes para darles lo que quieren. ¿No basta con ser la mejor bailarina?
Agnarr la miró, inmutable.
—Esto no se trata solo de ti, Elsa. En esta familia, cada logro individual debe ir acompañado de algo que beneficie al legado familiar. Estás destinada a ser más que una simple bailarina. Este compromiso asegura que cumplas ese destino.
Las palabras de su padre cayeron como plomo en su pecho.
—¿Y qué pasa con lo que yo quiero? —preguntó, su voz quebrándose levemente—. No necesito a los Overland para ser bailarina.
Por un momento, Iduna pareció vacilar. Sus ojos reflejaron algo que Elsa no pudo descifrar del todo: cansancio, tal vez incluso tristeza.
—Elsa, todos hacemos sacrificios —dijo con un tono más suave, pero igual de firme—. Todos tenemos que renunciar a algo para cumplir nuestro papel en la familia. Es nuestro deber.
Elsa mantuvo su mirada en la de su madre, buscando algún rastro de empatía, algo que le indicara que entendía el peso de lo que le pedían. Pero no encontró nada que mitigara su dolor. El silencio llenó la sala, roto solo por el leve suspiro de Elsa al bajar la mirada. Cada palabra de sus padres se convertía en una cadena más alrededor de sus sueños.
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Diferentes Sinfonías (Jelsa)
FanficForzados a un matrimonio arreglado que ninguno de los dos desea, los corazones de la Prima Ballerina Elsa Arendelle y el campeón de Fórmula 1 Jackson Overland laten con diferentes sinfonías, cada uno atrapado en sus propias ambiciones y secretos. S...