Capítulo 27

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Narrador

. . .

Un suave golpeteo en la puerta despertó a Elsa. Con un suspiro pesado, se sentó, frotándose los ojos mientras trataba de sacudirse la pereza. Anna entró tarareando una canción, llena de esa energía que siempre la caracterizaba.

—¡Buenos días, Elsa! Espero que hayas dormido bien —dijo con una sonrisa contagiosa, dejándose caer en el borde de la cama.

—Buenos días, Anna. Creo que dormí demasiado... ¿qué pasa? —respondió Elsa, llevándose una mano a la frente.

—Eso es raro en ti. Debiste tener un buen sueño, ¿no? —le guiñó un ojo—. ¿Tal vez uno con cierto peliblanco? —sonrió, acercándose un poco más.

Elsa intentó esquivar el comentario, disimulando el rubor que empezaba a subirle al rostro.

—¿De qué querías hablar? —preguntó

—¡Ah, entonces sí soñabas con tu prometido! —soltó una carcajada y aplaudió, encantada—. ¡Sabía que algo bueno había pasado!

—Ni siquiera he dicho nada —Elsa puso los ojos en blanco, tratando de mantener la compostura, aunque sus labios formaron una sonrisa sin que ella pudiera evitarlo.

—Pero tampoco lo negaste. Te conozco demasiado bien. ¡Soy tu hermana menor, no lo olvides! —sonrió triunfante.

Elsa suspiró, rindiéndose ante la astucia de su hermana, aunque no quería dejar que su mente divagara demasiado.

—Creo que hay temas más importantes de los que hablar que mis sueños, Anna.

—Está bien, no te molestaré más —dijo con mueca—. Mamá y papá quieren verlos el martes en el restaurante Bavette's. Los esperan a los dos. Una reunión familiar... ya sabes cómo son.

—Lo hablaré con Jack. Ayer me mencionó algo sobre eso.

—Perfecto. Tengo una cita con Kristoff en una hora, así que me voy. ¡Que tengas un buen día, Elsa! —dijo Anna, levantándose de la cama y dándole un beso en la mejilla antes de dirigirse a la puerta.

—Igual tú, Anna —respondió Elsa, sonriendo mientras veía a su hermana salir de la habitación, siempre tan vibrante.

Cuando la puerta se cerró, el silencio llenó la habitación. Elsa se quedó sentada en la cama, procesando todo aún. Los pensamientos sobre Jack volvieron a su mente, las palabras y gestos de la noche anterior resonando en su cabeza.

. . .

Después de un rato de indecisión, Elsa decidió llamarlo. "¿Y si lo molesto? ¿Y si está ocupado?" Las preguntas se acumulaban en su mente. Finalmente, respiró hondo y apretó el botón. El tono comenzó a sonar, y con cada timbrazo sin respuesta, sus nervios aumentaban. Justo cuando estaba a punto de colgar, un suave clic se escuchó al otro lado de la línea.

—¿Elsa? —la voz ronca de Jack le provocó un escalofrío.

—Jack —respondió, intentando sonar tranquila, aunque la culpa de haberlo despertado la invadió.

El sonido grave y somnoliento de su voz la desarmó por completo. Era como si él tuviera el poder de hacer desaparecer todas sus dudas y reorganizar sus pensamientos con solo pronunciar su nombre.

—¿Mhm? —murmuró Jack, aún entre sueños.

"Dios, ¿por qué su voz me afecta tanto?", pensó mientras mordía su lengua, insegura de qué decir, tamborileando nerviosamente con los dedos sobre su pierna. Cerró los ojos por un instante, intentando recuperar la compostura. Cada palabra, cada gesto de Jack la hacía sentir viva, pero también la desconcertaba. Era una atracción incontrolable.

Diferentes Sinfonías (Jelsa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora