Capítulo 14

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Narrador

. . .

Después de que la conversación con Rapunzel terminó, Jack se dirigió rápidamente a la zona VIP, ignorando a todos los que se cruzaban en su camino. Cuando llegó a los asientos, pudo ver a la pareja que todavía charlaba.

—Ya veo, creo haberte dicho que fueras una buena chica —dijo una voz seria, haciendo que el cuerpo de la chica se helara por unos segundos.

Al acercarse, Jack pudo notar las características del chico que acompañaba a su prometida: un hombre castaño rojizo, delgado, unos centímetros más bajo que él, con ojos verdes, piel clara y ligeramente rosada. No le agradaba.

—¿Quién es él, Elsa? —preguntó el castaño, pero ella no pudo responder de inmediato.

—La verdadera pregunta aquí es, ¿quién eres tú, novato? —replicó Jack, enfrentándolo con la mirada.

—Soy Hans de las Islas del Sur, corredor novato de Aston Martin.

—¿Por qué es la primera vez que te veo en los entrenamientos? —la voz imponente de Jack resonó en el lugar.

—Acaban de transferirme. Terminé mi entrenamiento en Reino Unido y me asignaron a Chicago para continuar con mis prácticas —respondió Hans, lo cual no le agradó en absoluto—. Ya respondí, así que, ¿quién eres tú? —añadió.

Jack observó de reojo a la bailarina, deseando que ella respondiera a esa pregunta.

—Él es un amigo mío... —murmuró.

—Oh, ¿estás segura, hermosa? —el tono dominante de Jack invadió sus oídos.

Si quería que el engaño funcionara, Elsa debía hacer todo lo posible para que la gente creyera en sus mentiras. Así que inhaló profundo y finalmente respondió:

—Hans, él es Jack. Mi prometido.

De repente, la mirada del castaño se posó brevemente sobre los finos dedos de la platinada, buscando algún anillo de compromiso. Esta pequeña acción irritó a Jack. "Si ella tenía un anillo en su dedo o no, es asunto nuestro", pensó Jack mientras aclaraba su garganta.

—Entiendo. Yo me retiro. Adiós, Elsa —murmuró acercándose a la joven antes de depositar un suave beso sobre su mejilla y salir de la sala.

Este acto disgustó aún más a Jack, haciendo que su puño se cerrara levemente, mientras un silencio incómodo invadía el lugar. Elsa permaneció sentada en su silla, ignorando a su prometido, que estaba actuando de manera muy diferente a lo habitual. Con las piernas cruzadas y los brazos descansando sobre sus rodillas, miraba hacia la pista, tratando de fingir que la presencia de Jack no existía, aunque el calor del área abierta le ardía en los ojos.

Al darse cuenta de que su repentina terquedad estaba comenzando a incomodarlo, Jack supo que Elsa no estaba de humor para hablar con él. Cuando escucharon que los corredores eran llamados para subir a sus respectivos vehículos, él pasó junto a la chica, abandonando la zona VIP y dejándola atrás.

O eso pensó Elsa.

Cuando él pasó, ella sintió el calor de su presencia y el aroma embriagador que lo acompañaba, que se hacía más fuerte por la cercanía. Notó un escalofrío recorrer su espalda, como si el aire entre ellos hubiera cambiado.

De repente, sintió un ligero tirón en la cinta blanca que rodeaba su cabello. Ella no lo miró. Otro tirón, esta vez Jack la había tirado suavemente hacia atrás para que lo mirara. Elsa sintió que le colocaban unas gafas de sol en la cara, el mismo par que todos sabían que el corredor rara vez se quitaba fuera de la pista.

Diferentes Sinfonías (Jelsa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora