Jiang Cheng regresó al receso de las nubes y no con un mejor semblante del que se fue, pero aun así se sentía un poco más pacífico. El internado ya se iniciaba a llenar de estudiantes, era domingo por la tarde y eran muy pocos los que se quedaban los fines de semana como él, y los que se iban cada ocho días como A Sang, entonces ya sabiendo que WangJi estaría y era necesario terminar la conversación, se dirigió a ese lugar, ese lugar donde su amor había surgido y también se marchitaba.
Jiang Cheng no es optimista, nunca se ha considerado a si mismo de esa forma, sin embargo, quiere creer que todo se arreglara, entonces se dispone a golpear suavemente la puerta de Lan WangJi, no hay respuesta, pero un sonido extraño lo hace preocuparse y abre la puerta, es casi al instante que desea no haberlo hecho.
- Ah – El sonido lo desconcierta cuando ve la espalda del chico, la cola alta que abarca el cabello que llega un poco por debajo del cuello y las manos que tratan de cubrir la desnudez.
- Mm - Jiang Cheng cierra la boca y luego la ira - ¡¿Qué mierda?! – Su corazón se agita y sus pasos no se controlan.
-Jiang WanYin – Lo ojos dorados se muestran furiosos, mientras el cuerpo del intruso que antes cabalgaba cae en la cama y Jiang Cheng ni si quiera se preocupa por la aparente desnudez de Lan WangJi.
- ¿A esto te referías con cualquiera WangJi? – Jiang Cheng señala al joven que ya para entonces puede identificar como el nuevo estudiante. – Solo porque no te abrí las malditas piernas...
- ¡WanYin!, tú terminaste conmigo – Lan WangJi corta el argumento como un frio cuchillo.
Jiang Cheng quiere golpearse la cabeza y fingir que es un sueño, uno de esos que no es real, que no paso y solo imagino, pero no es así, lo sabe cuándo sus ojos se llenan de agua y los puños que se habían formado se deshacen.
-Cierto, ya no somos nada – Jiang Cheng recobra compostura y se va antes de que sus lágrimas fueran más que reales.
El camino de repente se volvió más borroso, más gris y los pasos de Jiang Cheng parecían no reconocerlo, se tambaleaba ante cualquier paso, entonces al fin cede, cae y su estómago se revuelve ante el jardín, vació hasta lo último que había comido, estaba agotado y asqueado, de nuevo y si era sincero ya no sabía cuál era el motivo concreto de esto.
-A Cheng – La voz de Nie Huaisang hizo que se levantara y se aferró al brazo de su amigo, quería seguir vomitando, pero su mareo se detenía.
- ¿Está bien? – otra voz suave se oyó y pudo sentir que alguien tocaba su espalda.
- Lo siento, Er ge, A Cheng me necesita – Huaisang acerca más a Jiang Cheng y lo agradece, ¿Cómo es que siempre se ve tan patético frente al otro? Oh claro, es que él es patético.
- ¿No deberías llevarlo al ala medica? – Pregunta el hermano de A Sang y Jiang Cheng niega acercándose más a Huaisang, de ese lugar venia, no exactamente, pero lastimosamente cerca.
-Está bien, Er ge, yo me encargo, ve a hablar con el maestro Lan - Indica y Jiang Cheng agradece en silencio.
-De acuerdo, cuídense – Jiang Cheng reconoce el tono de preocupación del joven y asiente mientras se esconde más en los brazos de Huaisang pese a que es más pequeño que él.
-Tranquilo, vamos – Jiang Cheng es guiado como un perro con collar, solo que en vez de collar lo guían con la mano y es sentado en la cama de Huaisang.
Jiang Cheng toma aire varias veces tratando de controlar sus sollozos y las arcadas, no es tan fácil, no cuando siente que ha perdido a alguien que pensó era lo único que tendría, el único que no se iría.
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Alguien
FanfictionJiang Cheng creyo haber conocido el amor, era joven, claro, solo tenia quince años, pero en su defensa Lan WangJi lucia como un principe que seria incapaz de lastimarlo, sin embargo los villanos a veces tambien parecian angeles. Jiang Cheng comprend...