Capítulo XIV: Cada tarde

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Finalmente, el sitio en se ilumina a varias cuadras y Lan Huan solo sonríe cada vez que está más cerca, mientras Jiang Cheng está nervioso, ojalá le guste. El lugar es tan apabullante como Jiang Cheng lo recuerda, donde las luces y los gritos son los protagonistas, hay más gente de la que hubiera deseado, pero el lugar es lo suficientemente grande para que puedan caminar cómodamente.

- ¡Un parque de diversiones! – Lan Huan sonríe de una forma anhelante y Jiang Cheng solo quiere saber cómo es posible que alguien pueda sonreir tanto y de tantas formas, pero sobre todo como logra que cada sonrisa se vea hermosa.

-Eso, sé que no somos niños, pero...

-Me encanta, siempre quise venir a uno – Jiang Cheng se sorprende y mira a Lan Huna ¿nunca había venido a uno?

- ¿Por qué? – Pregunta sin ser muy consciente de que su boca se mueve sola.

-Bueno, mis padres nunca lo consideraron y mi tío es demasiado tradicional, asegura que la diversión proviene de los libros o crucigramas, puedes culparlo si mi concepto de diversión resulta averiado – Bromea y Jiang Cheng de nuevo sonríe.

-Eso explica porque querías hablar de los estados de oxidación del té en tu primera cita.

-Whoa, resulta que eres rudo – Lan Huan hace un gesto de dolor y Jiang Chen niega y va guiando a Lan Huan donde compran los pases de oro.

- ¿Entonces a cuál quieres ir? – Huan curiosea con una sonrisa y Jiang Cheng trata de no pensar en la primera vez que vino a ese lugar, eso había sido hace años, cuando Wei WuXian aun no arribaba a su vida, había ido con su hermana y sus padres. Por el límite de edad y de estatura no había subido a casi nada, pero fue divertido como su padre lo monto en los hombros, tal vez debió quedarse más tiempo ahí, lo hubiera hecho de haber sabido que nunca más volvería subir a ese lugar.

- ¿Estas bien? – La pregunta hace que Jiang Cheng vuelva a su realidad y gire su mirada para ver al mayor, la expresión de preocupación no es suficiente para quitar el brillo de la mirada ocre, como un niño que acaba de descubrir los dulces.

-Estoy bien – Asegura y ve una de las atracciones - Y montaña rusa, pero la más alta, no me he subido a esa – Lan Huan acepta con una sonrisa.

Jiang Cheng no quiere pensar que es una cita romántica, solo es una disculpa, pero aun así cuando está en lo alto que acaba de escalar el carro, aun así, se aferra a la mano de Huan mientras grita y piensa en que fue otra de sus muchas malas ideas. Solo puede sentir que sus dedos encajan y se entrelazan junto a los de Lan Huan, lo hacen como si esa fuera su forma natural, como si fueran dos piezas faltantes que debían permanecer juntas, aun con ojos llorosos, tal vez por la velocidad del viento, es capaz de observar la hermosa carcajada de Huan con ojos cerrados y un chiflido de emoción arremete.

Es aquí, aquí es

Su subconsciente canta y solo aprieta más la mano de Lan Huan, la montaña sube y baja, así como los ritmos de su corazón, no es buena idea, de nuevo se da cuenta, no debería jugar de esa forma con su corazón, está cayendo y teme que la caída duela, pero...

Es aquí, aquí es

La caída no puede ser tan cruel, no con ojos tan brillantes y sonrisa radiante, no, si su corazón quiere armarse de nuevo y como el mecanismo de un reloj trata de encajar los engranajes antiguos como nuevos, solo para latir.

- ¡Eso fue emocionante! ¡Hay que hacerlo de nuevo! – Lan Huan alienta con otra de esas sonrisas que orillan a su corazón para que vuelva a funcionar.

-No, no creo que lo soporte – Responde tocando su pecho y la sonrisa casi decae – Tal vez más tarde – No es solo la montaña rusa, es todo, esta apunto de un ataque al corazón.

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