Capitulo XII: Coraje II

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- Creo que eso salió mejor de lo que esperaba – Huan comenta y Jiang Cheng pasa saliva dando algunos pasos hacia atrás.

- Así parece, espero que todo mejore – Jiang Cheng responde y jamás un extraño cuadro a blanco y negro que reflejaba algunos sauces resulto tan interesante, es una suerte que Huaisang tuviera bastantes cosas llamativas.

-Esto es un Xie Yi muy hermoso ¿no lo crees? – Huan se para a un lado y Jiang Cheng puede sentir su calor corporal de nuevo, es muy cerca.

- ¿Lo es? – Pregunta y luego niega rápidamente – Quiero decir, es bonito, sí, pero no estoy seguro de que es un Xie Yi – Se corrige torpemente aun viendo la pintura.

-Es un trabajo a mano alzado, A Sang siempre fue muy talentoso con todo esto – Huan habla y Jiang Cheng ya no sabe que más decir, en cambio da un paso al costado. -Parece que tengo que llamar a mi asistente, esto parece largo – Huan comenta y se dirige a una silla de apariencia extraña.

-Lo mejor es que no te sientes ahí, estoy seguro que le ha quitado alguna parte para hacer una escultura o tal vez esa sea la escultura – Jiang Cheng explica y Huan asiente con una sonrisa que parece menos amplia.

- Entonces, ¿Dónde es seguro sentarme? – Pregunta con curiosidad.

-Supongo que la mejor opción es la cama – Señala y Jiang Cheng espera a que Huan se siente, para él también seguirlo dejando un gran espacio.

- ¿Te molesta si hago una llamada? – Pregunta y Jiang Cheng niega sacando su propio celular para revisar sus redes sociales.

No es su intención meterse en la vida de Huan, no quiere, pero, aun así, siempre está atento cada que Huan trae una nueva decoración, preguntándose en que pensó para traerla o si la vio y tal vez, solo tal vez pensó en él. El mismo sabe que no debería ser optimista, que sus pensamientos no deberían ir de esa forma, no quiere pensar en que gasta su tiempo el mayor ni tampoco saber porque pese a todo, siempre halla la forma de ser amable.

- Lo siento – Jiang Cheng se encuentra diciendo dejando a un lado su celular, haciendo que A Huan ahora se gire en su dirección.

- Creí que no te gustaban las disculpas – Huan comenta con una sonrisa.

- No si las dices tan fácilmente – Rebate y mira hacia a sus dedos – Quiero decir que debe haber un arrepentimiento genuino, ese... Ese no es el punto – Niega y alza su mirada – Me disculpo por la discusión del té.

- ¿Y cómo sabría si tu disculpa si es ingenua? – Jiang Cheng abre la boca.

-Eso no... - Resopla.

- Por supuesto si pones en duda mi sinceridad, lo normal sería que yo hiciera lo mismo, ¿no crees? – Jiang Cheng no sabe que decir - pero aceptare tu disculpa con una condición – Advierte.

- ¿Qué condición? – Pregunta y ya para entonces están mirándose de frente, pero la distancia aun es segura.

- Bueno, déjame mostrar lo que es un verdadero té – Habla suavemente de esa forma en que Jiang Cheng solo puede centrarse en sus labios y la forma en que los mueve – ¿Aceptarías acompañarme a un salón de té?

- ¿Salón de té? No sabía que algo como eso todavía existe – Habla y Huan asiente mientras sonríe.

-Bueno, debes acompañarme y así comprobarlo – Huan ahora está demasiado cerca.

- ¡Tú! – De nuevo se queda sin palabras y el calor en ese lugar parece aumentar, así que se pone en pie y se dirige a la salida, pero su brazo es detenido a la vez que un cosquilleo va creciendo en el punto de contacto.

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