Lan Huan conoció el salón de té y fue la primera vez que comió un sándwich, sin embargo, no pudo disfrutarlo y lo vomito, todo oculto, para que su madre no lo supiera, ya que quería seguir saliendo a su lado, y así fue gracias a que Lan Huan seguía mostrándose con buena educación le permitieron salir junto a su madre y sin importar que, cada día que probaba un nuevo pasabocas para el té lo terminaba vomitando, guardando lo que dolía, guardando lo que vomitaba en una bolsa, porque un príncipe no debía quejarse, no debía dejar de sonreir y jamás causaría problemas a su madre.
El problema comenzó un día de tantos, uno en que Lan Huan comía su gelatina, era roja, lo recuerda, recuerda haberla comido e iniciar a vomitarla, pero Lan Huan sabía que si no comía no podía ver a su madre, así que se obligó a comer, aun así una tos fuerte lo ataco, fue tan fuerte que la gelatina que había comido salió y quedo en el piso, no fue lo único rojo que salió de su boca, el dolor en su abdomen también se hizo demasiado fuerte impidiéndole moverse así que no pudo ir y presentarse con la institutriz,, tampoco pudo subir las escaleras para ver a su madre, en cambio lloro y se preguntó si así se sentía le niño de ojos azules, si así de doloroso era.
-Abrió los ojos – Fue la primera frase que escucho cuando despertó, también fue la primera vez que pudo ver a su padre tan cerca.
-A Huan – Su madre estaba recostada a un lado y sobo su frente con suavidad.
-Aun te atreves a seguir aquí, es por ti que él se encuentra así – Lan Huan no reconocía al hombre que en ese momento le hablaba a su madre, más adelante sabría que era el presidente del consejo Lan.
- Yo no, no lo sabía – Su madre se defendía con una voz entrecortada.
-Por supuesto que no, eres una mujer ignorante – Afirmo otro hombre - ¿y ahora que haremos? El doctor dijo que estaba demasiado avanzado – Lan Huan aun sentía dolor en su estómago y garganta, pero sonrió porque no quería problemas.
-Pudo ser prevenida, pero la institutriz tampoco ayudó – Al parecer la habían despedido por incompetente, pero a Lan Huan eso no le importaba, él seguía sonriendo, aunque el dolor no hacia otra cosa más que aumentar.
-Tiene desnutrición ¿Cómo se supone que heredera? – Alguien más pregunto y Lan Huan dejo de sonreir.
-Duele – Pidió suavemente y su madre se movió, dándole una cucharada de algo, demasiado amargo.
-Tal vez muera pronto, tenemos que hacer una reunión – Lan Huan no comprendido del todo lo que se habló, salvo que todos se fueron y él quedo solo con su madre que lloraba.
- ¿Me perdonaras algún día A Huan? – Le había preguntado entre lágrimas y Lan Huan solo podía sonreir pese al dolor que había.
-Estoy bien, seré un buen niño, como el pequeño príncipe, estaré bien- Eran sus promesas, aunque no sabía bien como cumplirlas, ya que era demasiado doloroso.
-Así es, debes recuperarte y ser un príncipe muy valiente y fuerte, así protegerás al niño de ojos azules del dragón – Cuenta y Lan Huan ya no recordaba la historia.
- ¿Había un dragón? - Pregunta conmocionado.
-Siempre habrá uno y nuestro príncipe siempre debe luchar contra el – Explica y Lan Huan quería saber más, pero el dolor fue insoportable al punto que sus lágrimas brotaron y vomito.
-Desde ese día no pude ver a mi madre – Lan Huan termina la historia.
-Lo siento, yo, hubiera deseado estar a tu lado – Susurra y se apresura a abrazarlo, como si aún pudiera proteger al pequeño niño enfermo.
-No habías nacido – Sonríe y acerca a Jiang Cheng – Pero, también me hubiera encantado conocerte antes – Corrige y Jiang Cheng se siente protegido y desea que Lan Huan se sienta tan bien como él, desea convertirse en un refugio para Lan Huan, tal y como él lo ha hecho - ¿Sabes? Recuerdo muy poco de esos días, estaba sedado la mayor parte del tiempo, pero tenía un tubo que me alimentaba, otro que impedía que la desnutrición avanzara – Explica y Jiang Cheng abraza más a Lan Huan como si pudiera abrazar al pequeño niño que estuvo en cama conectado de un tubo que lo aferraba a la vida.
ESTÁS LEYENDO
Alguien
Fiksi PenggemarJiang Cheng creyo haber conocido el amor, era joven, claro, solo tenia quince años, pero en su defensa Lan WangJi lucia como un principe que seria incapaz de lastimarlo, sin embargo los villanos a veces tambien parecian angeles. Jiang Cheng comprend...