CAMBIÓ

Nueve

Kangmin aplaude y agradece por la comida, a simple vista muy apetitosa.

— ¿Con qué empezamos, Yeonho-hyung?

Yeonho deja de evitar la mirada de Yongseung y mira a Kangmin, sentado a su lado, para asesorar el orden de alimentación.

— Un poco de esto, para tí... un poco de esto para mí...

— No puedes comer eso.

Kangmin mira cinfundido a Yongseung, mientras Yeonho detiene su labor de repartir piezas de carne.

— ¿Por qué no, Yongseung-hyung? ¿Yeonho-hyung es alérgico a la carne o los saborizantes?

— Yeonho no esa alérgico, Kangmin. Tenemos una estricta dieta que cumplir y por más que nos guste, no podemos comer cualquier cosa que nos pongan en el plato – dice Yongseung, mirando con seriedad a Yeonho – No puedes comer eso.

— Eso no parece bueno – dice Kangmin con preocupación – ¿No puede comer lo que le gusta? ¿Aunque sea una sola vez?

— No.

— Invité a KangMin, para comer juntos estos deliciosos platos. No pasa nada, si rompo esa dieta por unas horas... no es que vaya a engordar tres veces por cada bocado.

— El problema es que no masticas y engordas más.

— Está bien, si Yeonho-hyung engorda – dice Kangmin, viendo al mayor presionar los palillos entre sus manos – Mi abuela solía decir que un niño bien alimentado, lucirá gordo, pero está almacenando proteínas para crecer sano y fuerte – sostiene los palillos de Yeonho y sostiene una versión pequeña de dumpling – Así que, debe dejar comer a Yeonho-hyung lo que quiera para seguir creciendo y ser muy fuerte.

— Aunque tu abuela pudo haberlo dicho, para que no sientas inseguridad por tu cuerpo.

— Tal vez, ¿Pero está bien comer lo que le gusta, aunque sea por una vez, y que usted sólo dice que engordará en lugar de apoyarlo como su amigo?

Yongseung mira en otra dirección y suspirando, acepta la sugerencia de Kangmin.

— No puedo creer que un niño... – murmura, mirando a Kangmin acercar el pequeño dumpling a la boca de Yeonho y este come con una gran sonrisa.

— ¿También quiere uno, Yongseung-hyung?

— No, gracias. Sólo comeré ensalada.

Kangmin asiente y come el dumpling que antes ofreció a Yongseung.

— Aunque no era necesario que me defiendas – Yeonho susurra robando un trozo de carne desde el plato de Kangmin – Iba a comer de todos modos. No sé cuántas cosas he comido en esta semana que, no están incluidas en esa dieta. Siempre lo hago – Kangmin le mira sorprendido – Y Yongseung no tiene por qué saber.

— ¿Siempre?

— Sí.

Kangmin mira los platos y después a Yeonho masticando tranquilamente.