CAMBIÓ

Doce ?

Yeonho y Kangmin toman asiento en una banca, muy agotados tras jugar en el parque.

— Ha sido muy divertido. Yeonho-hyung es muy divertido.

— Fue divertido jugar contigo. Casi nunca me siento de esta forma.

— ¿A qué se refiere?

— Yongseung y yo nunca jugamos algo parecido a esto – mira a los niños aún con energías para subir a todos los juegos – Sí, salíamos a pasear, comprar y comer algo juntos, pero Yongseung prefería trotar, en lugar de correr. No podíamos jugar como estos niños. Rechazaba todo lo que quería comprar, ¿Por qué compraría una pistola de burbujas, si se acabarían pronto? ¿Por qué comprar orejas de animales, si no los utilizaremos más de una vez? – suspira – Yo quería comprar muchas cosas para ambos en todas nuestras citas, como pareja... ¡Quiero decir! Como buenos amigos, quería demostrarle lo mucho que lo queria, dándole regalos aunque sean de poco uso. Que sólo recuerde el momento en que los tuvimos y sienta lo mismo que yo, pero rechazaba muchos de mis regalos, diciendo que no los necesitaba, que eran un gasto en vano o no le gustaban. Por lo que dejé de comprarle cosas e hice lo mismo, cada vez que comemos juntos.

— ¿Que hizo?

— Yongseung solía regañarme por mi forma de comer y lo que comía... No le dije que sus palabras a veces me hacían sentir mal y le permití escoger el menú para ambos. Así como, intentaba controlar mi forma de comer para no incomodarlo. Kangmin... yo... ya no podía ser yo mismo con Yongseung, pero lo quería tanto que lo soportaba con la única condición de no conocer a nuestros padres.

— ¿No conoce a sus padres?

Yeonho niega.

— Mis padres me conocen bien y se darían cuenta de mi cambio con Yongseung cerca. No conozco a sus padres, pero temo saber que son igual que Yongseung... y yo no podría soportar fingir por mucho tiempo. Quiero mucho a Yongseung pero, si no puede aceptarme completamente... yo no estoy seguro que lo nuestro podría seguir por más tiempo. Lo dije desde el principio, por más que me guste, somos muy diferentes y podríamos pelear muchas veces hasta el punto de terminar mal, y yo no quiero eso.

— Entonces, debería hablar con Yongseung-hyung sobre esto. Si le dice lo que realmente quiere, podria entenderlo y nada saldría mal, como tanto teme.

— Dudo que lo haga. Podria molestarse, si le digo que no me gusta cómo controla mis hábitos... De hecho, se molestó una vez y no me habló por varios días.

Kangmin asiente.

— ¿Hizo algo para ser perdonado?

— Le dí su espacio y cuando parecía estar más tranquilo, lo molesté.

— ¿Volverá a hacerlo?

— No lo creo – mira a Kangmin –  Conocerte y ver que eres como yo quería ser, libre, sinvergüenza, ingenuo y que no teme ser juzgado por sus palabras o acciones, me hizo pensar diferente. Olvidar las reglas y quejas de Yongseung, mientras tú y yo, hacemos lo que queremos, sin tener que limitarnos.

— ¿No es malo dejarlo a un lado? Podría sentirse solo.

— No es malo, si no quiero hacerlo con malas intenciones. Lo conozco. Le gusta estar solo, leyendo libros de ciencias y en un lugar tranquilo. Yo sólo le hago enojar.

— No conozco a Yongseung-hyung, pero tal vez, deberían hablar sobre eso.

— Voy a pensarlo – baja de la banca –  Ahora, ¿Que te parece, si te llevo a comer? Conozco otro lugar, donde el menú es diverso y después te acompañaré hasta tu casa.

A Kangmin le brillan los ojos y sonríe, bajando de la banca.

— De acuerdo.

— Entonces, vamos.

Yeonho sostiene una mano de Kangmin y a este se le olvida todo sobre lo que hablaron hace pocos segundos, por concentrarse en el chico que le gusta, sosteniendo su mano y le habla muy felíz, sobre su experiencia con tal restaurante. Kangmin a penas puede escuchar, mirando embelasado el perfil del mayor. De frente, su rostro le daba aires de pureza e inocencia, con sus lindos ojos sonrientes, su linda sonrisa y su linda nariz recta, pero de perfil, parecía alguien un poco diferente, con la punta de su nariz ligeramente inclinada hacia arriba y una sutil curva hacia abajo en el puente, sus mejillas ya no parecían rellenitas y su mirada era completamente diferente, con el atractivo de sus cejas bien perfiladas.

— ¿Hay alguien que podría estar más enamorado de tí?

— ¿Qué?

Kangmin desvía rapidamente la mirada, dándose cuenta que pensó en voz alta.

— Yo... no.. nada. No dije nada.

Yeonho asiente y señala hacia el subterráneo, para ir a su próximo destino.