CAMBIÓ

Catorce

Yongseung mira seriamente a Yeonho.

— ¿Ir al cine con esos niños? Pensé que compensarías el haberme abandonado por tanto tiempo.

— También estás invitado. Podemos pasar el tiempo juntos y también con ellos.

— ¿Está diciendo que cancelas nuestra cita para cuidar de esos niños?

— Por el momento sólo planeamos ir al cine, así que, pensé que podríamos tener nuestro espacio en algún momento – empieza a jugar nervioso con los dedos y Yongseung lo nota – Tal vez te incomodará salir sin poder hacer un plan y ellos entenderán, si no quieres ir... Pero... Me gustaría que puedas acompañarnos.

Los labios de Yongseung pican.

— ¿Quieres ir con ellos? – Yeonho levanta la cabeza y asiente, haciendo suspirar a Yongseung cuando sus ojos se conectan – Entonces, yo también voy – empieza a guardar las cosas en su mochila – Me dejaste pasar mucho tiempo en la biblioteca, ¿Te divertiste solo con esos hoobae? También necesito un poco de distracción... Y no permitiré que me dejes por algo más.

Yeonho toma su mochila y camina detrás de Yongseung para salir de la biblioteca.

— No es que seamos totalmente amigos. Sólo puedo acercarme un poco a Kangmin, los demás son tímidos para hablar o mirarme a la cara.

Yongseung ríe cuando salen del edificio.

— Espero que sean tímidos, porque pareces intimidante y no porque les gustas.

— ¿Gustarles? Me hubiera dado cuenta de inmediato y les hubiera dicho que tú eres la única persona que me gusta en este mundo.

Yongseung mira de reojo a Yeonho y reduce la velocidad de sus pasos.

— ¿Realmente lo harías?

Yeonho también se detiene y sonríe a Yongseung.

— Por supuesto. Sólo que no quiero hacerte enojar por delatar y arruinar nuestras vidas.

Yongseung cruza los brazos.

— Excusas. No eres capaz.

— Pero yo te amo y lo sabes – susurra y abraza los hombros de Yongseung – ¿Qué sucede contigo? Normalmente no te preocupas por demostrarte que te quiero.

Los labios de Yongseung se abultan al mirar al cielo.

— Me dejaste solo, no me buscaste y pasas más tiempo con otras personas – habla en voz baja – ¿Cómo esperas que no me preocupe con eso?

Yeonho abraza a Yongseung y se sorprende, porque el menor no le aparta o le pide alejarse, sólo caminan a paso lento hacia la siguiente clase, sin mirar en alerta a todos lados.

— No debes preocuparte – sigilosamente sostiene una mano de Yongseung y acaricia con suavidad – Eres el único que tiene mi corazón.

Yongseung suspira y sostiene la mano de Yeonho que acariciaba su dorso, se acerca más al mayor y juntos caminan ignorando a los demás.

Kangmin baja la mano y espera a que sus mayores lleguen hasta la mesa donde jugaba con sus amigos por móvil.

— Yongseung-hyung aceptó venir – sólo eso bastó, para que sus amigos dejen a un lado los móviles y se pongan de pie para hacer una reverencia hacia sus mayores – Llegan a tiempo. Estábamos revisando la cartelera.

— Perfecto – Yeonho toma asiento a lado de Kangmin e invita a Yongseung, palmeando el espacio a su lado – ¿Ya pensaron en algo?

Kangmin sonríe y busca en su móvil la página de cartelera.

— Por el momento, sólo películas disponibles para mayores de dieciocho años – responde uno de los menores – y alguna de ellas son de terror, lo cual asusta mucho a Kangmin.

— No es cierto – Kangmin susurra avergonzado.

— Sí. Una vez lloraste, cuando vimos una película de terror y no soltaste mi brazo hasta que encendieron las luces.

Kangmin se sonroja y golpea el brazo de su amigo, para después susurrar avergonzado.

— No lo digas frente a nuestros mayores.

— Sólo digo la verdad.

Yeonho observa a los más jóvenes discutir entre ellos y sonríe por los intentos de Kangmin por defenderse.

— Entonces, nada de terror por Kangmin, ¿Algo romántico?

— ¿O infantil? – Yongseung murmura y los menores ríen de inmediato por Kangmin.

— Todos somos lo suficientemente grandes para ver algo más que una película infantil – dice Yeonho revisando el móvil – Como dije hay géneros disponibles, como acción, romance...

El grupo de primer año deja de parlotear y sonríen en conjunto para mirar de reojo a Kangmin.

— Oh, sí. Romance.

— Sí, a Kangmin le gustaría.

— Son sus preferidos.

— Entonces, está decidido.

— No hay salas disponibles sobre ese género – anuncia Yongseung con la vista en su móvil y los más jóvenes dejan de sonreír para mirarle despavoridos.

— ¿Seonbaenim tiene alguna sugerencia?

Yeonho mira a Yongseung, sabiendo que ese tipo de preguntas únicamente iba dirigida hacia quien impone más respeto y admiración, claro que, Yongseung no los desaprovecha.

— Vamos a ver Spiderman.

— Lo vimos hace tres meses – le susurra Yeonho.

— Quiero volver a verlo – responde despreocupado y deja su móvil sobre la mesa, para mirar a los más jóvenes – Son muchos... – susurra – dos... Tres... Cinco – mira a Yeonho y después sonríe al frente – La sala estará disponible en tres horas. Hasta, podemos hacer algo...

— Podemos pedir comida – sugiere Kangmin – No he comido desde la mañana y Yeonho-hyung prometió que comeríamos algo delicioso.

— Ah, ¿Eso dijo Yeonho?

Yeonho mira indignado a Kangmin, pero se relaja al verle sonreír mostrando los dientes y suspira para mirar apenado a Yongseung.

— Lo he prometido. Fui grosero y les debo una disculpa.

— Oh, ¿Volviste a robar comida de sus platos? No haz cambiado, todavía eres un glotón.

— Yongseung.

Yongseung se pone de pie.

— De pie. Personalmente llevaremos sus platos hasta sus asientos.

Yeonho suspira y se pone de pie, empezando a anotar lo que los menores desean comer.

Caminan hacia un servicio de comida en el centro comercial y esperan a por sus pedidos.

— ¿Qué? – pregunta Yeonho cansado de ser observado por Yongseung en silencio.

— Sabía que habías subido un poco de peso – sonríe de lado – Tu mandíbula vuelve a desaparecer.

— Ya.

Yongseung deja de sonreír por la respuesta tan seca de parte de Yeonho y desvía la mirada hacia el mostrador.