10.- Reencuentro

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—¡Pásame el balón! —Gritó Sungchan a Mingyu, uno de sus compañeros de un grado superior.

El más alto hizo un pase corto a Sungchan y éste recibió bien, el balón golpeó su piel y pudo dominarlo en cuanto el balón tocó el pasto, el equipo contrario pertenecía a su misma escuela solo que susana casacas color rojas. Uno se acercó a Sungchan y éste negó con la cabeza y lo esquivó.

—¡Kun! —Sungchan le aventó el balón.

Kun dio un disparo a la portería, pero falló, su portero era demasiado bueno, Kun renegó y se echó al pasto. Sungchan lo fue a levantar porque por cosas como esas les podrían poner una amonestación, pero antes de que eso pasara, el silbato del entrenador sonó.

—¡Chicos, vengan! —El anciano habló. —Como ya les había dicho, es tiempo de jubilarme y ya encontré al candidato perfecto para que los entrene.

Todos parecían emocionados, aunque también preocupados, pronto terminaría el torneo anual y los próximos rivales eran fuertes, Sungchan tenía que medir a este nuevo entrenador para saber si era bueno.

No cualquier futbolista podría entrenarlo.

—¿Y quién es? —Preguntó Kun sin detenerse a meditar sus palabras.

—Oh, sí, denle la bienvenida a Yuta Nakamoto, él ha sido seleccionado nacional en su país de origen, Japón. —El entrenador los presentó. —Ha jugado en varias selecciones y...

—¿Y qué haría un seleccionado nacional como entrenador de una universidad en otro país? —Preguntó Kun.

—Déjame decirlo. —Yuta rodeó el hombro de Kun. —Estoy preparándome como director técnico, ustedes están a un paso de representar al equipo de soccer de la Universidad Nacional de Seúl, si siguen ganado yo podré terminar lo que empecé, y les advierto que soy demasiado perfeccionista.

Sungchan se sorprendió de ver a Yuta, su cuerpo era joven, no tendría más que unos años más que él con esa forma. ¿Pero que hacía allí? ¿A qué se debía ese extraño reencuentro? ¿Shotaro sabría que su padre sería el nuevo entrenador?

—Él es un buen elemento. —Dijo el entrenador. —Me atrevería decir que es mucho mejor que yo. Véanlo jugar y aprender mucho de él. —Miró al capitán. —Sungchan, aprende todo lo que puedas de él, es muy bueno.

Sungchan miró a Yuta y éste le sonrió. Soltó a Kun y habló con los mocosos.

—Vengo a ganar, no a hacer amigos, probablemente me odien, pero si se esfuerzan y me convencen, les daré la oportunidad de que vean el futuro, el sol resplandecerá para ustedes. —Yuta sonrió. —Sé que suena cursi, pero créanme, si siguen mis indicaciones, ganaremos.

Los alumnos asintieron y Yuta les preguntó si se podrían presentar. Una vez que casi terminaban, el entrenador habló.

—Él es Jung Sungchan. —Dijo el hombre. —Es una promesa para el futbol.

—Un gusto. —Yuta fingió no conocerlo. —Esperemos que tú y yo nos llevemos bien, voy a necesitarte para lo que quiero.

La elección de palabras de Yuta fue mala, pero definitivamente fue a propósito, ¿Para qué necesitaba a Sungchan si él ya había flechado a Yuta con su única familia que era su hijo Shotaro?

—Sungchan también es considerado como uno de los Cupidos de la escuela. —Mingyu le dijo con emoción. —Lleva saliendo con su novio desde hace mucho tiempo.

Luego hubo un silencio, Yuta miró a Sungchan con una ligera sonrisa y luego al entrenador. Sonrió de lado.

—¿Tienes novio? —Preguntó Yuta como si no supiera la respuesta.

—Sí, su novio es un chico lindo del club de baile, otro de los cupidos, su nombre es Shotaro. —Fue Kun quien habló.

La expresión de Yuta cambió, quería oírlo de la boca de Sungchan, pero al parecer Kun de nuevo se había adelantado, quería darle su lección, por eso frunció el ceño y amenazó a Sungchan.

—Shotaro estaría muy orgulloso si su novio cargara el trofeo de campeones del torneo, quizá seas reclutado por la selección nacional. —Yuta murmuró. —No lo decepciones. —Le miró. —Eres el capitán, así que hablaré únicamente contigo, también pondré más carga sobre ti, porque es tiempo de que salgas de tu zona de confort y sepas qué es el miedo.

El entrenador sabía que estaba dejando a su equipo con un profesional, Sungchan era inteligente y sabría cómo ganarse a ese hombre. Así que no le importó si casi los amenazaba. El único que parecía molesto era Kun, pero era porque había algo en Yuta que lo le caía bien.

Ellos siguieron entrenando, dando pases y jugando.

Después de un largo entrenamiento y que las luces de la cancha se habían encendido, el entrenador les dijo que estarían, a partir de ese momento, a cargo de Yuta, que él ya no iba a ir a la universidad a verlos.

Fue cuando terminó el entrenamiento y todos empezaron a irse a sus dormitorios o a sus casas.

—¿No se irán? —Preguntó Kun cuando vio a Sungchan y a Yuta esperar.

—Aún no, Sungchan me ayudará a guardar los balones. —Yuta mencionó.

Kun levantó los hombros y prefirió irse. Sungchan empezó a recoger las cosas y tomó un suspiro cuando todo estaba listo.

—¿Qué hace aquí? —Le preguntó Sungchan a Apolo cuando vio que ya no había nadie a su alrededor.

—Tengo una misión. —Yuta le dijo. —Involucra darle una lección a una persona, y quizá algo que quizá lastime a Shotaro, así que no le digas que estoy aquí.

Sungchan se quedó callado, ¿Cómo que no quería decirle? Sungchan entendía que Yuta no había bajado al mundo humano durante los primeros 21 años de su hijo, hasta que Shotaro encontró a Sungchan, si algo hubiera sido diferente, Shotaro hubiera muerto, pero no le gustaba que le ocultaran cosas.

Sungchan y Yuta estuvieron presentes cuando Giselle murió, Yuta no lloró, pero se le veía triste, lo único que había hecho fue abrazar a su hijo y dejar que se fuera a conocer el mundo con Jung, solo se hablaban por teléfono de vez en cuando, casi no se veían.

—Estoy en contra de cualquier cosa que lastime a Shotaro, lo sabe ¿No? —Sungchan cruzó sus brazos.

—Es por eso por lo que te necesito. —Yuta mencionó. —No sé cómo vaya a reaccionar... Y si se enoja conmigo, quiero que estés para él.

—¿De qué se trata todo eso? —Sungchan cuestionó. —No puedo ocultarle cosas a mi novio. Mucho menos siendo yo el dios del amor familiar, ustedes son padre e hijo.

—Lo sé, yo mismo se lo diré, y también te lo diré a ti, pero cuando llegue el momento, por ahora, solo quiero hacer mi trabajo, como padre, como Apolo y como tu entrenador de futbol. —Yuta sonrió y se llevó el costal de balones al almacén.

Sungchan solo se quedó con un montón de dudas, pero no podía hacer nada, porque la fe en los dioses residía en la esperanza.

Continuará.... 

Nos leemos mañana 

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Love Guardians (Flufftober 2022)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora