Capítulo II: Éramos dos niños hablando de amarse sin saber lo que es el amor

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FERRAN

Hoy es ese Dia (Funzo y Babyloud)

Termino de hacer el sprint y jadeo. Es mi primer entreno con el equipo. Ha habido lavadora de collejas, después un rondo y ahora tras el sprint hacemos varios ejercicios y terminamos.

Charlo con mis compañeros de equipo mientras nos dirigimos hacia el vestuario. Son bastante agradables, me tratan como si estuviese ahí desde siempre. Me han acogido mil veces mejor de lo que me imaginé.

Hace un par de días que hablé con Mia, cuando me contó la noticia. Creo que es algo que deberíamos hablarlo en persona, pero claro, demasiados kilómetros nos separan como para hacerlo de manera presencial.

Le envío un mensaje en cuando llego al vestuario y voy hacia mis cosas.

–¿Novia? – pregunta Bernardo.

–Novia.

–¿Está en España? – pregunta con curiosidad.

–No. Por desgracia está en la otra punta del mundo. Miami.

–Wow. Son muchos kilómetros.

–A veces demasiados – murmuro, algo apenado.

Me hubiese gustado que siguiésemos los dos juntos. El lugar me daba igual, pero cumplir nuestros sueños juntos hubiese sido precioso.

–Todo se puede a distancia hijo – dice, con esperanza.

–Bueno, se intentará.

–Si os queréis de verdad, funcionará. Creeme que sí.

–Tan solo somos dos críos hablando de amor.

–Cometeréis errores, como todo ser humano. Pero si el amor es verdadero y fuerte podréis con todo niño.

Asiento.

Porque, tal y como dirían Funzo y Babyloud: "Éramos dos niños hablando de amarse sin saber lo que es el amor"

MIA

Salgo de clase y miro el atardecer. Mi facultad tiene una de las mejores vistas de todo Miami. La playa está a unos metros, donde hay mucha gente surfeando y otra solo pasea por el largo paseo marítimo.

Decido dar una vuelta, todavía es temprano y el bus no sale hasta dentro de cuarenta minutos. Cuando llego a los primeros metros de arena, suspiro, deseando que Ferran estuviese aquí. Como cuando veraneábamos en Oliva. Pasábamos las tardes en la playa.

Esos veranos con él fueron increíbles.

Pero uno sin él, esperaba que no pasase nunca.

Al cabo de unos diez minutos, recibo una llamada de mi hermano Max.

–¿Mia? – pregunta.

–¿Sí? ¿Qué pasa?

–¿Dónde estás? – pregunta, enfadado?

–Estaba dando un paseo, en un rato regreso a casa.

–Ven ya.

–¿Estás en Miami? – pregunto, confusa.

–Si. Ven a casa.

–¿Me vas a decir que pasa? – pregunto, preocupada.

–¿Vas a decirme tu que vas a tener un puto crio?

...

Llego a casa, nerviosa por como hablaba mi hermano en la llamada. Mi padre no está en casa, se iba a una convención en California.

–¿Vas...a? – pregunta mi hermano, confuso nada más verme.

–Si. Eso parece – digo, nerviosa.

El asiente, nervioso y se frota el pelo con la mano.

–Tienes 18.

–Lo se.

–Espero que sea una broma.

–No lo es.

–Si tienes ese bebe deshonras a la familia.

–Habló el que estuvo más de un año en rehabilitación.

Él no dice nada. Sabe que lo mío comparado con lo suyo no es nada.

–Vale. Estamos en paz. ¿Ferran lo sabe? – pregunta.

–Se lo dije en cuanto me enteré.

Él asiente de nuevo.

–Tendrías que irte a Inglaterra. Aquí la sanidad no es la mejor.

–No voy a dejar los estudios.

–O los estudios o el niño. Decide.

–Las dos.

–¿Las dos?

–Puedo estudiar en Manchester. Pero lo haré después de que nazca si eso. Quiero acabar el año aquí. O el semestre al menos.

Mi hermano asiente.

–Hablalo con Ferran. O sino, te mudas con él y crias al bebé.

–¿Y los estudios?

No iba a dejar mis estudios.

–Ferran está forrado. No te faltará de nada.

–Eso si que no. Quiero tener mis estudios y mi propio dinero.

–¿Qué más da eso? Tienes un puto novio millonario.

–No soy una aprovechada.

–Es ser inteligente.

–Vete a la mierda.

Salgo de casa, necesito despejarme.

Llamo a Ferran mientras las primeras lágrimas se deslizan por mis mejillas. 

UN VERANO CONTIGO | Ferran Torres (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora