ESPOSO DESCONOCIDO

Prólogo

"Dime por favor donde no estás, en que lugar puedo no ser tu ausencia, dónde vivir sin recordarte, y dónde recordar, sin que me duela"

El abogado esperó a que los alumnos se sentaran antes de saludar, eran las tres de la tarde y afuera comenzaba a llover de manera torrencial, aunque el calor del día mezclado con esa masa de aire frio empeoraban sus alergias, se alegró de que finalmente terminara aquella sequía que había azotado al país el último año, trecientos días sin llover era demasiado incluso para alguien que odiaba el frio como él.

Tenía casi veinticinco años, cualquiera diría que era muy joven para dar una clase de derecho penal en la universidad más importante del país, pero sus capacidades jamás estuvieron en discusión, todo lo contrario, el joven abogado era una eminencia en asuntos penales y todos querían tenerlo cerca, así que ese día había sido convencido por su mentor para ir a la universidad en nombre de la firma, además el Señor Suppasit le había encargado otra misión.

— Tome asiento con sus compañeros. — Le regañó alguien a sus espaldas. — El profesor no tarda en venir.

— El profesor ya está aquí. — Respondió él con una sonrisa encantadora.

— ¿Dónde? — Preguntó la mujer de unos cuarenta años, la misma a quien le había preguntado por la sala doscientos seis hace solo unos diez minutos.

— Ohh, perdóneme, no me he presentado. Abogado Kanawut, para servirle, señora. Aunque puede llamarme Gulf. — Dijo utilizando todo su encanto, pero la mujer se rio y luego frunció el ceño algo molesta, era la primera mujer en la que parecía no funcionar su encanto natural y eso le puso de mal humor.,

— No bromee conmigo, jovencito y tome asiento. — Era verdad, aun era demasiado joven como para ser profesor, pero ¿Qué podía hacerle?, ser joven no era un pecado.

— No estoy bromeando... — A veces odiaba ser confundido por un muchacho, pero es que su aspecto no le hacía parecer mucho mayor, después pensó que debió hacerle caso a su asistente y ponerse algo más formal, bueno, jamás pensó que serían tantos alumnos mucho menos que sería confundido con uno de ellos.

— Salga de sala. No me gusta que traten de engañarme. — Le reclamó ella.

— No estoy engañándola. Mi nombre es Gulf Kanawut, vengo de SUPASSIT y ASOCIADOS, me han pedido que de esta clase el día de hoy. — La mujer lo miró con cara de espanto.

— ¡Abogado Kanawut!, me alegro enormemente de que haya aceptado nuestra invitación, hace meses que le pedí a su jefe que nos permitiera tenerlo en nuestras aulas, pero usted siempre está ocupado. — Aquel señor estrechó su mano y luego miró al salón repleto de estudiantes de derecho.

— Si, bueno decano. He estado un poco ocupado por estos días.

— Voy a presentarlo..., buenas tardes, clase, quiero presentarle al abogado Kanawut, máster en derecho procesal y derecho procesal penal, licenciado de esta universidad a los diecinueve años, espero que le saquen mucho provecho a su visita ya que nos costó muchísimo que se concretara.

— Buenas tardes... — Dijo el joven abogado poniéndose los anteojos para observar mejor a la multitud que se había convocado. — Bueno, creo que ya me han presentado, como decía el profesor, soy el abogado Kanawut, licenciado de esta misma universidad hace solo unos años. — Hubo algunas sonrisas y uno que otro suspiro, pero él realmente no estaba interesado, por el momento su trabajo era más importante, eso y completar la misión que el señor Suppasit le había encomendado. — Primero deben saber, que no solo vengo a darle una clase de derecho penal, sino que también SUPPASIT Y ASOCIADOS ha decidido por segunda vez otorgar una pasantía a uno de ustedes, mi misión hoy también es escoger a tres alumnos para que sean entrevistados por nuestro bufete. — Dijo poniéndose serio, la cara de emoción y expectativa de los alumnos no pudo, sino que recordarle como es que había conocido al señor Suppasit hace exactamente cinco años, en ese entonces él había dado esa misma clase y había seleccionado a cinco estudiantes para que pasaran a la entrevista. — Pero comencemos, la tarde es corta y ustedes deben impresionarme.