XIV

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FUTURO EN EL PASADO

XIV.

—¡Son ellos! —gritó Rin viendo a los muchachos regresar de la aldea, sin embargo, tal parecía que algo los iba persiguiendo.

Sango se levantó con pesar de donde se encontraba sentada y preguntó— ¿Por qué corren? —cuando vio detrás de ellos un ejército de monstruos, eran demasiados para que entre ellos tres pudiesen vencerlos, además, seguramente dentro de la aldea había muchos más—, ¡Kirara! —gritó a su fiel acompañante—, ve por ellos —Kirara salió volando al rescate de ellos, eran demasiados para dejarlos solos.

Por fortuna Kirara llegó a tiempo para alejarlos del peligro, por otro lado, los monstruos que los perseguían perdieron el interés una vez los vieron lejos de su alcance, era claro que, solamente buscaban alejarlos del lugar.

—¿Están bien? —preguntó Sango al verlos llegar.

—¿Qué fue lo que pasó? —preguntó Kaede también.

—Estamos bien, logramos escapar a tiempo gracias a Kirara —la gatita ronroneó en respuesta—, me temo que necesitaremos un plan para lograr exterminar a todos eso demonios, son miles, no hay forma de avanzar demasiado entre la aldea —dijo Miroku dejándose caer en el suelo.

—Así es —intervino Kagome—, al principio eran muy pocos los monstruos que había, sin embargo, de un momento a otro aparecieron muchos, miles, como dice Miroku.

—No estoy del todo seguro, pero creo que los monstruos provenían de un lugar específico —comentó Kohaku tímidamente.

—¿De un lugar específico? —indagó Sango viendo a su hermano menor.

—Así es, bueno, al menos esa fue mi impresión, que venían del centro de la aldea —Kohaku se sonrojó un poco al sentir las miradas de todos sobre él.

—Sin duda el que hayas sido criado como exterminador te da una mayor experiencia sobre el comportamiento de los monstruos —convino Miroku, era verdad que parecía que los monstruos provenían de un lugar en específico, pero no pudo distinguir de dónde—, si vienen del centro de la aldea, sabiendo eso, quizá podamos preparar un plan —dijo pensativo.

—Bueno, no estoy del todo seguro

—No dudes de tus instintos Kohaku —le dijo Sango viendo el nerviosismo que le invadía de repente a su hermano, Kohaku asintió, en cualquier caso, era la mejor pista que tenían y conforme a ello debían idear un plan para acabar con los monstruos.

—Un plan —meditó Kaede—, sin embargo, creo que no debe ser algo llamativo, de lo contrario es probable que demos a conocer nuestra posición, quizá el que los monstruos se hayan apoderado de la aldea es algo a nuestro favor —dijo mientras Miroku era asediado por sus dos pequeñas, quienes se lanzaron sobre él jalándole la coleta del cabello y las orejas.

—Tiene razón —coincidió Miroku una vez logró librarse de sus dos pequeñas traviesas, sin duda extrañaba a Inuyasha, estarían entreteniéndose con sus orejas en lugar de las suyas—, creo que lo más conveniente entonces sería hacerlo al caer la noche, o en cualquier caso antes del amanecer.

Todos estuvieron de acuerdo, pero ahora les faltaba una cosa realmente importante: el plan.

Mientras permanecían a resguardo en el bosque, vigilaban la aldea y los alrededores, no querían llevarse ninguna sorpresa. Pero entonces, algo llamó la atención de Kagome.

—Creo que algo se acerca —pero no estaba del todo segura, aquella aura ya la conocía, pero algo era diferente.

—¿Será Inuyasha? —se aventuró Kaede al ver la expresión de Kagome.

—No, no es él —negó sin atreverse a decir de quién pensaba que se trataba—, no lo sé... es que algo es diferente, no me hagan mucho caso, pero creo que es Sesshomaru —dijo finalmente.

—¿El amo Sesshomaru? —preguntaron al unísono Rin y Jacken.

—Sí —Kagome entrecerró los ojos intentando verlo a la distancia—, aunque como les digo, hay algo diferente en él.

—¿Diferente? —preguntó Miroku, era verdad que se acercaba la presencia de un demonio, pero no podía distinguir claramente de quién se trataba, sin duda alguna el poder de Kagome lo superaba, la falta de entrenamiento le estaba pasando factura—, lo averiguaremos en un momento —fue lo que dijo al ver la silueta acercándose del demonio. Por puro instinto se puso delante de Sango y sus hijas, quizá no sucedería nada, pero más valía prevenir.

—¡Amo Sesshomaru! —gritó Jacken entusiasmado.

—¡No se acerquen! —gritó Kagome, sin embargo, Jacken estaba ya varios pasos delante de ellos.

—¿Por qué no? —preguntó Rin volteando a verla.

—Hay algo mal con él —repuso Kagome, mientras hacía señas a Rin para que se hiciera para atrás.

—¿De qué hablas? ¿Qué tonterías dices? No hay nada de malo con mi amo bonito —dijo Jacken ignorando las advertencias de Kagome.

Lo último que sintió el demonio verde fue un fuerte golpe en todo su cuerpo, todos veían cómo de una patada, Jacken era lanzado contra un árbol. Su cuerpo cayó inerte al suelo.

—¡Señor Jacken! —gritó Rin incrédula al ver el golpe que le había propinado su señor Sesshomaru.

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