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El frío viento aumentaba cada ves más afuera, pero el calor crecia en aquella habitación, las manos de Meliodas recorrían sus piernas con delicadeza subiendo poco a poco su bata asta llegar a sus suaves muslos,los suspiros de la peli plateada hací...

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El frío viento aumentaba cada ves más afuera, pero el calor crecia en aquella habitación, las manos de Meliodas recorrían sus piernas con delicadeza subiendo poco a poco su bata asta llegar a sus suaves muslos,los suspiros de la peli plateada hacían que la respiración del rubio se volviera más pesada, ella quería esto y el también.

Sin apartar su mirada azulada de la verdosa Elizabeth subió sus manos asta sus hombros bajandolas despacio asta acariciar sus fuertes brazos, Meliodas seguía sus movimientos con la mirada asta sentir que sus palmas llegaban asta su pecho decendiendo nuevamente asta su abdomen, ya entendía que era lo que la chica quería.

–¿Quieres que la quite?

La peli plateada no dijo nada, pero sus mejillas seguían sonrojadas,asintio con la cabeza despacio haciendo que una ladina sonrisa se dibujara en los labios del rubio.

Complaciendo las peticiones de la hermosa mujer, se levantó un poco quitando el saco negro que siempre llevaba puesto, despacio dirigió sus manos asta los botones de su camisa desabrochando uno por uno, ante la atenta mirada de la peli pateada que no se perdió de ningún detalle al ver el pecho y abdomen descubierto del chico.

Dejo caer su camisa mientras volvía a admirar a la joven, sus pechos subían y bajaban debido a su respiración podía verlos un poco gracias a que la bata estaba algo abierta, ella tomo una de las manos del chico y la dirigió asta uno de sus pechos.

–Por favor Meliodas, tocame

Esas palabras fueron suficientes para que el pudiera continuar,despacio comenzó a apretar su pecho sin dejar de admirar su rostro, Elizabeth comenzó a sentir una fuerte corriente apoderarse de todo su cuerpo, suspiros leves y jadeos salian de su boca al momento en que Meliodas tomo el otro pecho, las piernas de la joven se apretaron un poco más en cuanto ella sintió aquel coquilleo entre ellas.

–Me-Meliodas~

una sonrisa se dibujo en el rostro del chico para después abrír por fin la bata de la peli plateada, hace un momento había visto el cuerpo desnudo de la mujer y tenía que admitir que era verdaderamente hermosa y ahora lo tenía para el solo.

Elizabeth estiró sus brazos asta el para que así se acercará y lo hizo, Meliodas junto sus labios con los de ella mientras lo rodeaba con sus brazos metiendo sus dedos entre sus cabellos rubios, sus lenguas habían empezando un juego sin fin, el cual ninguno de los dos quería terminar.

La ropa del rubio ya hacía en el suelo al igual que aquella bata de ceda, las sabanas eran lo único que cubría sus cuerpos desnudos, la cabeza de elizabeth se hundia poco a poco en la almohada mientras disfrutaba de las suaves pero profundas embestidas que el rubio le estaba dando, mientras ella miraba como chupaba sus rosados pezones, jamás había sentido algo igual, Meliodas era el primer hombre en su vida y quería que fuera el último también,por eso mismo decidió entregarle su vida.

 •|| La Heredera de "Loftus Hall" ||•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora