Ocean Skin | YuSan

2. La cautelosa charla

Yunho ladra antes de ir directamente contra esa persona. El desconocido se irgue y con apenas dificultad es capaz de atrapar al lobo. Tomándolo desde el hocico, clavándose los colmillos en la palma de la mano por accidente y su otra mano presionando la yugular.

Frunce los labios y las cejas, pero sigue sonriendo, logrando empujar al Alpha que no duda en arremeter de nuevo contra el rubio. Esta vez, sin lograr librarse de que lo rodee y agarre por la espalda.

Yunho es un animal bastante grande. Fácilmente llega al metro y sesenta y cinco estando en esta forma. Aun así, el rubio es capaz de sujetarlo y apretar su lomo. Todo con la expectativa de romper su columna. Yunho se sacude furibundo, tratando de quitárselo de encima sin éxito. Está tan bien sujeto a su cuerpo y aplica tanta fuerza que empieza a causarle dolor. El rubio sonríe más amplio, complacido y maravillado del nivel de esfuerzo que pone a pesar de amenazar contra su vida.

Por no mencionar que incluso en su arrebato salvaje, tiene la brillante idea de golpearlo contra el árbol a la derecha de ambos. Embestir con todo su cuerpo le causa bastante dolor, pero también a quien no lo suelta. El rubio se sube del todo en el lomo de Yunho y contrario a rodear la zona de sus costillas, le rodea el cuello. Yunho se sacude enfático, el agarre es más flojo ahora. No obstante, el rubio le presiona una zona tan exacta y específica que chilla. Blanquea los ojos y cae como un peso muerto en el piso.

—Para ser un lugar tan aburrido, tienen mejores Alphas al mando de lo que pensé. —dice el rubio en voz alta, levantándose y sacudiendo las manos. Pone ambas en su cintura y admira al lobo en el suelo.

Sufre algunos espasmos involuntarios, sabe que no está muerto, es lo único que necesario. Pensó que sería mejor matarlo, pero pensándolo más detenidamente, es uno de los príncipes. Vale más vivo que muerto en muchos aspectos. Por no mencionar que el hedor de Yunho ayudará a cubrir el suyo, que nunca pasa desapercibido desgraciadamente.

Sube un pie a la cabeza de Yunho, revisando que tan mal quedó. Aparte de tener la lengua colgando, está bien. Se agacha y le da unas suaves palmadas. Con suerte no tendrá que pasar por esto cada vez que venga aquí

—Hazme un favor y no seas idiota. Nos veremos seguido después de todo... good boy. —añade burlón. Incluso inconsciente tiene la misma cara de perrito bien portado. Lo notó apenas se acercó. Es raro que un Alpha nazca con rasgos tan ¿Tiernos?

Este reino es bastante extraño. Es la única conclusión que puede sacar.

~ * * * ~

—Oye ¿Estás bien? Nos diste un buen susto.

Yunho guiña dispar y su vista borrosa se aclara poco a poco, viendo a la persona sentada junto a su cama. Un Omega de cuerpo pequeño, rostro ovalado, cabello negro y largo; sus labios gruesos curvados en una sonrisa aliviada y mirada angustiada. Yunho trata de incorporarse en la cama.

Esa persona es el Omega de su papá, el concubino real del rey: Park Ji-Min. En resumen, su Omega progenitor.

—No te fuerces—pide con voz suave y cariñosa—. Te encontramos tirado en el jardín oeste ¿Alguien te atacó? Tu padre y Moonbyul están como locos con el tema. —informa Jimin y Yunho se frota la cara.

— ¿Qué hora es?

—Las ocho de la noche, más o menos.

—Ummmghh.

Se remueve en la cama, incomodo. Tiene la sensación de que hay algo presionando su cuello aún. Eso mismo que lo hizo perder la consciencia. Jimin gira hacia la puerta, donde Seonghwa entra con aspecto preocupado y un par de betas a sus espaldas con uniforme de enfermería.