18.2 De raíz

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— ¿Nervioso?

—Un poco.

—Puedo quitarte los nervios.

Seonghwa tira los labios. Claro, obviamente iba a decir eso. Es Hongjoong con quien está tratando al fin y al cabo. Gira la cabeza hacia Hongjoong que sonríe, mostrando sus colmillos y las orejas medio caídas.

—Que ya no te odie no es sinónimo de que vamos a estar haciéndolo cada cinco minutos porque se te antoja. —informa Seonghwa, Hongjoong se acerca y le muerde en el hombro antes de dar un beso.

—Pensé que sí, considerando que voy a una misión suicida solo porque me lo pediste.

Seonghwa se levanta y empuja a Hongjoong en la cama. Se quita el pantalón y se sienta sobre Hongjoong, quien aprieta las manos en las pieles de la cama. Algo le dice que no tiene permiso de tocar aun. Seonghwa lo rodea por los hombros con los brazos y sonríe débil.

—Te voy a dejar una semana entera para hacer lo que te dé la gana si me das la cabeza de la reina—asegura Seonghwa en un susurro, acercándose al rostro de Hongjoong—. Y te dejaré tomar el Omega que quieras, para tener un hijo.

Hongjoong ha comprendido con el tiempo que Seonghwa demasiado orgulloso para su propio bien, pero eso los ayuda a saber cómo tratarse mutuamente. Él siempre va a dar lineamientos, le gusta estar en control. Así sea un espejismo. La verdad, le está relegando el poder a Hongjoong, moviéndolo bajo sus reglas a cambio de sumisión.

—Escuché que la reina tiene una Omega nueva. Es linda. Su nombre es una mierda que no sé pronunciar.

—Me la quedaré.

—Está bien. En tanto mates-a-la-reina.

Hongjoong asiente animado y Seonghwa le palmea en la cabeza.

~ * * * ~

La llegada fue tan tranquila y sencilla como imaginaron. Se trataba de un terreno baldío que ocupar. Las casas construidas son viejas y la mayoría apenas resisten que las usen. Hongjoong y Seonghwa se metieron en la más grande la instante y San reclamó lo que fue la casa de su madre.

—Que ambiente tan lúgubre. —murmura Yeosang viendo alrededor.

—Bueno, es un pueblo destruido. Fuese irónico que se viera bien. —opina Yunho observando alrededor—. Es un lugar muy pesado ¿Cómo nadie podía vivir en un lugar así? —se pregunta en voz baja con el entrecejo fruncido.

La tierra es muy dura y la carencia de vegetación saludable demuestra que no podían cultivar nada. Hay algunos conejos alrededor, espantados por su llegada; zorros, aves y demás cositas que exponen vida silvestre. No obstante, sigue siendo muy pobre en contraste a lo que cualquiera esperaría. El aire es denso y sea por costumbre a algo distinto, es imposible imaginar que alguien vivió bien aquí.

Tampoco le extraña que tengan más salitre que piel, la sal está condensada hasta en las raíces de los pocos arboles dentro del territorio y las aves lo tienen en las patas en su mayoría.

—Me alegra no haber nacido en este espacio de mierda—afirma San con cierta burla. Yunho da un bufido—. ¿Uh? ¿Te puso de malhumor?

—Me cuesta creer que pueda existir un reinado tan miserable.

—Bueno, ya no existirá.

San encuentra encantador el aire molesto de Yunho. Como sus ojos se tornan dorados debido al desagrado. No gente viviendo aquí y no haría diferencia que lo hiciera. Es un lugar miserable donde solo se viviría de forma miserable. A cada segundo que pasa en ese lugar, pierde la culpa de atacar.

Ocean Skin | YuSanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora