10. Discreción de planes y anhelos

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La enorme celebración que se lleva a cabo en la costa muy posiblemente no acabaría en varios días. Ellos son expertos en celebrar victorias. La única gran diferencia, es que esta vez no lo hacen con una pila de cadáveres ardiendo a unos cuantos metros. Más allá de ese detalle, es básicamente lo mismo: comer, beber, cantar borrachos y tener sexo en algún rincón o habitación disponible en las carpas, barcos o incluso por el bosque no muy lejos.

Saben que pueden bajar un poco la guardia. Nadie vendrá a atacarlos aquí. Los habitantes de Utopia apenas saben que hubo un ataque y negociación, pero ni siquiera ellos se atreverían a intentar hacer algo. Están demasiado afectados por el anterior ataque causado por Wyn-tyhal.

— ¿Preocupado por la decisión del cara de perro? Es igual a un maldito cachorro. —burla Hongjoong sentado junto a San. Este se encoge de hombros.

—Es imposible que digan que no ¿Les viste la mirada a ellos dos? Al rey y a él. Estaban rendidos desde antes de haberles dicho lo del matrimonio—afirma San entre carcajadas tontas de borracho. Es quien más ha bebido y dado que no cuenta con tanta masa corporal, resulta en algo sencillo caer ebrio.

—Se nota quienes son familia y quienes no. El otro príncipe parecía dispuesto a arrancarme el cuello. —comenta Hongjoong apoyando el codo en al mesa.

—Es lo que te gusta, cogerte a los más amargados he incogibles que tengas al alcance—señala tomando otro vaso lleno de cerveza—. Seguro tendrá colmillos en el culo para arrancártela. —San arruga la cara, su mente vuela por rumbos bastante extraños. La imaginación que desbloquea gracias al licor es bastante peculiar.

—Que interesante... Manera de verlo. —Hongjoong levanta una ceja, le cuesta pensarlo, pero está seguro de que Seonghwa le tiene tanta repelencia que seguro desearía arrancarle el pene antes de dejar que lo meta en él.

—Sea como sea—San apoya la mejilla en su palma y exhala. Su rostro rojo y cabello desordenado dándole un aire descuidado—. No sabía que fuésemos un pecado para la existencia. Eso fue nuevo—ríe sin ganas—. Tampoco que nacimos para ser un ejército excepcional y capaz de destruir enemigos con solo un gruñido como si fuésemos Thor o algo del estilo.

—Thor no hace eso, lo hace fenr-

—Somos maquinitas de matar y me gusta, pero no me gusta porque seguro me van a echar eso en la cara toda la vida. —refunfuña San sin prestar atención a Hongjoong. El Delta encoge de hombros, no muy interesado en el delirio de borracho de su hermano menor.

Hyejin se sienta bruscamente en el banco, riéndose de alguna cosa que Namjoon le haya dicho. El Alpha se va para buscar algo de beber y de comer en tanto ella se estira a gusta en su lugar, recostando media espalda en la mesa. San le silba y ella se ríe.

—Finalmente puedo dormir en un maldito suelo y no en un puto barco de mierda—celebra Hyejin—. Hijos de puta, Ricra se va a retorcer en su maldito pescuezo, si no es que se ahoga cuando se dé cuenta de que somos nosotros.

— ¿La conoces personalmente? A la reina de Wyn-tyhal. —pregunta Hongjoong curioso. Hyejin asiente con la cabeza y exhala sonora.

—Tuvimos una audición con ella. Queríamos proponerle sobre los Delta porque lo escuchamos de un viajero que llegó de no sé donde—comenta y se hace el cabello atrás con una mano—. Nos echó apenas le dijimos lo que sería. Se asustó tanto... Se le heló hasta el ultimo ovulo en ese vientre podrido.

—Vaya, detecto mucha tensión. —bromea Hongjoong.

Es de conocimiento público que Ricra no ha podido tener ni un hijo que dura más de cinco años vivo. Es incierto qué es lo que causa que no pueda tener descendencia y llega a ser cuestionable si pensaba intentar tener Deltas, pidiendo a Yunho y Hongjoong para matrimonio.

Sin embargo, enfocados en Hyejin, ella es una persona sumamente rencorosa. Puede contarse con una mano la cantidad de personas a las que ha disculpado por ofenderla y disminuirla, siendo una lista casi resumida a sus hijos en momentos de berrinche o a Namjoon en alguna discusión tonta de ambos sentidos donde acaban en la cama y teniendo otro Delta que sumar a la lista.

Ricra debe ser una autentica villana dentro su mente llega al punta de burlarse tan insistentemente de ella. No deja de soltar apodos, insultos, balbuceos continuos de palabras que quizá le dijo.

—Éramos el pueblo cercano a la costa... —Empieza a contar repentinamente más bajo y forzándolos a acercarse a ella para poder entenderla—. Namjoon era hijo del mejor amigo de mi papá y yo iba a ser la nueva Alpha de ese pueblo—Hyejin bebe casi todo lo que hay en su vaso—. Nos apoyamos en todo. El confiaba mucho en que yo podría lograrlo. La idea de los Delta surgió después... y cuando la propusimos...

Su gesto compungido, rabioso e impotente les genera un satisfactorio escalofrío. Siendo ella una de las principales razones por las que les gustan los Alphas más que los Omegas. Les gusta que pelee, eso que demuestre odio y su mirada brille de rabia por cualquier cosa. Territorio, orgullo, comida, pareja. Es fascinante.

Es algo que Hongjoong vio en Seonghwa.

Es algo que San despertó y amó causar en Yunho.

Es algo que Jongho quiere causar en Yeosang, desafiarlo a salir de su casta.

Es algo que Mingi quiere explotar de Yunho.

Es una inevitable ansia de conseguirlo y disfrutarlo.

—Empezaron a robarnos todo, a matarnos uno por uno como animales. Cuando nos cansamos de ver cómo nos quitaban todo lo que lográbamos. Queríamos defendernos, pero... Como notarás, es un plan que solo funcionaba a largo plazo. —Sonríe amarga y San ve hacia el resto de la celebración.

Hongjoong tiene veintidós y es el mayor. Todo lo que Hyejin cuenta fue hace tanto tiempo y en efecto, demoró muchísimo. Por otro lado, más positivo, brinda una explicación de por qué se la pasaban viajando por todos lados, en busca de conseguir un aparente ejército formado poco a poco y con mucha gente joven. Nadie pasa de los treinta y los que lo hacen, son muy, muy pocos, habitualmente Omegas que tuvieron que unirse sin remedio.

—Ella fue tan estúpida de matarlos a todos, los únicos entre los poblados que sabían navegar. Así que nos fuimos, tuvimos a Hongjoong y—encoge de hombros con una enorme sonrisa creída y llena de victoria—. Funcionó. Un Delta. Eclipsaba el olor de cualquiera, dominaba a quien quisiera. Mingi, San, Jongho... Al final son quienes van a vengar lo que nosotros perdimos. Haciendo algo más grande aquí.

—Todo lo que quieras, mamá.

Ambos menean la cola y mantienen las orejas levantadas como un par de cachorros. La idea de enorgullecerla y hacerla feliz también es tan encantadora. Quieren demostrar que son absolutamente todo lo que ella pensaba. Incluso mejor a lo que pudo imaginar inicialmente. Podrán lograrlo. Tienen como hacerlo, son tantos que ningún ejército, así sea constituido por Alphas, podrá hacerlos caer.

Ocean Skin | YuSanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora