Capítulo LXXII

124 12 1
                                    

- Entonces... deben estar en serios problemas si vinieron hasta acá para verme.

- Vinimos aquí a mirarte a los ojos y decirte que ya no tienes poder sobre nosotras.

- Ya no volveremos a tenerte miedo, Zaheer - dijo Korra y Zaheer vino hacia nosotras volando, de inmediato retrocedimos asustadas.

Por fortuna la cadena lo retuvo

- Creo que no funcionó, aún se ven asustadas - dijo divertido a lo que sujeté a Korra de un brazo para ponerla detrás de mí.

- Esto fue un error, vámonos - dimos media vuelta para irnos cuando...

- Yo sé por qué están aquí.

- ¡Tú no sabes nada sobre nosotras! - gritó Korra sin encararlo.

- Ninguna puede ir al mundo espiritual - dijo logrando que volteáramos a verlo, pero yo me quedé delante de Korra - paso la mayor parte de mi tiempo ahí y es bien sabido que los espíritus de las Avatares no han ido en varios años.

- ¿Puedes entrar al mundo espiritual meditando desde aquí? - preguntó Korra - no se siente mucha energía espiritual.

- Ese es su problema, Ciudad República rebosa de energía espiritual y ustedes no pueden sentirla.

- ¡No! ¡Nuestro problema eres tú! - grité furiosa - ¡Secuestraste a Korra cuando era una niña! 

- ¡Le borraron los recuerdos a Lyng! ¡Nos...! ¡Nos envenenaste! - gritó Korra en las mismas que yo.

- ¡Nos arruinaste! - gritamos al mismo tiempo.

- Las personas me consideraban la Avatar más poderosa de todos los tiempos... ahora no soy nada.

- Y antes creían que yo era imparable, pero ahora no creen que sea capaz de hacer nada.

- Me usan de excusa para sentirse mejor, pero no las ayudará a recuperarse - dijo dándonos la espalda.

- Pensamos que verte cara a cara le pondría fin a todo esto - dijo Korra.

- Pero tal vez debemos entender que jamás volveremos a ser las mismas.

- Ninguno de los tres volverá a ser el mismo, yo aprendí a volar pero estoy encadenado... ustedes tienen todo el poder del mundo y la libertad de usarlo pero eligen reprimirse.

- No estamos reprimiéndonos, pero nuestros poderes tienen límites - protesté aún más molesta.

- Se equivocan - dijo antes de vernos - el veneno debió matarlas, pero pudieron resistirlo... dicen que sus poderes tienen límites, yo digo que es ilimitado.

- Como sea, antes siempre hablabas del caos y la libertad... pero mataste a la Reina Tierra y creaste a la peor dictadora que el reino haya visto.

- Ah si, casi olvido ese detalle... gracias por convertir a Kuvira en una tirada, Zaheer - dije con sarcasmo.

- He oído rumores sobre ella, pero no sabía que tenía tanto poder... es necesario detenerla.

- Bueno, ninguna de nosotras puede hacerlo a menos que volvamos a estar en paz... ¿Y qué crees? Aún no podemos.

- Creo las puedo ayudar, déjenme guiarlas al mundo espiritual.

- Eso jamás - dije de inmediato - incluso dudo que seas capaz de ello.

- ¿Olvidas con quien hablas? Recuerda que fui tu pupilo, tú me enseñaste a entrar al mundo espiritual y antes de eso me guiaste incontables veces junto a Unalaq.

- Algo de lo que ahora me encuentro arrepentida... dado que no eres confiable.

- Tal vez no, pero si tuvieran otras opciones, no estarían aquí ahora ¿Cierto? - dijo a lo que Korra y yo nos pusimos nerviosas - puede que hayamos sido enemigos, pero ahora... tenemos el mismo interés.

Avatar, una nueva era (SA 2º)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora