Captain ❁ཻུ۪۪ Kookmin Au ©

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Taehyung entró corriendo a la casa y subió las escaleras hacia la habitación del rubio. Su corazón parecía salirse de lugar, se siente alterado. Jimin, su mejor amigo está teniendo otra crisis y esperaba llegar pronto.

Cuando abrió la puerta del cuarto se quedó ahí, parado mirando como Jimin estaba simplemente sentado. Su frente arrugada y sus ojos estaban cristalizados su mano tocaba su pecho mientras que su vista se perdía en el suelo. Cuando escuchó a Taehyung subió su mirada.

—Tae...

Kim se sintió confundido, cuando Jimin tenía sus ataques todo era un desastre. Pero parecía no ser el caso y agradeció a Dios. Se acercó despacio y se arrodilló mirando al rubio.

—Minnie, cariño, ¿Que sucede? —preguntó suave.

—S-siento raro. Aquí —explicó. Jimin agarró la gran mano de Taehyung y la llevo a su corazón.

—¿Duele?

—N-no —susurró—No duele y-yo creo que estoy ¿Bien? ¿Feliz? No sé. No puedo... No puedo explicarlo.

Taehyung parpadeo varias veces y cuando entendió. Comenzó a reír y llorar al mismo tiempo. Jimin hizo lo mismo aunque estaba confundido.

—Estas Feliz.

—Estoy Feliz —repitió.

La risa de Jimin sonó en todo el lugar, eran grandes carcajadas para luego pasar a un llanto, un llanto que se sentía interminable. Estaba feliz, por primera vez en tantos años Jimin sentía ese sentimiento de felicidad completa y en todo su esplendor. Su risa y sus ojos lo confirmaban. Por primera vez sintió como todo dejo de doler, cómo todo aquello que lo atormentaba desaparecía unos segundos.

—Estoy feliz —sollozó. Repitió la frase más veces de la que puede recordar. Taehyung se limitaba a sonreír y afirmarle que así era.

Jimin sufrió mucho en su niñez y adolescencia. Seo Yeji entro en depresión post parto luego de tener a su hijo por culpa del padre de Jimin, quien se lo arrebato cuando dió los primeros respiros en el mundo. Tres años estuvo alejado de su madre, ambos estaban en completa tristeza. Jimin se convirtió en un niño tímido, ni siquiera con tres años de edad había comenzado a hablar.

Su padre, aquel hombre que perdonó hace varios años. Se lo arrebato porque Seo Yeji no tenía la estabilidad económica para criar a un hijo. Por qué Jimin fue concebido fuera del matrimonio. El rubio cuando fue un poco más grande, lo entendió. Él solo quería que viviese una niñez con todos los recursos, que no pase hambre ni frío pero no contó con que Jimin necesitaba amor de madre, necesitaba cariño y atención.

Cuando Yeji pudo tener estabilidad, se llevó a Jimin consigo. Lamentable para ese momento ambos ya estaban dañados. Las idas al psicólogo se volvieron rutina, las visitas al juzgado peleando por su custodia también. Todo un caos hasta que el señor Park falleció.

A pesar de que la calma reinó unos años para Yeji, para Jimin no era así. Aprendió a hablar a los cinco años, cosa que fue vergonzosa porque todos sus compañeros de jardín se le burlaban. Jimin nunca pensó que los niños podían ser tan crueles, y fue el doble cuando entro en primaria y aún peor cuando fue a su primer año de secundaria.

Alguien tímido, introvertido y sumiso era el blanco perfecto para los bullys del colegio, para aquellos sin vida que se entretenían de molestar a los demás; Jimin fue un blanco fácil. Luego de tanto daño psicológico su madre demandó a todos y lo cambió de secundaria.

Hasta esos momentos, jamás se sintió tan feliz. Si alegría, si soltaba sonrisas sinceras y risas también. Pero ahora... Ahora sentía que podía llorar de felicidad, su corazón se sentía cálido y su mente en paz. Como si todas las piezas desordenadas de su existencia hayan encontrado el lugar correcto.

—¿Que es esto?

Jimin aguanto la risa cuando vio los pantalones de Taehyung: unos bonitos joggins rojos con caras de el mismo.

—Ah, eso... Regalo de mamá —explicó avergonzado.

Ambos se miraron unos segundos y comenzaron a reír de nuevo.

Mientras tanto Seo Yeji sonreía entre lágrimas escuchando a su pequeño carcajearse.

Estaban bien, por fin lo estaban.