41

38.1K 3.7K 639
                                    

Park Yoongi

El pelinegro miraba atentamente aquellas fotos mientras le daba un sorbo a su café. Comenzó a llover apenas amaneció y con ella se trajo aquel viento frío.

Amaba el frío.

Sentarse a tomar un café con la lluvia de fondo mientras estaba tapado con muchas frazadas, era el paraíso.

Estiró su mano y acarició el pedazo de papel. Soltó un sollozo. Ese niño, había encontrado a ese niño.
Park Yoongi era un amante de la música, del frío y de las siestas. Amaba a su perro, Holly, y a su acolchado lleno de pelos.

Park Yoongi era hijo de Park Jihoon, difunto padre de Jimin.

A sus 23 años era un genio de las matemáticas, todo un profesional en tocar el piano y una persona especial; a ello se dedicaba, sacar música era uno de sus sueños cumplidos.
Cuando Yoongi cumplió los 16 años, se enteró que tenía un hermano menor. Había encontrado entre las pertenencias de su padre unas fotos de un niño: este, tenía las mejillas gorditas, el cabello castaño y su mirada a la cámara era sería y no había sonrisa alguna, sus eran ojos fríos como el mismísimo mar Atlántico. Yoongi recordó estremecerse. Fue aún peor cuando encontró el acta de nacimiento del chico.

Park Jimin.

No había mucha información, no tenía el nombre de su madre, tampoco sus abuelos. Tenía una dirección —que por más que buscó no encontró— y una estúpida firma al final. Su fecha de nacimiento y nada más.

El pálido tenía muchas dudas, demasiadas. Cuando su padre murió recuerda como su madre festejó. Si, Ella festejó la muerte de su padre y Yoongi no lo entendió. Pero todo fue tomando sentido a medida que se iban revelando las cosas.

Su madre festejó porque la madre de Jimin se quedó con su custodia y no tendría que verle más la cara. Yoongi quedó devastado ¿Cómo podía ser ella tan cruel? A pesar de que la relación con su padre no fue la más unida, lo quería.

Ahora, luego de cinco años por fin encontró a su hermano. Eran casi iguales. Su cabello no era castaño ahora estaba rubio y sus rizos le daban un aspecto angelical. Se veía bien pero algo en su ser hacía que se preocupe mucho.

Dejó la taza de café en el mueble y su mano tembló un poquito cuando vio su número de teléfono anotado en un papel. ¿Debía llamar? ¿Que le diría? "Hola soy tu hermano, tanto tiempo" ¿Tanto tiempo? No tenía sentido, ni siquiera se conocían.

La puerta de la habitación se abrió y saltó del susto. Sin embargo su expresión no duro mucho.

—¿Es él?

El castaño entró al cuarto y cerró la puerta detrás de si. Sonrió con ternura viendo a Yoongi todo acurrucado en su silla lleno de frazadas.

—Uh, si es él.

Yoongi soltó una risa amarga, de verdad que el destino era una perra. 
Había buscado a su hermano por mar y tierra pero no lo encontró. Pero su novio se lo chocó en una fiesta de hallowen ¿tenía siquiera sentido?

Era frustrante, perdió tanto tiempo y ahora... lo encontró así, sin más.

—¿Lo llamaras?

El moreno se acercó por detrás y le dejó un sonoro beso en la mejilla. El pálido hizo una mueca de asco pero comenzó a reírse cuando sintió cosquillas en su panza.

—¡ya! S-si, no, no lo sé ¡Dios! Nammie que hago —lloriqueó.

El castaño sonrió. —¿Quieres que lo haga yo? —. Yoongi negó.

—Solo... quiero verlo. Quiero saber más de él —hizo una mueca—, ¿Me odiara?

Namjoon lo miró unos segundos. —No te puedo decir que no cariño. Tu sabes todo lo que sufrió con tu padre... es probable que se sienta algo cohibido a tu lado.

—Umh, seguro. 

Yoongi desvío la vista hacia la ventana de su habitación. La lluvia cesó, sin embargo dejó aquel aroma a preticor y al viento gélido. Un lindo clima.

Tal vez, su hermano lo odie con todo su ser. Pero no se rendiría, lo busco por tanto tiempo y ahora no se echaría hacia atrás.

El pálido en su mente, estaba convencido que Jimin lo odia a el y toda su familia. lo entendía, lo de su familia lo entendía porque su madre le hizo la vida imposible a la de Jimin por la maldita custodia, incluso cuando ella no quería a Jimin, incitaba a Jihoon a seguir peleando.

Estúpido. Su madre era una estúpida, y no tenía pelos en la lengua para decirlo. Jugó tanto con la mentalidad de su padre al punto de manipularlo para maltratar al rubio y tenerlo como un "ejemplo perfecto de niño prodijio". Y una mierda. Terminaron por destruir a un pequeño de 3 años.

Cuando Namjoon le llamo la otra noche y le dijo "Acabo de chocar con tu hermano, no estoy borracho" se había echado a reír, sin embargo Namjoon no bromeaba por lo que salió de su casa a toda velocidad hacia esa fiesta.

Y después de buscarlo por toda la maldita casa, lo encontró. 

Estaba besándose con alguien y le importó poco, quería saber si era él y cuando lo confirmó... corrió. 

Salió huyendo del lugar asustado y conmocionado, no estaba preparado para verlo ¡Ni siquiera sabía que decirle! Por lo que hizo lo que mejor sabe: correr.

Ahora, ya no tenía escapatoria. Tuvo un día de poder mentalizarse y pensar en las palabras correctas. Ya no podía seguir aplazando su objetivo: conocer a su hermanito menor.

—El investigador ya tiene la dirección de su casa, cariño —informó Namjoon viendo su celular.

🐸
4/4

Hasta acá el maratón de hoy, mil disculpas por tardar en actualizar. Nos estamos viéndooo.

Haditas, recuerden comer bien y tomar agüita, lxs amo muchito 🤍🧚🏻‍♂️

Captain ❁ཻུ۪۪ Kookmin Au ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora