38

38.2K 4K 346
                                    

¿Lo ves?

Seokjin se sentía confundido. 

No, más bien estaba medio dormido medio despierto.

El hombre estaba en pijama, su cabello alborotado, un ojo abierto y el otro cerrado. Frente a él había una especie de hibrido sangriento y lloroso.

Bien.

Ah... de verdad que eso era poco ético, pero en este momento no era un profesional de la salud, no, ahora era un amigo o un hermano para el niño frente a él.

—¿Me dices que pasó?

El rubio asintió rápido aún llorando, sus sentimientos estaban desbordando por completo su capacidad emocional y no pensó en otra cosa que llamar a Seokjin. Y a pesar de que eran las tres de la madrugada, corrió el riesgo de que él lo mande al diablo; no fue así.

—Me besé con Jungkook. 

Seokjin terminó por abrir el otro ojo.

—Okey... y...

—Y me dijo que le gustaba.

El psicólogo asintió.

—Y salí corriendo.

Kim tuvo que respirar profundo, bueno, no esperaba menos. Ya era un paso el echo que Jimin haya dejado que termine el beso.

—Vale, eso es... tan tú. ¿Que te atormentó tanto para que me llames? —le preguntó con calma.

—Estoy asustado —murmuró encogiendose en su asiento, sus manos jugaban entre sí. —Tengo miedo Seokjin, e-estoy aterrado y... y- —. No terminó de hablar, soltó un jadeo y luego un sollozo avergonzado.

El mayor se levantó de su lugar y rodeo el escritorio, se agachó y se acercó al rubio. —Esta bien, llora pero recuerda tu respiración ¿si? —. Jimin asintió temblando. Unos minutos después logró calmarse.

—¿Que te asusta, Jimminie?

Preguntó suave mientras le acariciaba la espalda. Al final, Park se convirtió en el hermano pequeño que siempre quiso tener. Lo vio crecer así como también estuvo en los peores momentos donde él no podía ni comer, ni hablar de la angustia que lo llenaba. Seokjin daba todo de sí y intentaba que Jimin igual, había veces donde no hablaba como un doctor, no, hablaba como su amigo, su hermano y familia. Jimin estaba bien con eso, al igual que el mayor le gustaba que su relación sea algo más que doctor-paciente.

—¿Y-y si esta jugando conmigo? Como alguien como él... —preguntó. Tapó su boca callando un sollozo, de nuevo sus ojos se llenaron de lagrimas—... No creo poder soportarlo, Jinnie, si el llegara a jugar conmigo yo... de verdad... me gusta mucho.

—Jimin, creo que antes de pensar en cuanto te gusta él, debes pensar en cuanto te gustas a ti mismo, sabes de lo que hablo.

—Entonces jamás estaré con Jungkook.

—Escucha —Seokjin se sentó en el piso con las piernas cruzadas—, deja de pensar en Jungkook, sacalo de tu mente unos minutos, puf, haz que desaparezca.

Jimin hizo un puchero pero se rió leve ante el tono del mayor.

—No puedo.

—Si puedes, vamos, hagamos esto. Cierra los ojos —pidió. Jimin obedeció—. Imagina que estás en tu habitación, frente al espejo, ¿Qué ves?

Jimin respiró profundo y se concentró lo más que podía en ese momento. Su mente tan ágil lo llevó justo donde Seokjin pedía: su habitación. Pero al contrario de lo que era siempre, estaba oscuro y solo había una luz encima del espejo. Se acercó a el y entonces se vio.

Su cara se deformó en tristeza. —No me gusta lo que veo.

—¿Que hay de malo?

—Y-yo, yo me veo mal.

—Acércate más Minnie, mira bien ¿seguro que te ves mal? —insistió Seokjin. 

Jimin susurró una leve afirmación. Su rostro estaba pálido, parecía que no durmió muy bien por las grandes bolsas negras bajo sus ojos, su rostro era una calavera, sus mejillas eran inexistentes sentía que eso hacía ver más aun sus imperfecciones. Bajó la mirada, y una lágrima se deslizó por su mejilla. Tenía el cuerpo masacrado. Estaba flaco, su piel áspera y llena de moretones, aquellos que olvidó que estaban ahí.  Aquellas horribles cicatrices en sus piernas y estómago hizo que quisiese vomitar ¿porque... que se hizo? Llevó una mano a su boca asustado y abrió los ojos abruptamente.

Seokjin apretó los labios luego se levantó y tomó de la mano a Jimin.

—Sígueme.

A pasos torpes salieron del consultorio, Seokjin subió al segundo piso entrando a su departamento. En la sala, el mayor se giró y le quitó las orejas, el maquille, la sangre y todo los accesorios.

—Espérame aquí. 

Cuando Seok se fue, pudo detallar un poco más la sala. No era grande pero tampoco pequeña, era un espacio adaptado para una persona y ahora que lo pesaba, Jimin jamás entró allí en todos los años que lo conocía. Minutos después, él llegó con un espejo bastante grande y lo dejó en el suelo.

—E-espera, jinnie.

Negó lentamente retrocediendo, no quería ver de nuevo aquella imagen. Sentía que se destruiría por completo, una vez más.

—Jimin, ¿confías en mi?

—S-si.

—No tartamudees y ven aquí —Seokjin estiró su mano y con temor la tomó.  El mayor hizo que de unos pasos hacia adelante, justo en el espejo. Jimin bajó la cabeza mirando sus pies.

—Minnie, el tu de hace unos años no es el mismo que el de ahora. Cambiaste, seguiste adelante. Necesito que lo veas, necesito que te concentres en la realidad, en ti ahora mismo y dime ¿Esta persona es igual a la de hace años?

Silencio.

Jimin siempre fue inseguro.

No se trataba solo de su cuerpo, también de sus pensamientos, sus sentimientos. ¿Esta bien sentir esto? ¿Esta bien pensar esto? Era el tipo de persona que, a pesar de todo el mundo le diga que era hermoso, bondadoso y un buen chico, el iba contracorriente.

Porque no existía en su mundo un buen Jimin. En su mente era una persona horrible, a pesar de no cometer ningún delito ni ser egoísta, se sentía así.

—Debes perdonarte, Jimin.

Y fue el detonante para que comience a llorar desconsoladamente.

Porque cuando levantó la vista, aún siendo borrosa, se vio a si mismo, a aquel que siempre soñó o que por lo menos, debía haber sido desde hace tiempo.

Y sabía que debía perdonarse, pero se hizo tanto daño, se lastimo tanto con palabras y acciones que su mente le decía que no merecía ni su propio perdón. No merecía abrazarse, no merecía acariciar sus mejillas, no merecía sentirse bonito.

Se destruyó.

—Dime que lo ves, dime que también ves ese ser tan hermoso frente al espejo.

Sollozó y soltó un grito ahogado, el pecho se le hundio y pudo sentir ese horrible vacío que lo habitaba. Se acercó tembloroso al espejo y por primera vez, en mucho tiempo, tocó su reflejo.

Cayó al suelo de rodillas y Seokjin se acercó a abrazarlo.

—L-lo veo. Lo v-veo Jinnie, pero... por que... —su voz desapareció en el aire, Jin entendió que quiso preguntar.

—Todo esta aquí —tocó levemente su cabeza—,la mente cariño, llega a ser muy traicionera y peor aún cuando eres débil de sentimiento.

—¿D-deberia ofenderme? —preguntó congestionado.

Seokjin se rió.  —No, deberías sentirte la persona más fuerte del universo. Estas luchando contra tu propia mente, eso Minnie, eso no lo hace todo el mundo, te lo aseguro.

🐸

1/?

t amo Jimin

Captain ❁ཻུ۪۪ Kookmin Au ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora