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Jimin vivía con su madre en uno de los barrios privados de Seúl. Claro, su madre era millonaria y le encantaba el diseño así que... Ahí estaba, su gran pero acojedora casa.

Aunque ahora, ahora estaba un desastre. Después de llegar del colegio su madre volvió al trabajo y Jimin se sentía aburrido, así que luego de curar sus heridas y ponerse pomadas, empezó a hacer moldes de cerámica como siempre; Era una actividad que le relajaba y aumentaba su creatividad. Jimin estaba cubierto en pinturas de colores, masilla y agua. El piso estaba húmedo y si su madre veía eso, oh dios, se iría al tercer cielo.

No se espero en lo absoluto que Jeon quiera verlo y peor aún que quiera ver una película con el. Jimin se sentía tan ansioso. A duras penas terminó de acomodar todo y subió corriendo a cambiarse, las manos le temblaban y su labio sangraba de tanto que lo mordía. En Jimin era normal, al principio su madre se preocupó pero el psicólogo le explicó que era producto de la ansiedad que tenía. A pesar de tomar ansiolíticos y hacer ejercicios para evitar aquello aún no se habían ido esas acciones del todo.

El timbre sonó y Jimin respiró ondo. Tenía un pantalón de mezclilla negro con flores blancas pintadas echas por las manos de Taehyung, una remera color blanca básica y encima su suéter de rana favorito. Sus rizos estaban alborotados pero ya no había tiempo.

Bajó casi corriendo y abrió la puerta. La respiración se le estancó cuando frente a el pudo divisar al capitán sonriendo.

—Hola, ranita. Linda casa.

Jimin parpadeo varias veces y tragó saliva. Murmuró un suave "hola" para luego ponerse a un lado y dejar pasar a Jungkook.

El pelimorado miraba facinado la casa, todo era elegante pero no llegaba a ser tosco; los muebles eran antiguos al igual que los cuadros, a pesar de no verse caros estaba seguro que valían más que su vida entera.

—Ven, ¿Quieres ir a la sala o a mi habitación?

Jungkook pensó. Si quería saber más del rubio debía introducirse más en su vida, y que mejor que conociendo el cuarto del menor.

—A tu habitación.

(...)

Mientras Jimin fue a la cocina a buscar vasitos para el helado, Jungkook recorría el lugar. Era grande. Pero no reparó mucho en cosas inecesarias, fue directamente a su escritorio y allí pudo ver cosas... Interesantes.

Había muchos platos de cerámica con distintos dibujos, le sorprendió al ver a lado masilla supo rápidamente que Jimin los había echo y no comprado.
Miró uno de los estantes que estaban a uno de sus lados, se acercó y pasó su mano por los muchos libros que tenía, seguro eran unos cincuenta libros o más.

Ladeó su cabeza curioso cuando vio uno en especial, era un libro con dorso dorado y tenía letras en negro que decía "capitan". Su corazón se aceleró al recordar que Jimin lo llamó así por mensaje. Cuando estaba apunto de sacar el libro la puerta se abrió.

—¿Oh, que haces? —Jimin entró nervioso y dejó los vasitos y el helado en su mesa ratona.

—Tienes muchos libros —susurró.

Jimin asintió distraído hasta que su mente hizo click y miró a Jungkook quien lucia distraído, pero no era así, Jungkook estaba demasiado intrigado por el libro. Corrió hasta el capitán sorprendiendo y lo sentó en la cama de un empujón.

El pelimorado levantó una ceja y Jimin casi muere. —V-vamos a ver la película.

Cuando ambos se dieron cuenta, estaban sumidos en la televisión, justo en la parte donde la luciérnaga moria. Jimin sollozó, ah, tan sensible.

Jungkook en cambio estaba enternecido. Hizo una mueca al ver su pómulo golpeado al igual que su labio.

—Lo lamento —susurró.

Jimin dejo de ver la pantalla y se giró hacia el capitan. —Ya dije que no pasa nada, de verdad estoy bien.

—¿Tu... Quieres levantar cargos contra Yugyeom?

Jimin bajó la cabeza y negó. —No, no podría. E-es tu ex.

Jungkook frunció el ceño. —¿Y? Lo que hizo estuvo mal, Jimin, si te vas a sentir más seguro levantando cargos contra el hazlo.

—p-pero, tu... ¿No te enojaras?

Jungkook miró al rubio. El lo notó. Notó aquella inseguridad y sumision de Jimin. Notó su baja autoestima como también su ansioso comportamiento, pero no mencionaba nada. No quería incomodarlo.

—Me enojaría más si se te vuelve a acercar o intenta tocarte un pelo de nuevo.

El corazon de Jimin dió un brinco y su mente hizo cortocircuito repentinamente. Acaso... Acaso Jungkook ¿Lo estaba cuidando? Su mirada subió hacia el capitan y allí quedó.

Jungkook tragó saliva mirando los hermosos y brillantes ojos de Jimin, eran dos perfectos redondos, se veía sorprendido y su carita igual. Se acercó solo un poco y tímido, le dió un beso en la frente.

Jimin cerró los ojos ante el contacto y unas pequeñas lágrimas recorrieron sus mejillas. El contacto era tan cálido. Jimin, supo que estaba perdido. Con un beso, un pequeño beso en su frente había bajado su barrera y se sintio tan amado y querido con eso tan chiquito.

Jungkook en cambio, se quedó ahí unos segundos inalando el rico olor a champú del rubio. Ninguno dijo nada, el silencio se volvió cómodo. Aquella extraña tensión desapareció como si aquel beso hubiera sido el detonante para que ambos pudieran comenzar a conocerse y tal vez, quererse.

🐸

Hasta aquí hoy, espero que les haya entretenido aunque sea unos minutos!

Coman sanito y tomen agua *besito volador* 😽

Captain ❁ཻུ۪۪ Kookmin Au ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora